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La política oculta de Batasuna

La izquierda 'abertzale' recurre a dirigentes jóvenes para suplir a los detenidos - La Mesa encarcelada pretendía adaptar su actividad a la línea dura de ETA

Entrenada para resistir todo tipo de situaciones adversas, Batasuna se enfrenta a un reto mayor: hacer política en la clandestinidad. Desde este otoño su dirección y su militancia tienen que sopesar cada iniciativa que adopten, dada la incertidumbre a la que les aboca el auto dictado por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón a raíz de la reciente detención de la Mesa Nacional de la izquierda abertzale. El juez considera en ese auto que toda actividad de la ilegalizada Batasuna constituye un respaldo a la organización terrorista ETA. Y la banda ya ha advertido de que tiene todos sus frentes abiertos para atentar.

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Aunque tradicionalmente la actividad de los dirigentes y militantes de la izquierda abertzale se ha caracterizado por cierta clandestinitis propia de quien se mueve en el filo de la navaja, para la actividad política nunca habían tenido recato alguno y siempre habían logrado sortear la ley con habilidad. La nueva situación, sin embargo, les va a complicar y dificultar este trabajo, tanto hacia adentro como hacia fuera. "Es una época en la que pintan bastos", se afirma con preocupación desde sus filas.

¿Dónde se van a tomar las decisiones?, ¿y quiénes las van a adoptar? ¿Se van a poder reunir para diseñar y llevar a cabo actividades políticas ante el riesgo de que la policía les intercepte y les detenga? Junto a estas interrogantes asoman los primeros síntomas. Ya no hay esas ruedas de prensa diarias que proporcionaban a Batasuna una gran repercusión mediática, al menos en Euskadi: sólo concentraciones de familiares de los presos ante las sedes del PSE destinadas al consumo interno. La kale borroka últimamente ha disminuido por la acción policial.

Las primeras reacciones públicas de Batasuna tras la detención de su Mesa Nacional han sido del más puro estilo de la casa. Pernando Barrena, el portavoz que queda en libertad, anunció en ese tono altivo de los momentos duros que reestructurarán rápidamente la dirección encarcelada. Y desde ANV, el partido que les ha facilitado la participación electoral, proclamaron su determinación de presentarse a las elecciones generales de marzo próximo. Advertían así al nacionalismo moderado, que les ha lanzado una OPA electoral con el señuelo de la consulta del lehendakari, Juan José Ibarretxe, que no van a permitir que les arrebaten sus votos, sobre todo después del resultado en las últimas municipales y forales, con el que han revalidado sus tradicionales apoyos.

No obstante, ambas reacciones son voluntaristas, ya que si algo caracteriza la situación actual de Batasuna es la incertidumbre que tiene sobre las posibilidades de mantenerse tan activa como lo ha estado en los últimos años, pese a la ilegalización. Esta espada de Damocles se percibe internamente con mucha preocupación, en contraste con el optimismo que hace una semana pretendía transmitir desde la cárcel Joseba Permach. "El futuro está en nuestras manos", escribía en Gara, recordando otros precedentes difíciles y duros, pero que no resisten la comparación con el momento actual.

En medios de la propia formación se recuerda que Batasuna se pudo reponer con solvencia de la detención de su Mesa Nacional en 1997, porque era un partido legal. Ahora no lo es, y esto va a pesar como una losa, tanto para la actividad de los dirigentes que quedan en libertad como a la hora de buscar sustitutos que, por el hecho de aceptar, serán candidatos a la detención.

Además, en 1997 Batasuna disponía de una generación de relevo para esta eventualidad. Se trata de ese aproximado centenar de militantes ya maduros y fogueados, con capacidad de reflexión política, que se encuentran encausados en el macrosumario 18/98 investigado por el propio Garzón y sobre los que pende la amenaza de la cárcel.

El relevo de la Mesa Nacional desarticulada este mes es por lo tanto mucho más complejo. Y aunque quedan en libertad algo menos de la mitad de sus miembros, los dirigentes más cualificados, los patanegra que han soportado el peso de la gestión política en los tres últimos lustros decisivos para la supervivencia de la formación, están, salvo Pernando Barrena, encarcelados.

La Mesa Nacional detenida estaba preparando un congreso de Batasuna para diciembre. Se trataba de ajustar la actividad de los próximos años a la nueva fase que ETA ha impuesto al romper la tregua. Nueva estructura y nueva doctrina para sobrellevar la etapa de dureza que exigen la práctica armada de ETA y la política de tensionamiento que correspondería a Batasuna y en la que no cabe resquicio para la duda. La celebración de este congreso fuera del alcance de la policía es el primer reto para los dirigentes que están en libertad.

La renovación forzosa se tendrá que hacer con gente mucho más joven y, además, en la clandestinidad. Una situación difícil -"peligrosa", según fuentes internas-, teniendo en cuenta la falta de experiencia y preparación que tienen para dirigir la formación. Por eso no se descarta recuperar a veteranos que sirvan de nexo con el pasado, entre ellos Tasio Erkizia, José María Olarra o el desconocido pero no por ello menos clave Joxean Etxeberria, hermano de Rufi Etxeberria.

Cada ruptura de tregua de ETA ha supuesto un desgaste para la formación abertzale, por eso ETA emitió su comunicado tras los comicios municipales. En ellos, Batasuna-ANV demostró que mantiene su nicho de votos, que le ha permitido entrar en un centenar de municipios, el único soporte legal que le queda a la formación.

Dirigentes de Batasuna, en una comparecencia tras el encarcelamiento de su portavoz Arnaldo Otegi en marzo pasado.
Dirigentes de Batasuna, en una comparecencia tras el encarcelamiento de su portavoz Arnaldo Otegi en marzo pasado.JESÚS URIARTE

LOS DIRIGENTES

- Miembros de la Mesa Nacional en libertad:Aitor AranzabalAurore MartinXabier LarraldeAintzina MazustaPernando BarrenaEusebio LasaMarije FullaondoJon GorrotxategiKarmele AierbeMikel EtxaburuJone GoirizelaiaKarmelo LandaPatxi UrrutiaAinara ArmendarizMaite GoienetxeLurdes Uribarri- Los 'históricos'. Varios antiguos dirigentes de la izquierda abertzale pueden recobrar protagonismo en la futura dirección renovada. Entre ellos figuran Tasio Erkizia, José María Olarra y Joxean Etxeberria.

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