Cinco aparcamientos están parados por quiebra de las concesionarias
Las empresas tenían que ofrecer unas 1.700 plazas para residentes de la capital
Cinco grandes aparcamientos municipales que suman unas 1.700 plazas para residentes y que ya tendrían que estar terminados se encuentran en suspenso. Las empresas que los gestionan atraviesan graves dificultades financieras: una de ellas ha quebrado y la otra acaba de pedir un plazo de 15 días al Ayuntamiento para conseguir los avales que la saquen del atolladero.
"Si las obras se hacen para los vecinos tendrían que rebajar los precios"
La empresa que ya se ha ido al traste es Urazca Estacionamientos SAU, que desde el año pasado se estaba encargando de la construcción de un aparcamiento de 388 plazas en la avenida de los Toreros. La empresa está en suspensión de pagos y ahora mismo se encuentra en proceso concursal voluntario de acreedores. El Ayuntamiento está intentando llegar a un acuerdo con la firma para que sea el propio Consistorio quien termine las obras en un procedimiento de acción sustitutoria. Pero todavía no hay nada concreto.
Las plazas costaban a los vecinos unos 16.000 euros. De momento, la concejal de Obras y Vías Públicas ya ha mandado una carta a los residentes de la zona para explicarles la situación, "un problema sobrevenido", explica, "ajeno a la responsabilidad del Ayuntamiento".
Esto por un lado. Luego está DICO. Otra empresa que tampoco atraviesa su mejor momento y que había obtenido, mediante concurso público, la explotación y construcción de cuatro aparcamientos de gestión municipal en distintas zonas de Madrid: avenida de Portugal (880 plazas), Alameda (171 plazas y nueve plantas), Nuestra Señora de la Candelaria (381 plazas) y Ramón de Aguinaga (388 plazas).
En este caso, el Ayuntamiento acaba de dar un plazo de 15 días más a la empresa para que presente los avales financieros. "Estamos intentando que solucionen el asunto. No queremos llegar a la rescisión de contrato porque sería peor para los vecinos", explica Fermín Oslé, coordinador general del área de Obras y Vías Públicas.
Se refiere a que si el asunto va a juicio, podría demorarse años y los aparcamientos quedarían en el estado en el que están ahora. O sea, por hacer, y los vecinos sin las plazas que solucionan sus problemas. "Es mejor darles 15 días ahora que esperar cuatro años a que se solucione", insiste Oslé.
Uno de los más grandes es el de la avenida de Portugal. Cuando se construyó la M-30, las empresas constructoras dejaron un hueco por debajo de dicha avenida (donde se suprimieron las plazas de aparcamiento para residente en superficie) para hacer un aparcamiento. Un beneficio, a priori, para los vecinos de la zona. Unas 800 plazas para los residentes de un barrio en el que, cuando se pone el sol, no hay quien aparque.
Según el Ayuntamiento, la empresa concesionaria ya había comenzado a vender las plazas, que tienen un precio de unos 16.000 euros. El problema es que son una cesión al comprador de 40 años. Un precio quizá demasiado alto para comprar una propiedad que no permite ningún tipo de negocio. "¿Quién tiene ese dinero? Yo, desde luego, no", dice Javier Baena a las puertas de su casa en la avenida de Portugal. "Si es verdad que todas las obras se hacen por el bien de los vecinos, tendrían que rebajar un poco los precios", insiste. En cualquier caso, de momento, no hay plazas.
Mientras tanto, todas las entradas al gigante aparcamiento subterráneo están tapiadas. Las rampas todavía no están asfaltadas y en las escaleras se acumulan restos de pequeños botellones e improvisada ropa de cama de indigentes.
En los próximos 15 días, el Ayuntamiento sabrá si tiene que ocuparse también de estos cuatro aparcamientos o la empresa, finalmente, puede asumir el coste de su construcción y explotación.
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