"Es la campaña electoral más dura que he vivido"

Alberto Ruiz-Gallardón, 48 años, es el candidato con más experiencia de los que concurren a la alcaldía de Madrid, a pesar de ser el más joven. Fue concejal de la capital con tan sólo 24 años, desde entonces ha estado inmerso de lleno en la política madrileña. Ocho años en la oposición del Gobierno regional. Dos legislaturas como presidente de la Comunidad de Madrid, y su último mandato como alcalde de la capital. Todos sus gobiernos logrados a base de mayorías absolutas. Ruiz-Gallardón ha seguido el boicot impuesto por su partido a los medios del Grupo PRISA por lo que no ha concedido entrevista a EL PAÍS. Estas son sus opiniones sobre la capital:

- Después de la M-30. La reforma de la M-30 fue su apuesta más ambiciosa durante la pasada legislatura. Las obras sembraron la ciudad de máquinas durante más de dos años provocando múltiples molestias a los ciudadanos. Y enterraron 56 kilómetros de carreteras. Las cuentas municipales se inflaron con una deuda millonaria: la obra costó 3.508 millones de euros. Pero el alcalde logró terminar su proyecto a tiempo, justo una semana antes del inicio de la campaña. Ahora asegura que esa obra "es un instrumento para el auténtico objetivo que es la rehabilitación de la ciudad. Devolverla a los ciudadanos y hacerla más habitable".

"Los que no se identifican con nosotros, no se sienten agredidos"

"Hay que devolver la ciudad a sus habitantes, hacerla más habitable"

- El futuro de su partido. El aspirante popular defiende que el PP debe seguir un rumbo hacía "la moderación y el centro. Cualquier discurso diferente es una decisión táctica". Ruiz-Gallardón no oculta su deseo de acompañar a Mariano Rajoy en las listas del PP en el Congreso para las próximas elecciones generales. "Haré lo que me pida mi partido. Pero cualquier cargo deberá ser compatible con la defensa de la candidatura olímpica de Madrid -su gran sueño-, que se decidirá en Copenhague en septiembre de 2009". Mantiene una lucha soterrada con su compañera de partido Esperanza Aguirre, presidenta regional, por ver quién toma las riendas de su partido. Se define como un político conservador que hace "guiños" a la izquierda.

- Impermeable. El alcalde ha alardeado de los éxitos de sus mandatos. Pero a la hora de asumir las críticas ha intentado pasar desapercibido mostrándose distante y evitando los conflictos. "Respeto al sector de la población que no nos vota. Éstos puede que no se hayan sentido identificados con nosotros, pero seguro que no se han sentido agredidos".

- Dura campaña. "Es la campaña electoral más dura que he vivido", repite en sus últimos actos públicos. El candidato popular ha visto cómo su rival socialista ha intentado vincularlo con Montserrat Corulla, la presunta testaferro de Juan Antonio Roca en Madrid. Durante uno de los debates televisados, Sebastián mostró una foto de Corulla y le preguntó si había mantenido relación con alguien implicado en la Operación Malaya. "No, profesional no", respondió entonces Ruiz-Gallardón. "Sebastián ha vulnerado un acuerdo tácito que teníamos desde la transición de no hablar de temas personales. Eso está por encima de las diferencias ideológicas". Ruiz-Gallardón acusó a Sebastián de no pagar sus impuestos y de interferir en el funcionamiento de la CNMV para atacar al BBVA.

- Promesas. Tras dedicar sus tres últimas legislaturas a mejorar el transporte público (metro y M-30), ahora ha anunciado que su próxima apuesta será mejorar la red de autobuses urbanos. Creará nuevas líneas y rediseñará las existentes. Pero el proyecto del que está más orgulloso es la recuperación de la ribera del río Manzanares. Allí, Ruiz-Gallardón ha prometido hacer un gran parque fluvial con playa, cafeterías y polideportivos. En vivienda, ha anunciado una inversión de 1.800 millones para construir 12.000 viviendas protegidas y elevar las ayudas para la rehabilitación de pisos.Alcalde de Madrid y