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El biogás se atasca antes de salir

Las plantas que transforman basura en energía, inauguradas hace dos años por Gallardón, acumulan un sobrecoste del 120% y aún no producen nada

Elena G. Sevillano

Transformar la basura en energía. Conseguir que la ingente cantidad de desechos que produce una ciudad como Madrid se convierta en combustible. Ese era el proyecto del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando en 2005 adjudicó el contrato de construcción de dos plantas de biometanización en Valdemingómez. Quería que las basuras de los madrileños salieran de esas plantas convertidas en biogás que a su vez alimentaría a una cuarta parte de la flota de autobuses de la EMT. Seis años y una inauguración oficial -en febrero de 2009- después, aún no sale biogás de las plantas de La Paloma y Las Dehesas. Los 51 millones de euros del contrato inicial se han convertido en 112, es decir, que el proyecto de transformar la basura en energía acumula un sobrecoste del 120%.

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El proyecto de Gallardón, para el que Europa aportó el 80% inicial en forma de fondos de cohesión, es pionero en España. Ninguna planta de biometanización inyecta actualmente biogás en la red. Y ahí está el problema. La legislación actual aún no lo contempla como combustible. El Ministerio de Industria está preparando una nueva ley de hidrocarburos que sí lo incluirá.

Ahora que por fin las instalaciones están construidas y generando unos gastos enormes, el problema es que, como argumentará hoy en la Comisión de Medio Ambiente su concejal, Ana Botella, el Ministerio de Industria "no autoriza" la conexión de las plantas con la red de Enagás, que hace unas semanas terminó su parte de la infraestructura: el enganche con la tubería de Valdemin-gómez. El concejal socialista Pedro Santín preguntará hoy a Botella cuántos autobuses funcionan con biogás y cómo justifica el sobrecoste del 120% que llevan acumuladas las plantas. Santín asegura que el Ayuntamiento no debió permitir a las empresas modificar los proyectos y disparar los costes.

"Tendría que haber rescindido los contratos cuando no cumplieron y exigirles las indemnizaciones que contemplan los pliegos", afirma. En lugar de eso, "Gallardón no ha querido reconocer que el proyecto no era viable, que la tecnología que le vendieron estaba mal hecha, y ha seguido pagando al margen del procedimiento administrativo habitual", añade. El contrato inicial, que incluía la redacción del proyecto, la construcción y "la puesta en marcha" de las plantas se adjudicó en septiembre de 2005. La planta de La Paloma, por 25,4 millones, a una UTE formada por Urbaser, Sufisa y Geocisa. La de Las Dehesas, por 25,6 millones, a FCC. En el primer caso, el plazo de ejecución era de 17 meses; en el segundo, de 15. El proceso consiste en la fermentación de los residuos, que da como resultado el gas combustible.

Sin embargo, enseguida empezaron los problemas y, con ellos, los sobrecostes. Apenas un año después de adjudicarse, la Junta de Gobierno autorizó una "modificación del contrato de obras" que aumentaba el coste en cinco millones para cada planta, es decir, el 20% como máximo que permite la ley de contratos de las Administraciones públicas. Al parecer, el diseño no era el correcto. Al menos así se justificó el incremento del precio. Habían surgido "problemas en la explotación de otras plantas similares, producidos por la naturaleza del producto". FCC argumentó que el proceso de metanización era similar al que se llevaba a cabo en otras instalaciones ya en marcha. "En el verano de 2005", aseguraba la empresa en la justificación, "el proceso ha sufrido varios incidentes de funcionamiento". En un caso bastó con una reparación, pero en el otro fue necesario demoler el digestor (donde se produce la fermentación).

Un mes después (diciembre de 2006), la concejal de Medio Ambiente autoriza otro sobrecoste (5,1 millones entre las dos plantas), esta vez mediante un contrato complementario a los anteriores por procedimiento negociado sin publicidad. Ya en octubre de 2008, las empresas alegan "circunstancias imprevistas" y aseguran que hay que hacer más obras para mejorar el reactor y los sistemas de control. Son 10,2 millones más que se les paga mediante una "convalidación de gastos", es decir, las empresas presentaron factura de las obras ya hechas, sin contrato de por medio.

Pero los gastos no se iban a quedar ahí. La Junta de Gobierno autoriza en noviembre de 2008 dos contratos de "preexplotación y mantenimiento" a las mismas empresas: 28,5 millones más. El alcalde inaugura oficialmente las plantas en febrero de 2009. Asegura que por primera vez se podrá aprovechar el biogás que genera la basura mediante su distribución a través de la red de gas natural. Estando al máximo rendimiento, las plantas podrán gestionar el 60% de los residuos orgánicos de los madrileños y generar combustible suficiente para 405 autobuses de la EMT. El biogás también puede transformarse en electricidad y cubrir el consumo de 20.000 viviendas. Este mismo mes la Junta de Gobierno ha aprobado otros 6,8 millones de euros más, también en concepto de "preexplotación y mantenimiento", a las mismas empresas constructoras. Total: 112 millones.

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, durante la inauguración de las plantas de biometanización de Valdemingómez, en febrero de 2009.
El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, durante la inauguración de las plantas de biometanización de Valdemingómez, en febrero de 2009.AYUNTAMIENTO

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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