Mojácar pedirá la declaración de zona catastrófica tras el incendio
El fuego en la localidad almeriense arrasa 3.500 hectáreas y obliga a desalojar a 3.000 personas.- El servicio de extinción de incendios afirma que el fuego ya está "estabilizado"
El fuego ha vuelto a castigar la zona de Sierra Cabrera (Almería). En menos de una semana se han declarado dos incendios en la misma comarca. Las llamas y el humo rodeaban este jueves el pueblo de Mojácar (6.800 habitantes), situado en una montaña, y obligaron al desalojo masivo de 3.000 vecinos tanto de esta localidad como de las cercanas Turre y Abla. Hasta el momento, el fuego -cuya propagación está controlada- ha arrasado ya 3.500 hectáreas, según han informado la Cruz Roja y fuentes municipales. La alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano (PP), pedirá la declaración de "zona catastrófica" para su localidad y el municipio de Turre.
Personal del dispositivo de prevención y extinción de incendios de la Junta de Andalucía (Infoca) admite que desde las diez de la mañana la situación evoluciona favorablemente, y casi todos los focos están estabilizados (controlada su propagación), incluido el más agresivo, en el término municipal de Turre.
En Mojácar, el fuego ha causado bastantes daños, concretamente en la zona baja de la montaña donde está situado. El área más afectada corresponde al ala opuesta a la playa, donde algunas viviendas y automóviles han sido alcanzados por las llamas provenientes de la sierra. Mucha gente de esta zona está sin luz ni agua en estos momentos. Las antenas de comunicaciones también han sido dañadas.
Los evacuados han sido trasladados a los municipios vecinos de Garrucha, Vera, Carboneras y Cuevas del Almanzora, donde se han establecido albergues provisionales y son atendidos por efectivos de Cruz Roja, personal de los ayuntamientos, agentes policiales y Protección Civil. No hay heridos, tan solo algunos casos de ansiedad e inhalación de humo, además de un millar largo de evacuados. De madrugada, la gente ha dormido en las sillas, en los camastros habilitados por la Cruz Roja, al raso encima de una toalla. Las personas desalojadas de las casas de la playa han regresado a sus viviendas bajo supervisión de la Guardia Civil y la Policía Local.
Según un cabo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), "el fuego podría haber sido fruto del fuerte viento, que alcanzó ayer más de 80 kilómetros por hora, y tal vez avivó las brasas de las raíces calcinadas bajo tierra durante el incendio de la semana pasada en la misma zona". En cualquier caso, aún no se descarta ninguna hipótesis.
Zona catastrófica
La alcaldesa ha indicado que la línea del incendio ha quedado "a unos 15 metros de las primeras casas del pueblo" mientras que la sierra se encuentra "calcinada", por lo que las llamas devoraron también "cortijadas, huertos y algunas casas colindantes sobre las que aún no se tienen valoración", según ha explicado a Europa Press.
El fuego se inició sobre las cuatro de la tarde del jueves y se propagó por la Sierra Cabrera, la misma zona en la que hace una semana otro incendio arrasó casi 5.000 hectáreas, lo que lo convirtió en el más grande del año en Andalucía.
Llamas desde la playa
En Mojácar, la parte sur del pueblo tuvo que ser desalojada a las cinco de la tarde del jueves por los efectivos de emergencia. "Ha sido muy extraño porque se han visto varios focos de fuego por distintos puntos de la falda de la montaña", contaba Juan, que tiene un hostal en la cima. Jacinto García, un hombre de 75 años en silla de ruedas, podía ver sobre las diez y media de la pasada noche las llamas desde su casa situada en la zona de la playa, informa Elsa Granda. "Nos han dicho por altavoces que nos marcháramos del pueblo. La gente ha cogido corriendo sus cosas y se ha marchado en los coches. El incendio empezó sobre las cuatro de la tarde y ahora mismo está a unos 70 metros de nuestra casa", señala mientras su esposa entra llorando en la vivienda. "Parece que ya viene a buscarme la ambulancia", se despide apresurado.
Otra mujer, Andrea, contaba al salir del puesto de la Cruz Roja de la playa de Mojácar, donde acababa de ser atendida por quemaduras leves, que mientras huía en su coche entraron brasas por la ventanilla que le quemaron el brazo.
Mari Carmen, de vacaciones en una urbanización cercana a la playa que fue desalojada, dijo haber visto arder algunas casas en el monte desde la ventana de su edificio, donde se encerró por la tarde para escapar del humo. "Estamos con el aire acondicionado desde las cinco de la tarde, hay 46 grados en la calle", explicó.
Todos los efectivos estaban completamente saturados en la tarde y la noche de este jueves. El motivo del desalojo fue la densidad del humo y el calor, según informaron fuentes del 112 de emergencias. En Vera, a unos 10 kilómetros de Mojácar, también acusaron el incendio. "Estamos cenando en una terraza de Vera y a 45 grados. Es por el incendio. Se ve el humo desde aquí. Mañana nuestro jardín estará lleno de cenizas, como la semana pasada", aseguró Jaime, un turista de Madrid.
Además de los habitantes de Mojácar, también se desalojaron algunas viviendas de las urbanizaciones cercanas y algunos establecimientos hoteleros de la zona oeste. Todos los desalojados fueron conducidos al pabellón de deportes de Vera y a la casa de la cultura de Garrucha. El Plan Infoca declaró el nivel dos de emergencia, por lo que demandó la ayuda de la Unidad Militar de Emergencia para colaborar en las tareas de extinción. Hasta la zona se desplazaron un avión de coordinación, cinco helicópteros de extinción y tres aviones de carga en tierra. El fuerte viento de poniente, que alcanzó rachas de 80 kilómetros por hora, impidió el funcionamiento de la mayoría de los medios aéreos. El operativo terrestre estaba compuesto por 200 especialistas en extinción de incendios y 12 vehículos autobomba.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.