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Reportaje:

Desfacer entuertos en el siglo XXI

Madrid todavía cuenta con unos 4.000 descendientes de hidalgos

La hidalguía, honor en clave española que Miguel de Cervantes ironizó y sublimó hasta universalizarlo, cuenta todavía en Madrid con muchos epígonos. Unos 4.000. Pertenecen a asociaciones como Hidalgos de España, que tiene su sede en la calle de Aniceto Marinas, junto al río Manzanares. Dos mandobles cruzados en diagonal, emblema de la asociación, cuelgan de la pared frontal del despacho del presidente de la entidad. Es el conde de Villareal, José Antonio Martínez de Villareal, periodista. Se define como "un hombre que mira más al futuro que al pasado".

En la asociación que él preside, sin embargo, el pasado pesa. Para acceder a ella es necesario comparecer ante una Junta de Probanza y demostrar documentalmente que se es hijo, nieto o biznieto, por línea varonil descendente, de hidalgos. ¿Se puede ser musulmán o judío y ser hidalgo? "Ahora no se pregunta a nadie su religión", comenta un directivo. También "hay mujeres socias".

El colectivo de nobles carece de notario heráldico desde 2005

¿Quiénes eran y son los hidalgos? "Durante la reconquista, entre 711 y 1492, caballeros libres se asociaron a los monarcas y establecieron pactos de lealtad con ellos. A cambio de exenciones y privilegios, como el prestimonium -tierras en propiedad o en préstamo recién recobradas de los sarracenos-, ofrecían a su rey servicios militares. Hoy compartimos algunos valores suyos, como la caballerosidad, el sentido del honor...". Así lo explica Francisco de Cadenas y Alende, leonés, septuagenario y conde de Gaviria, vinculado desde 1958 a la asociación de Hidalgos a Fuero de España.

"Los socios pagan una cuota anual de 75 euros y participan en actividades culturales relacionadas con la historia, la genealogía y la heráldica; editamos un Elenco anual de títulos y grandezas", señala. Rigen el Colegio Mayor Marqués de la Ensenada, hoy en obras de rehabilitación, y dos residencias de pago para mayores en Madrid y Ciempozuelos, con 430 personas albergadas. Editan una revista, Hidalguía, y poseen una editora de libros. Su presidente honorario es el duque de Calabria, primo del Rey de España.

"De un presupuesto anual de 500.000 euros, Hidalgos de España destina 200.000 euros a actuaciones altruistas dirigidas a sectores marginados de la sociedad necesitados de ayuda, recogiendo el ideal de la hidalguía de favorecer a los pobres y desvalidos", se dicen en su boletín.

El conde de Gaviria es sobrino de Vicente de Cadenas y Vicent, creador de la asociación y último cronista rey de armas, cargo que se remonta a los árbitros de los torneos en el siglo XIV. No obstante, este cometido evolucionó hasta transformarse en una suerte de notariado sobre la autenticidad y pertinencia de las armas de los escudos o blasones heráldicos que corresponden a determinados linajes o apellidos de nobles e hidalgos.

Al cargo de cronista rey de armas -cabeza de un cuerpo de oficiales- se accedía desde comienzos del siglo XX por oposición. Disueltos por la Segunda República, Franco los restableció en 1948, con una particularidad: entre ellos tendrían validez los reyes de armas propuestos por el Pretendiente del carlismo, la dinastía enfrentada a la borbónica. Desde la muerte en 2005 de Cadenas -propuesto por la rama carlista-, su cargo permanece sin cubrir. Fuentes del Ministerio de Justicia, que mantiene un departamento que entiende sobre asuntos nobiliarios, confirman la vacante y subrayan que "el título de cronista rey de armas no es nobiliario".

Símbolos y emblemas

En España hay unos 3.500 títulos nobiliarios. La mayor parte de ellos corresponden a personas residentes en Madrid, explica Faustino Menéndez Pidal, ingeniero de Caminos, vocal de Hidalgos de España, director de la revista asociativa Hidalguía y académico de la Historia. Es uno de los principales especialistas europeos en heráldica, disciplina que estudia los símbolos y emblemas nobiliarios. Abarcan desde los de príncipe e infante a los de duque, marqués, conde, vizconde, barón y señor. Vienen luego los hidalgos, vizcaínos y hombres de honor. "Todas las sociedades emplean modelos mentales para definir las posiciones sociales, y la del hidalgo es una de ellas", dice. Una precisión: "No todos los nobles tienen escudo y numerosos hidalgos lo poseen" subraya Menéndez Pidal. ¿Cómo se acredita que se es hidalgo? "Mediante Ejecutorias de hidalguía, libros bellamente decorados con los símbolos e historia de cada linaje". Y concluye: "Los oficiales y reyes de armas se negaron a compartir cometidos con miembros allegados por oposición y el cuerpo se extinguió", comenta. "En verdad, su función se ceñía a inventar escudos para personas ennoblecidas, conocer los modelos de emblemas y aplicarlos a los blasones con buen gusto, contraste cromático y armonía de proporciones", resalta el académico.

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