Tomás Gómez es ya el único candidato a dirigir el PSM
Un objetivo marcó ayer el discurso con el que la secretaria general del PSOE, Leire Pajín, intervino en el congreso regional que celebran este fin de semana los socialistas madrileños: tratar de insuflar emoción en un cónclave en el que casi todo está cerrado y en el que sólo habrá una candidatura a la secretaría general.
"No vamos a perder un minuto en hablar de nosotros mismos"
Nadie se atrevió a presentar una alternativa a Tomás Gómez, actual secretario general, antes de que se cerrara el plazo anoche a las diez.La ratificación de Gómez, prevista para esta mañana, está ya más que hecha. Después, se cerrará la nueva ejecutiva, que superará los 25 miembros actuales, y de la que algunos nuevos nombres comenzaron a sonar ayer. Varias fuentes daban por segura la entrada del actual secretario general de la agrupación de Chamberí, Diego Cruz, para ocupar la nueva cartera de coordinador de Madrid que se aprobó en el congreso federal. Se ha elegido un representante de una de las agrupaciones más fuertes de la capital, pero que no tiene cargo público para no hacer sombra al portavoz en el Ayuntamiento, David Lucas, explicaban. También entra la actriz Berta Ojea, para ocuparse de Cultura, y la actual secretaria del grupo en la Asamblea, Rosa Alcalá. Además, siguen David Lucas, la concejal Ángeles Álvarez, la portavoz en la Asamblea Maru Menéndez, Manuel Carmona y la presidenta Delia Blanco. El resto de nombres se revelarán hoy, para completar a los anunciados de Beatriz Corredor, ministra de Vivienda, Trinidad Jiménez, secretaria de Estado, Pedro Zerolo, concejal y miembro de la Ejecutiva federal, el periodista Eduardo Sotillos, el asesor del Ministerio de Economía, Enrique Guerrero, o los alcaldes Enrique Cascallana (Alcorcón), Pedro Castro (Getafe) y Carmen Toledano (Galapagar).
El cierre de la nueva dirección regional estaba ayer aún por consumarse, a la espera, entre otros asuntos, de cumplir el reparto de hombres y mujeres, según fuentes socialistas. Los simanquistas, los cargos designados por el anterior secretario general, Rafael Simancas, todavía intentaban cerrar ayer un compromiso para entrar en la ejecutiva. Uno de ellos, el alcalde de Collado Villalba, José Pablo González, admitió en los pasillos haber recibido la oferta, pero aseguró que se está pensando si aceptarla.
Por su parte, Pajín echó mano de tres ideas: desterró el debate interno, alabó las iniciativas del PSM y no se olvidó de arremeter contra los adversarios políticos en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, ambos del PP. "No vamos a entretenernos ni un minuto en hablar de nosotros mismos", afirmó la secretaria general del PSOE. Trataba así de alejar de esta reunión política cualquier intento de recuperar la tensión entre familias políticas que vivía tradicionalmente la federación madrileña en sus cónclaves. Y aludió a que precisamente esa imagen de jaula de grillos ha alejado a muchos madrileños a la hora de votar al PSM en las últimas convocatorias electorales. "Este congreso va a ser importante para aquellos que han dejado de confiar, pero que están esperando poder volver a confiar", remachó. El verdadero objetivo del encuentro, espetó Pajín a sus compañeros, no es sólo "elegir una dirección, un equipo", sino "decidir la hoja de ruta que haga posible un mejor Madrid". Es decir, lo importante es el programa que se discutirá a partir de hoy, que cuenta con 4.349 enmiendas a la ponencia y 108 a los estatutos.
Pero también se encargó la secretaria general de ofrecer un mensaje positivo sobre la actuación del PSM. "Quiero poner en valor que desde esta federación han salido grandes ideas", afirmó. Recordó Pajín que si ahora el Gobierno de Zapatero está dispuesto a modificar la ley del aborto es gracias al "debate desde esta federación que lo impulsó con fuerza". Fue una propuesta de las Juventudes Socialistas de Madrid, planteada durante el congreso federal de junio, la que abrió en el seno del partido un debate "valiente y justo", según dijo Pajín. Fue recibida con aplausos.
Después, poco trasiego hubo en los pasillos, ya que tras los discursos de presentación, comenzó el debate sobre el informe de gestión, que duró hasta la medianoche. Las escasas críticas se centraron en la falta de visibilidad del partido ante la opinión pública. De los 869 delegados, sólo votaron 713. De ellos, 645 apoyaron el balance. Le dieron un no 33, y hubo 35 abstenciones. "¿Dónde están las críticas?", bromeaban a la salida algunos dirigentes socialistas.
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