1.500 euros por no limpiar la caca del perro
Móstoles multa a 70 vecinos este verano por dejar los excrementos en la calle
La Policía Local de Móstoles ha multado con 1.500 euros a cada uno de los 70 vecinos a los que este verano sorprendió no retirando de la calle los excrementos de sus perros. La medida forma parte de una ofensiva contra la suciedad que producen los animales.
Las asociaciones de vecinos consideran las multas "una exageración, una salvajada en estos tiempos de crisis", explica Miguel Ángel Pérez, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Móstoles (FAVEM). El concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Manuel Manjavacas, responde que su intención es precisamente ésa: asustar a los infractores. "El objetivo no es hacer caja, sino disuadir. El centro de la campaña ha sido la concienciación, pero hay quien sólo reacciona cuando le tocan el bolsillo", explica.
La primera fase de la campaña, iniciada en julio con la intención de asegurar el cumplimiento de una ordenanza municipal de 2005 en la que el Ayuntamiento incluye la deposición canina en la a vía pública como falta "grave", consistió principalmente en la distribución de bolsas de plástico para recoger los desechos; para la segunda, la policía ha planteado "un dispositivo de vigilancia y control", como denominan desde el Ayuntamiento a las dos patrullas de agentes -una de ellas, de paisano- de la Unidad de Protección del Medio Ambiente que se dedican a la localización de propietarios de canes infractores.
La limpieza de las calles le cuesta a Móstoles ocho millones anuales, según cálculos del Consistorio. "Y no siempre luce. Mucha gente está descontenta con la suciedad que traen los perros", explica el concejal Manjavacas. "No se puede permitir que, por culpa de dueños irresponsables, una inversión tan grande quede en nada", argumenta. Los vecinos no dejan, sin embargo, de percibir la campaña como "demasiado agresiva", según explica la FAVEM.
La estrategia está inspirada en el éxito que el Ayuntamiento reclama para su operación contra los graffitis de hace cuatro años, que también conjugaba la limpieza y las tareas de información con sanciones entre los 300 y 3.000 euros, que podían llegar a los 6.000 si reincidían.
Otras ordenanzas municipales contemplan multas de gran cuantía para los dueños que no limpien los excrementos de sus mascotas, pero raramente se aplican. En la ciudad de Madrid, la falta pasó de castigarse en 2008 con 90 euros a una multa de entre 750 y 1.500 euros en 2009. La proliferación de ordenanzas estrictas ha sido noticia este verano. Los animales son a menudo sus protagonistas, como en el caso de la localidad gerundense de Maçanet de la Selva, donde se ha prohibido a los perros viajar en ascensor, y sólo se permite tener en los pisos a dos perros, dos gatos y dos hurones.
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