"Hoy los alcaldes estamos muy venidos a menos"

Esteban Parro, alcalde de Móstoles por el PP (Almorox, Toledo, 1954), aún conserva el aire de profesor de matemáticas. Pedagógico, gusta de los ejemplos y las explicaciones prolijas. Pero niega tener ese humor endiablado que ha dado fama al gremio. "¡No era ningún ogro!", replica, al tiempo que subraya que se cruza cada dos por tres con los alumnos mostoleños a los que ha dado clases durante 30 años.

Le llaman don Esteban, confiesa con orgullo. El mismo que destila al hablar de la fiesta de hoy, de sus bandos elaborados con mimo. El que leerá hoy frente al Rey pide un cambio constitucional para potenciar los ayuntamientos. "Los franceses ya no vienen a cuento", musita, aunque reconoce que intentaron hermanarse con París y París les dio calabazas.

"Tenemos 28.000 inmigrantes, entre ellos algún francés y un apátrida"

Pregunta. Supongo que se sabrá el famoso bando de 1808.

Respuesta. No. Pero sí su sentido. El protagonista fue el pueblo. La gente, que prefirió la libertad al pan. Es un ejemplo.

P. Ya, pero quienes se llevaron la gloria fueron los políticos.

R. Las cosas han cambiado. Entonces los alcaldes eran importantes. Sólo firmaron el bando, pero eso generaba respeto. Ahora eso no pasa. Los alcaldes estamos venidos a menos. Hay que reivindicar el espíritu del bicentenario. Los alcaldes podemos ayudar a la nación.

P. Su antecesor Andrés Torrejón supo sacarle mucho partido. Consiguió que todos se olvidaran del otro, Simón Hernández.

R. Bueno, es que Simón firmó en segundo lugar... Yo qué sé, Andrés Torrejón tendría más personalidad. En fin, la historia te trata como te trata.

P. Usted es muy de bandos, como el que hizo tras los atentados del 11-M...

R. Es parte de la historia. Cada momento tiene sus problemas y exige un bando distinto.

P. ¿Y el del bicentenario?

R. Éste me ha costado mucho hacerlo, espero que quede en el recuerdo. Voy a aprovechar que está el Rey, la presidenta de la Comunidad y el del Gobierno para pedir el cambio constitucional pendiente, que es de los ayuntamientos. Debemos exigir el 26% de los tributos del Estado para dar un servicio a nuestros ciudadanos. Es la revolución pendiente de nuestra democracia ya consolidada.

P. El gran problema en 2008 parece que es el protocolo.

R. Cierto. Tenemos mucho lío. El salón es muy pequeño.

P. Pero Mariano Rajoy tendrá enchufe...

R. Sí, que venga es un orgullo. Le ha invitado el alcalde de Móstoles; no ocupará un espacio institucional, pero le reservaré sitio en primera fila.

P. Y todos esos invitados tan ilustres, ¿qué saben de Móstoles además de los tópicos?

R. Hay que huir de todos esos tópicos. Hoy tenemos universidad, tecnología y cultura.

P. ¿Pero realmente hay alguien de Móstoles?

R. Pasamos de 6.500 habitantes en 1970 a 203.000 ahora. La ciudad ha cambiado. Sin embargo, aún quedan las familias que pusieron el dinero para el monumento del primer centenario del 2 de mayo. "¡Yo soy de Móstoles!", dicen los de esas familias. A veces creen que tienen más derechos que los demás. Yo les digo: "¡Yo también soy de Móstoles!". Todos somos iguales.

P. ¿Incluidos los inmigrantes nuevos de otros países?

R. Claro. Tenemos 28.000 inmigrantes. Entre ellos, algún francés y un apátrida.

P. ¿Les ha propuesto un contrato?

R. ¡No! No podemos decirles que esto es la tierra prometida, que se jueguen la vida y luego darles una patada.

P. Ahora los antisistema, que amenazan con amargar la fiesta, dicen que son los que encarnan el espíritu de la revuelta.

R. Ya les vale. No son revolucionarios, sino comodones.

P. Para problemas de convivencia, los de su oposición...

R. Cualquier partido que pierde dos veces tiene que pasar una travesía en el desierto. Deben cambiar personas y modelos.

P. ¿Me habla del PSOE de Móstoles o de su partido?

R. ¡Pues sí, se parece!