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Aguirre impone a sus 'paracaidistas'

La presidenta elige como candidatos a alcalde a cargos sin casi vínculos con los municipios- Los aspirantes consideran que no es necesario conocer un municipio para concurrir allí - Ninguno se atreve a cuestionar las decisiones de Aguirre

Jesús Sérvulo González

La costumbre de los partidos políticos de enviar a sus grandes estrellas para conquistar territorios complicados es universal y es conocida como paracaidismo electoral. Rahm Emanuel, mano derecha de Barack Obama en la Casa Blanca, abandonó hace unos meses el Gabinete del presidente estadounidense en Washington para presentarse como alcalde de Chicago, donde los demócratas corrían el riesgo de perder la alcaldía. Pero un juez estadounidense ha abortado la aventura electoral de Emanuel porque no ha residido en esa ciudad durante los últimos 12 meses.

En Madrid ningún juez haría eso. Es práctica común entre los partidos, sobre todo en el PP regional (seis casos entre los grandes municipios de la región, frente a uno del PSOE). "La política americana es distinta de la europea. La tradición es diferente por su origen colonial", señala el diputado regional Juan Soler (del PP), que competirá por la alcaldía de Getafe (167.000 habitantes) a pesar de no tener nada que ver con el municipio del sur de Madrid.

Los aspirantes del PP en Alcorcón y Getafe no han tenido actividad allí
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La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha abusado del paracaidismo electoral. Los buenos resultados que auguran las encuestas han desatado la euforia entre los populares, a los que les cuesta contener el excesivo optimismo. Ante esta situación, Aguirre no ha dudado en colocar a numerosos peones en municipios donde nunca han desarrollado actividad política.

Esa actitud de Aguirre es la misma que le llevó a provocar un desencuentro con el PP asturiano. La presidenta madrileña recomendó con excesiva insistencia la polémica y frustrada candidatura de Francisco Álvarez-Cascos en Asturias. "Él es afiliado en Madrid, si tanto le gusta podría meterlo de vicepresidente en su Gobierno o de consejero de Fomento", respondieron dirigentes asturianos tras la intromisión de Esperanza Aguirre.

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En la Comunidad de Madrid no ha tenido esos problemas para colocar a sus peones donde ha considerado oportuno, independientemente de la vinculación de los aspirantes con el municipio. El primer caso en este sentido es el de David Pérez, portavoz parlamentario del PP, que hace unas semanas fue señalado por Aguirre para que encabezara la lista de candidatos del PP en Alcorcón (168.000 vecinos).Hasta hace unas semanas, David Pérez residía en Alcobendas. Antes de recibir la propuesta no había pensado nunca en desembarcar en Alcorcón para desarrollar allí su actividad política. "Un partido político tiene la obligación de poner a los equipos más adecuados, eligen a los mejores y estos son aquellos que han acumulado experiencia....", señala el actual portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, que precisa: "Alcorcón no es un municipio ajeno a mi trayectoria personal. Hasta hace unos años viví en Campamento muy vinculado con Alcorcón. Aquí tengo amigos de la infancia, y mucha familia; tíos, primos...". El de David Pérez es, junto con el de Juan Soler, el caso más paradigmático de esta práctica electoral. Ambos sostienen que "cuando uno es diputado, no le es ajeno ningún municipio de la Comunidad de Madrid. Se es diputado de toda la región". Lo cierto es que ambos se sorprendieron cuando Aguirre, sin apenas consultarles, les señaló para que defendieran al PP en los municipios del sur. El poder de la presidenta en su partido de Madrid es omnímodo. Nadie cuestiona lo que ella decide y así maneja a sus peones.

A diferencia de Pérez en Alcorcón, Soler no puede decir que tiene vínculos familiares con Getafe. Vive en Madrid, pero acaba de alquilar un pequeño apartamento en el centro de Getafe. Admite que aún no conoce en profundidad los temas de la ciudad. "Pero uno se pone al día enseguida". Comprende la costumbre de los fichajes estrella: "en ciudades importantes del sur los partidos tratan de crear equipos que puedan gestionar un posible Gobierno". El polémico diputado del PP resta importancia al hecho de no ser un cunero (nacido políticamente en el municipio): "Madrid está muy integrada. De la Puerta del Sol hasta la alcaldía de Getafe hay 13 kilómetros".

El caso del candidato del PP en Parla (115.000 habitantes) es más llamativo. Miguel Ángel López es el exalcalde de Torrejón de Velasco. Ha dimitido hace un par de semanas para zambullirse de lleno en la campaña.

También hay paracaidistas del PP en Fuenlabrada o Valdemoro. El actual director general de Inspección de la Sanidad, Manuel Molina, abandona su responsabilidad para competir por Fuenlabrada (197.000 vecinos), donde inició su carrera política como concejal entre 1995 y 1999. Aguirre ha enviado al primer teniente de alcalde de Ciempozuelos, Carlos Boza Lechuga, para lidiar en Valdemoro (62.000 habitantes). El alcalde, el popular José Miguel Moreno, expresó su intención de no continuar en el Consistorio. El candidato es de Valdemoro, donde tiene profundos lazos familiares, aunque lleva ocho años viviendo en Ciempozuelos. Aguirre también ha movido ficha en Boadilla, uno de los municipios salpicados por el Gürtel. Allí ha colocado a Antonio González Terol, director general de Asuntos Europeos de Madrid. Aunque reside en el municipio, nunca ha desarrollado actividad política allí.

Juan Soler, candidato popular a la alcaldía de Getafe, junto a Esperanza Aguirre.
Juan Soler, candidato popular a la alcaldía de Getafe, junto a Esperanza Aguirre.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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