Mil canciones y 50 noches sin Sabina
Seguidores y amigos del cantante celebran la enésima 'noche sabinera', pero el de Úbeda nunca participa en los homenajes a su trayectoria
El pasado miércoles Joaquín apareció por sorpresa en el concierto de Ariel Rot en la sala Clamores. Y, claro, dejó un par de perlas. La primera: "¿Sabéis como titularía la crónica de este concierto de Ariel? '¡Qué cabrón!'. La segunda: "Hacía siglos que no iba a un concierto. No voy ni a los míos". Son las últimas noticias desde el universo sabinero porque anoche, fiel a su palabra, tampoco apareció por su concierto. O mejor dicho por el concierto de su banda.
Aclaremos el tema. Desde hace casi tres años los músicos que habitualmente acompañan al cantante en el escenario organizan las llamadas Noches Sabineras. Un divertido, saludable y necesario karaoke de lujo en el que cualquiera puede apuntarse en la entrada y subir cantar una canción de Sabina, con la banda de Sabina. "Se trata de que te sientas él por tres minutos", explica el fiel escudero y guitarrista Pancho Varona. "No tiene nada de serio", continúa. "Se trata de quitarnos el mono de tocar canciones que también están compuestas por nosotros. Y nunca sabes lo que va a pasar". Varona recuerda todavía la noche en la que un espontáneo se cantó quince minutos de 19 días y 500 noches, atrancado en la misma estrofa que repetía una y otra vez. "Acabamos por el suelo muertos de la risa".
Pereza interpretó una soberbia versión de 'El caso de la rubia platino'
Un grupo de espontáneos acabó coreando el famoso 'Y nos dieron las 10'
A la ocasión la pintaron calva anoche. Se cumplían 50 noches sabineras y era buen momento para que el protagonista apareciese. No lo hizo. "Siempre se raja", decía ayer, Coca-Cola en mano, Carmela, de 17 años e hija de Joaquín. Lo confirmaba Varona: "Lo invitamos siempre, pero nunca aparece. Joaquín piensa que nos va a joder la fiesta". El guitarrista le suele mandar un mensaje al móvil, pero Joaquín se hace el loco... "...yo creo que por timidez", precisa Varona. "Si empieza a ir a sus propios homenajes se derrumbaría".
Sí aparecieron ilustres amigos, que en la Galileo, una sala abarrotada, homenajearon al de Úbeda. El primero fue un marchoso Sebastián Álvaro, director del programa de TVE Al filo de lo imposible, que junto a su hijo se marcó una más que notable Aves de paso. "Tengo más miedo aquí que en el Himalaya", dijo el alpinista. Al grito de "lo importante es atreverse, la calidad es de mariquitas", de Pancho Varona, el escritor Benjamín Prado cantó, casi afinado, Esta noche contigo. Lo mismo hizo el presentador Quequé, que pidiendo perdón de antemano se arrancó con una solvente y aplaudida 19 días y 500 noches. No se le da mal a los actores. Fernando Tejero -que cantó Calle Melancolía-, Laura Pamplona -Donde habita el olvido- y Santiago Segura -que con chupa de cuero hizo Zumo de neón- podrían sacar un single (no más, eso sí) mañana mismo. Minutos antes de salir, Tejero no estaba nervioso. "A mí se me dan fatal los karaokes. Pero es que yo ya canté una canción con Sabina en un concierto en Linares donde me subió al escenario".
Aunque uno de los momentos emocionantes de la noche lo protagonizó el trío Irene (hija de Pancho Varona), Carmela (hija de Sabina) y Claudia, que como tres ronettes de Chamberí le cantaron al morbo, a la luna y a los levantamientos de falda en Peor para el sol. "Vaya, oigo cantar a mi hija estas cosas y me pongo nervioso", dijo, simpático, Varona.
Pereza, con una bluesera y soberbia versión de El caso de la rubia platino, cerraron una noche que acabó con un grupo de espontáneos coreando Y nos dieron las diez... Seguro que a Sabina le pitaron anoche los oídos tanto fervor, besos y abrazos en la distancia. Pero él se quedó en casa, quizá escribiendo las canciones de su nuevo disco que en palabras de Pancho Varona está "en fase de composición y maquetación" y que tiene una pinta "de puta madre". Habrá que esperar.
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