El artista que intuyó el minimalismo
El Reina Sofía expone la primera retrospectiva del italiano Francesco Lo Savio
Francesco Lo Savio cerró el círculo el 2 de septiembre de 1963. Ese día se suicidó en uno de los apartamentos de La Cité Radieuse de Marsella, uno de los proyectos en los que el arquitecto suizo Le Corbusier volcó su ideal de la ciudad utópica. Lo Savio, que había nacido en Roma en 1935, también se había formado como arquitecto y en los últimos momentos de su vida enfilaba su exploración en esa dirección. Era la última parada de un artista inclasificable que desarrolló su obra en apenas cinco años y al que la historia, apabullada con la irrupción en los sesenta del minimalismo, el pop art y el arte conceptual, prácticamente condenó al olvido. El suyo fue un viaje desde la pintura de sus comienzos hasta los diseños arquitectónicos en los que trabajaba antes de morir que se puede recorrer en el Museo Reina Sofía, en la primera retrospectiva que se organiza en España, y que reúne el 80% de la obra de Lo Savio.
El crítico de arte Peio Aguirre relaciona a Lo Savio con otros artistas de los cincuenta cuya obra no fue comprendida en su tiempo, como el escultor Jorge Oteiza y el artista y arquitecto mexicano Mathias Goeritz. "Si existe un punto común entre estos artistas", afirma en el catálogo de la exposición, "éste residiría en su condición de servir de puente entre el proyecto de las vanguardias históricas y tendencias estéticas y filosóficas como el minimalismo". Los tres buscaron en la arquitectura una salida cuando el modernismo entró en crisis, señala el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel. La incomprensión, en el caso de Lo Savio, fue especialmente dolorosa. En otoño de 1962, un grupo de artistas boicoteó la inauguración de la exposición de sus Articulaciones totales en la galería romana La Salita.
Lo Savio dio sus primeros pasos en la pintura informalista, el género que dominaba a ambos lados del Atlántico en esos momentos. A partir de 1959, sin embargo, el camino elegido responde a su obsesión por la luz, una preocupación que lo acompañará hasta el final de sus días.
Entre 1959 y 1960, Lo Savio buceó en la incidencia de los materiales sobre la visión en su serie Filtri (Filtros), superposiciones de papel transparente. Pero también en 1959 dio un salto más radical al incorporar la tercera dimensión en sus Metalli (Metales), un avance escultórico de su pintura, para llegar, en 1962, a las Articolazioni totali (Articulaciones totales), cuatro estructuras cúbicas con una lámina curva en su interior.
De ahí a los diseños arquitectónicos en los que Lo Savio trabajó durante sus dos últimos años, estudios en papel que muestran su predilección por las curvas, bóvedas y cúpulas.
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