La viuda de 'El Chino' reconoce a su ex marido en un vídeo
En el filmado, encontrado entre los escombros del piso de Leganés, tres personas encapuchadas amenazaban con más ataques si España mantenía sus tropas en Irak y Afganistán
La viuda de Jamal Ahmidan, "El Chino", uno de los siete suicidas del piso de Leganés, ha explicado hoy que reconoció a su marido "por la voz y por las manos" entre los tres terroristas encapuchados que en un vídeo encontrado entre los escombros de la vivienda amenazaban con más ataques si España mantenía sus tropas en Irak y Afganistán.
Esta testigo protegido explicó que identificó a su marido como el que se encontraba en el centro de la imagen escoltado por otros dos terroristas que, "por la estatura", consideró que eran los hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha, quienes también se suicidaron en Leganés el 3 de abril de 2004.
No obstante, dijo que no podía afirmar con seguridad que fueran ellos, pero que a "El Chino" le reconoció sin duda "porque era mi marido" y por su voz y sus manos que, dijo, las tenía "finas porque no ha dado un palo en su vida".
Posteriormente, precisó que al decir que tenía las manos finas no se refería a que las tuviera pequeñas sino "delicadas" y explicó además que en los últimos tiempos las tenía "ásperas y muy agrietadas" por el frío y por trabajar con el cemento.
Respecto al 11-M, la mujer recordó que la noche antes de los atentados su marido durmió en la finca de Chinchón en la que supuestamente se prepararon las bombas y que explicó que éste la alquiló en noviembre de 2003 porque, según le dijo, "quería vivir en el campo, tener animales y vivir tranquilo".
Sobre el mediodía del 11 de marzo, prosiguió, su marido le llamó a su móvil desde el teléfono fijo del domicilio de ambos y le preguntó si el niño y ella estaban bien y si habían podido llegar al colegio, a lo que le respondió que sí y que iba para casa a verle, aunque él le dijo que "no podía esperarla".
Cuando llegó al domicilio, Jamal ya no estaba y el día 12 le llamó para decirle que se marchaba a Francia, aunque días después cambió de idea "porque me dijo que quería estar tranquilo ya que habían muerto muchas personas y porque sabía que ahora iban a ir a por todos los suyos", y regresó a casa el 17 de marzo.
Estos de ETA se han pasado
Recordó además que Jamal le comentó a su hijo después de los atentados: "éstos de la ETA se han pasado", aunque no precisó ni cómo se lo dijo ni dónde ni cuándo.
También relató que tras acudir el 19 de marzo para celebrar el Día del Padre a la finca de Chinchón, de la que dijo que "estaba todo hecho una porquería, todo tirado y súper sucio", y regresar luego a su domicilio, "Jamal se fue, me dijo que ya volvería y no le volví a ver más", aunque dijo que sí la llamó y que le comentó que no iba por casa porque había "dos coches raros" en la puerta.
Después de que la detuvieran el 27 de marzo, manifestó que optó por apagar el móvil y que no lo volvió a encender hasta el día en el que se suicidó su marido, aunque ninguna parte le preguntó si ese día habló con él.
Sobre la finca, recordó que ella fue en tres ocasiones y que era su hijo quien iba allí los fines de semana y que por él sabía que iban "albañiles y los amigos de su padre", ya que "Jamal no me contaba nunca lo que hacía por ahí". No obstante, indicó que los dos últimos fines de semana antes de los atentados su padre dio "largas" para evitar llevarse al niño a la finca.
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