Sencilla y fría, es decir, perfecta
Carla Bruni canta en Nueva York a Nelson Mandela por su 91 cumpleaños
Fría, sencilla y sin embargo, perfecta. Esa fue la impresión indeleble que dejó la primera dama francesa Carla Bruni-Sarkozy a su paso guitarra en mano por el concierto homenaje a Nelson Mandela que el sábado se celebró en el Radio City Music Hall de Nueva York con motivo del 91 cumpleaños del premio nobel de la paz. Su tez blanca limpia de maquillaje, el pelo suelto sobre los hombros, un traje de chaqueta negro, pantalones a juego, una guitarra acústica, sus inconfundibles ojos verdes y su voz seductora. Acompañada por el británico Dave Stewart (ex Eurythmics), con el que está preparando un disco, Bruni hizo su entrada sobre el escenario tímidamente, tras ser presentada por el actor Forest Whitaker como "una célebre cantante europea que vendió dos millones de copias de su primer álbum y que además ahora es la primera dama de Francia".
Bruni anunció que tocaría dos temas, uno en francés y otro en inglés y sin más preámbulo comenzó a desgranar las notas de su mayor éxito Quelqu'un m'a dit, el primer single de su primer disco, que también llevaba ese título y que enamoró no sólo a Francia si no a media Europa. Sin embargo, Bruni no es tan conocida como cantautora en Estados Unidos así que recibió un fuerte aplauso pero nadie se rasgó las vestiduras. No obstante los comentarios entre el público neófito que pudo admirar en pantallas gigantes todos los detalles de su rostro sonaban así: " ¡Dios mio, era verdad que es guapísima!"-.
La osadía que vino después, en cambio, sí puso al auditorio en pie. Bruni y Stewart cantaron a duo el tema " Blowin' in the wind"de Bob Dylan, a quien definieron como el artista "que más canciones ha escrito sobre la libertad". Y como si se tratara de una reconstrucción del Rolling Thunder Revue, la gira que Joan Baez y Dylan hicieron juntos por Estados Unidos en 1975 y 76 y que solía incluir la interpretación a duo de aquel tema, Bruni y Stewart se agarraron a sus respectivas guitarras y se atrevieron a emularles. No dejaba de sonar irónico que una de las canciones protesta por excelencia fuera interpretada por la sofisticada y rica esposa de un presidente conservador. Aún así, el colorido público -había muchos africanos vestidos con trajes tradicionales en la audiencia- les ovacionó.
Mientras cantaban, sobre la pantalla gigante que presidió un concierto lleno de estrellas de la música estadounidense y africana, llovieron imágenes de Nelson Mandela justo en la estrofa que dice " ¿cuántas veces tiene un hombre que existir antes de que le permitan ser libre?". Mandela pasó 27 años en la cárcel por luchar contra el apartheid antes de llegar a ser presidente de Sudáfrica. Durante esos años vio siempre un número sobre su uniforme, el 46664, el mismo que hoy da nombre a la organización a la que iban destinados los fondos recaudados con el concierto Mandela Day, que se celebra cada año coincidiendo con el cumpleaños de Mandela y que en 2010 tendrá Madrid como sede.
Uno de los objetivos de la organización es concienciar al planeta sobre el SIDA y por eso Carla Bruni se atrevió el sábado a romper la promesa que le hizo al casarse a Nicolas Sarkozy de que dejaría de lado los escenarios mientras fuera primera dama: su hermano falleció en 2006 a causa de esa enfermedad, motivo más que de peso como para romper una promesa matrimonial.
Pero pese a ser un concierto con primera dama (quizás el primero de la historia), la reina indiscutible no fue Bruni sino Aretha Franklin, cuya presencia, ritmo, simpatía, peso histórico y voz brutal provocaron ovaciones de tal calibre que dejaron casi en anecdóticos los aplausos que recibió la francesa.
La celebración, que incluía entre los participantes al ubicuo Will. I. Am., a la legendaria Gloria Gaynor -que por supuesto cantó su clásico I will survive-, Baaba Maal, Soweto Gospel Choir, Wyclef Jean, Queen Latifah, Cindy Lauper y Alicia Keys entre otros, además contó con dos presidentes, uno sobre el escenario y otro entre el público. Barack Obama envió un mensaje grabado en el que le agradeció a Mandela haberle "inspirado para ser político y luchar por la justicia" mientras que Nicolas Sarkozy asistió en directo a la actuación de su mujer. Eso sí, el presidente francés tenía prisa por volver a su país así que Bruni no pudo estar en la gran final, cuando todos los participantes se subieron al escenario dirigidos por Stevie Wonder y le cantaron a Nelson Mandela 'Cumpleaños feliz'.
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