"Lo peor ha sido que se fuera Solbes"
Carlos Ocaña dice que se lleva "magníficamente" con su ministra, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado. Pero entró en el ministerio hace seis años de la mano del ex ministro Pedro Solbes y dice que, desde el punto de vista personal, lo peor que le ha pasado hasta el momento es "que se fuera Solbes". "Fue un proceso mucho más largo de lo que pareció, no duró solo el día que se anunció. Y personalmente lo sentí mucho. Y también, en términos personales, algunas reuniones son aburridísimas", bromea.
Ocaña (Madrid, 1959) es directo, habla claro sobre las medidas de recorte adoptadas por el Gobierno el pasado mayo para ajustar la economía española a la crisis, que vivió muy de cerca, y sobre lo que le echen, relacionado con su terreno. Se siente cómodo hablando de presupuestos y es optimista sobre la situación en la que se encuentra España tras esos ajustes económicos. Aunque lanza reiteradamente un mensaje para navegantes: "Tenemos bien encaminadas las cosas, pero no podemos relajarnos".
"Llevábamos unos tres años diciendo que había que adoptar medidas"
"Es sorprendente que los agentes sociales no apoyaran los ajustes"
Ocaña lleva cuatro años y medio en el cargo y antes fue secretario general de Presupuestos. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, entre otros cargos ha sido subdirector de la Comisión Nacional de la Energía. En 2005 sustituyó en el cargo a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, con el que había colaborado y trabajado "muy a gusto".
¿Cuáles son las medidas más relevantes en las que ha intervenido personalmente? "Aparte de los seis Presupuestos del Estado, que cada uno de ellos es un mundo, en rematar la reforma fiscal que se hizo en 2006 y en todo el giro reciente que hemos tenido que dar a la política económica y fiscal del país, en concreto las medidas que se aprobaron el pasado mayo, que son muy importantes para el país; hacerlas era esencial, pese a que eran unas medidas de una dureza muy notable".
¿Le ha resultado duro adoptarlas? "Preferirías no tenerlo que hacer. Siempre se queda uno con la pregunta de si no podíamos haberlo evitado habiendo actuado antes. Pero había que hacerlo, era duro pero esencial, no teníamos ninguna duda. Lo que te sorprende en situaciones como esa, que está clarísimo lo que hay que hacer, es que haya quien teniendo conocimiento de la situación no lo apoye". ¿Se refiere al PP? "Sí, pero no solo, también a los agentes sociales. No hablo del Gobierno ni de la oposición, sino en general. Como sociedad española hemos estado un poco lentos".
Mucha gente sigue creyendo que quizás no era del todo necesario acometer unas medidas tan duras. ¿Qué ha pasado? ¿Se ha transmitido mal? "Es posible que se haya contado mal. Con toda seguridad se perdió demasiado tiempo discutiendo si la crisis era una gran crisis o una pequeña crisis, o si era simplemente un pequeño ajuste lo necesario. Todo ese tiempo hubiera estado mejor empleado en haber ido adoptando medidas que si se toman gradualmente siempre son menos traumáticas que si se toman todas de golpe. Como país tenemos que hacer una cierta autocrítica. También creo que desde mayo las cosas han cambiado radicalmente. Pero ahí nos faltaron reflejos a toda la sociedad española".
Con la ministra Salgado se considera "complementario". "Trabajamos en equipo, las discusiones son sinceras". ¿Cómo vivió los recortes con la ministra al lado? "No es que te levantes un día por la mañana y digas: tenemos que reducir la inversión, por ejemplo, en infraestructuras. Es algo que veníamos diciendo por lo menos desde que hubo atisbos de que se acercaba la crisis económica, hace dos años y medio, antes del último cambio de Gobierno. Si desenterrara documentos, algunos son de hace prácticamente tres años, con alternativas que van madurando lentamente".
¿Cuál es su receta ante la crisis en su área? "Vivir de acuerdo a nuestras posibilidades". ¿Y su prioridad a partir de ahora? "Aunque estamos mejor, todavía queda mucho por hacer, estamos a mitad del proceso de ajuste del gasto, de apretarse el cinturón. El proceso no ha terminado, y todas las reformas que hay que hacer están empezándose. Mi prioridad es que no nos relajemos y hagamos todo eso que hemos dicho que vamos a hacer".
¿Pero quedan más sorpresas? ¿Nuevos recortes? "Con lo complicada que ha sido esta crisis, da miedo decir que ya no va a pasar nada más. Creo, tocando madera, que lo peor ya ha pasado". ¿Es optimista entonces? "A los de Hacienda nos ven como pesimistas profesionales. Nuestro trabajo es ser más realistas que nadie".
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