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Reportaje:El Ejército revela a los voluntarios

El desembarco del chapapote

La Armada envía un buque nodriza de 160 metros de eslora para auxiliar a los voluntarios y marineros que trabajan en las Cíes

El almirante José María Treviño quiere conocer la situación de primera mano y se embarca en la primera lancha que parte hacia las islas Cíes desde el dique del buque de asalto Galicia, enviado por la Armada al parque nacional de las Islas Atlánticas para ayudar a retirar el negro y viscoso chapapote del Prestige que ensucia desde el martes esta joya ecológica.

Nada más alcanzar Monteagudo (la isla situada más al norte del parque nacional), el almirante Treviño se presenta en la playa de Cantareira justo en el momento en que marineros y voluntarios acaban de dejar los cubos de chapapote para comerse un bocadillo.

Pablo Silva, un mariscador de Cangas, aprovecha para espetar al almirante: "¿Cómo es que no vinieron antes?". A sus espaldas, la mujer de Pablo Silva comenta: "Ya verás, a éste hoy me le encierran".

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El almirante Treviño, escoltado por el coronel de Infantería de Marina Camaño, le responde: "Eso no depende de nosotros, pero le aseguro que sólo 24 horas después de que nos llamaran ya estábamos aquí".

"No puede ser que cuatro marineros y la gente de las bateas saquen todo este petróleo con los capachos", continúa Silva, "hagan ustedes una rampa para poder meter las máquinas hasta la playa".

El almirante trata de explicarse: "Eso no se puede hacer así como así, estamos en un parque natural". "¿Natural?", contesta Silva extrañado. "No hombre no. Natural ya no lo es".

Las islas Cíes están consideradas como la joya ecológica de Galicia. A ella acuden todos los veranos miles de turistas a bordo de los barcos de línea regular que salen de los puertos de Vigo, Baiona y Cangas de Morrazo. Uno de los barcos pioneros en esta ruta, el Illas Ficas -ahora dedicado a otros viajes-, es precisamente el utilizado en la película Los lunes al sol, filmada en Vigo. Este mismo año las Cíes han sido elevadas de rango por el Gobierno central, que ha dado el visto bueno a la creación del parque nacional de las Islas Atlánticas, integrado por los archipiélagos de las Cíes y de las Ons, la isla de Sálvora y la isla de Cortegada. Las Cíes, con un total 1.000,80 hectáreas, pertenecen al Ayuntamiento de Vigo y están consideradas las islas emblemáticas de este nuevo parque nacional, que echó a andar el 13 de junio.

Casi un mes después de que el casco del pterolero Prestige se abriera y comenzara a expulsar el fuel que hace seis días alcanzó las playas de Cíes, Ons y Sálvora, el Ministerio de Defensa se ha presentado en Vigo con un espectacular dispositivo. El buque nodriza Galicia, de 160 metros de eslora y 25 de manga, zarpó a las 8.30 de ayer del dique de trasatlánticos del puerto de Vigo con sus bodegas cargadas de maquinaria pesada (tractores, palas mecánicas y horquillas) y 450 infantes de marina, dispuestos a desembarcar en todas las islas de este parque nacional y en la playa de Anelas, en el municipio de Finisterre. El Galicia permanecerá en la zona por tiempo indefinido. De él dependerá la atención médica y el abastecimiento de los voluntarios y militares que combaten la extensa contaminación dejada por el Prestige en estas islas gallegas, a las que a diario acuden los marineros a ganarse la vida.

El buque cuenta con un hospital a bordo, y servirá de alojamiento para todos los soldados desplegados en la zona. Sus lanchas de asalto serán utilizadas para acelerar el traslado de los contenedores de fuel, que se apilan repletos en varias zonas del parque sin que nadie hasta el momento haya podido llevárselos.

Cuatro helicópteros participarán también en las operaciones: dos SH3D para el transporte de tropas y dos AB 212 que podrán utilizarse para otras tareas como el transporte de contenedores o la inspección de las costas.

Desde las diez de la mañanalas barcazas cargadas de soldados vararon en las playas de las Cíes, que previamente inspeccionaron los buceadores de la Armada. Los helicópteros también llevaron efectivos a otros puntos del parque natural. Los que tenían como destino Monteagudo se pusieron a disposición de los coordinadores de Medio Ambiente de las islas. A algunas cuadrillas se les asignaron zonas específicas de trabajo. Otras se integraron en las cadenas humanas que desde hace siete días forman los pescadores y mariscadores.

"Trabajaremos en cuadrillas de seis personas comandadas por dos cabos", explicó el sargento Antonio Varo justo antes de embarcarse en una de las lanchas de asalto, llamadas Eco en la jerga de la Armada. "Sabemos que sólo podemos trabajar cuatro hora seguidas. Después tenemos que descansar".

Los técnicos del parque agradecieron la presencia de los militares. "Con sus medios limpiarán las zonas poco accesibles para los voluntarios", aseguró Carlos Ruiz, director adjunto del parque nacional de las tablas de Daimiel, que trabaja en la zona. "Se llevarán los contenedores que ya están llenos, el verdadero cuello de botella de la cadena de limpieza".

Pero algunos voluntarios no pudieron reprimir su enfado por el retraso con el que, a su juicio, llegan los militares. En la playa de Cantareira, donde pescadores y militares trabajan codo con codo, se escucharon chascarrillos que comparaban el trato recibido desde el Gobierno central con el dinero gastado "en tanques alquilados para desfiles y aviones que luego se caen".

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