Mata a una persona y hiere a seis tras sembrar el pánico en Santutxu
Vecinos y comerciantes del barrio bilbaíno consiguieron reducir al asesino
Un asesinado a cuchilladas y seis heridos más por arma blanca, tres de ellos graves, fue el resultado del macabro suceso que ayer conmocionó a los vecinos del populoso barrio de Santutxu, en Bilbao. Pasaban las nueve y media de la mañana cuando el supuesto agresor, un iraní de 31 años, decidió emprenderla a machetazos contra todo el que se iba cruzando en su camino, a la altura de una concurrida boca de metro, por causas que aún se investigan. Fueron varios vecinos y comerciantes de la zona quienes consiguieron reducirlo en el interior de un bar antes de que llegara la Policía local para detenerlo, aunque para entonces se había cobrado ya una víctima mortal.
El individuo había merodeado minutos antes por varios establecimientos comerciales del barrio con una actitud errante y la mirada perdida. "Como si estuviera buscando un detonante para su acción", según una testigo. Y lo encontró poco después, al discutir con una pareja junto a la salida del metro de la calle Zabalbide. Tras un breve intercambio de advertencias, B. A. K. esgrimió su cuchillo, de 17 centímetros de hoja, y asestó las dos primeras puñaladas al joven que le había plantado cara, de 28 años. Después la emprendió con su chica, de 30. Él quedó herido leve. Ella, grave. Fue solo el comienzo del fatal sucedido.
Un profesor volcado con el euskera
Kepa M. O. no podía imaginar ayer que su café matinal en el bar Errondaberri de Santutxu, del que era cliente habitual, iba a culminar esta vez en tragedia. Sin pretenderlo, a sus 65 años, se encontró en el lugar menos preciso y en el momento más inoportuno. Pasadas las nueve y media de la mañana se cruzó con su asesino, que sin conocerle ni mediar palabra le asestó cinco puñaladas. Las que recibió en el tórax fueron mortales de necesidad. Profesor de educación primaria, se había jubilado hacía casi tres años. Trabajó durante una larga temporada en la ikastola Karmelo de Bilbao, ubicada a escasos metros del lugar del suceso, aunque se jubiló en el colegio Zamakola del barrio de La Peña. Allí afrontó sus últimos cursos como docente. De carácter social y afable, según sus compañeros, destacó en su trayectoria profesional por su incansable defensa del euskera en las aulas.
Mientras la sangre de las dos primeras víctimas comenzaba a empapar la acera y los crecientes gritos alertaban del peligro, los nervios hicieron mella en el agresor, que avanzó calle abajo tratando de apuñalar a otros viandantes. Acosado por vecinos y comerciantes, decidió refugiarse en un bar cercano, donde consumó la tragedia al emprenderla a cuchilladas contra los clientes del local. Cinco asestó a K. M. O., un profesor jubilado de 65 años que estaba tomando un café y no pudo sobreponerse a las que recibió en el tórax. Los servicios médicos desplazados hasta el lugar de los hechos solo pudieron confirmar su muerte. Otras cuatro personas, de entre 20 y 53 años, resultaron heridas y fueron desplazadas hasta distintos centros hospitalarios.
Según el parte que hizo público el departamento vasco de Interior a última hora de la tarde, los dos heridos leves y que habían sido atendidos en el hospital de Galdakao (A. S. D., de 28 años, y P. G. L., de 53) habían sido ya dados de alta. En Cruces permanecían dos mujeres (A. M. Z., de 30 años, y A. M. P., de 47) en estado grave tras haber recibido sendas puñaladas en el abdomen. En Basurto, por su parte, seguían hospitalizadas dos chicas jóvenes: E. V. U., de 20 años, y M. M. B., de 21. La primera, en estado grave por una herida lumbar; la segunda, de pronóstico reservado tras la puñalada recibida en una fosa renal.
El arrestado, que pasó a disposición de la Ertzaintza debido a la gravedad del suceso, ingresó en la unidad de urgencias de psiquiatría de Basurto para determinar su estado mental, ya que los primeros indicios apuntaban a una posible enajenación como causa del violento episodio. Después pasó a dependencias policiales. El suceso conmocionó al populoso barrio, en el que residen cerca de 35.000 habitantes, una décima parte de los bilbaínos. "Si esto es muy tranquilo. Aquí nunca han pasado cosas de este tipo", manifestó al filo del mediodía Joaquín Santiago, vecino de la zona, estupefacto aún por lo ocurrido.
El Ayuntamiento convocó una junta urgente de portavoces que condenó lo ocurrido, trasladó su solidaridad a las víctimas y avanzó la pretensión municipal de personarse como acusación popular para que caiga sobre el agresor "todo el peso de la ley". Para el mediodía de hoy se ha convocado una concentración silenciosa de protesta frente a la escalinata del consistorio.
También el lehendakari, Patxi López, confió en que se haga justicia ante un ataque que no dudó en calificar de "salvaje". "Es un día de luto para la sociedad vasca", consideró. Por su parte, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, visitó a las distintas víctimas y a sus familiares, a quienes trasladó su "apoyo, cariño y cercanía" en los respectivos centros hospitalarios.
El populoso lugar del suceso, donde equipos de la Policía local y de la autonómica han recogido pruebas hasta pasadas las dos de la tarde, se ha llenado de curiosos durante toda la mañana. El Ayuntamiento de Bilbao ha convocado una junta de portavoces que ha condenado lo ocurrido y ha anunciado la pretensión municipal de personarse como acusación popular para que sobre el agresor "caiga todo el peso de la ley". El lehendakari, Patxi López, ha confiado por su parte en que se haga justicia ante la "salvaje" actuación del supuesto asesino.
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