Electrónica, baile y bullicio
La fiesta musical sucedió al cierre de los museos y las instalaciones
Nueve de la noche clavadas. La música electrónica arranca en el Paraninfo de la Complutense. Una veintena de personas baila. "Ahora estaremos tranquilos pero dentro de una hora esto se pondrá a tope", comenta una de las camareras. Mientras el centro bullía, la universidad estaba tranquila. La mayoría de los fiesteros eligieron la Gran Vía para arrancar la noche. Todos querían acabar en la Complutense con los ritmos de Coldcut. Antes de que la mítica banda de los ochenta arrancara, entre Cibeles y Plaza de España sonaba música de videojuegos, swing y algo de electrónica.
Esther Díaz, de 30 años, lleva una careta del joven elegido para representar a la ciudad. "No me hubiera importado haber sido seleccionada, es una buena excusa para hablar con la gente", continúa con una pícara sonrisa esta profesora de literatura. "Lo mejor: recorrer zonas y visitar edificios que en otras ocasiones no puedes hacer y acabar de fiesta". Los bailes no dominan la Noche en Blanco, al menos al principio.
Tango, teatro, hip-hop y funky fusión resuenan en el teatro Caldero de Cobre, en Embajadores. Son las 22.30 y en este escenario junto al Manzanares comienza la marcha. Rastafaris, raperos y modernos llenan esta sala alejada del centro. "En este barrio no hay nada de teatro ni de música así que es genial que hagan este tipo de iniciativas", cuenta Ángela de 31 años
En Cibeles no hay movimiento y la gente, mientras espera el foxtrot, el swing y a Paco Clavel visita el Palacio de Telecomunicaciones o se toma una copa en los bares de la zona. Paloma Bermejo de 50 años descansa con una caña. "Esta noche es mediáticamente interesante pero no se puede ver nada. Lo mejor es la calle y bailar", cuenta.
Jaime Mercant de 24 años pinta en la puerta de otro bar. "Como artista me encanta esta noche, me parece que la gente disfruta un montón y por eso se tira a la calle", resume el gaditano. "¿Cuando acabe? No sé qué haré pero en el paraninfo hay algo. No se equivoca. A las 23.30 Coldcult se presenta en el escenario universitario. Unas 2.000 personas les reciben emocionados. En el Paraninfo, 10.000 irán llegando a lo largo de la noche. Los museos, los paseos y las instalaciones acaban. La fiesta, no.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.