Vilalta: "Estamos felices; es un gran día para nosostros"
La secretaria de Cooperación, Soraya Rodríguez, recibe en la capital de Burkina Faso a los dos voluntarios de Acció Solidaria recién liberados .- El Gobierno confirmó este mediodía que los dos cooperantes están "libres" y llegarán hoy a Barcelona
Uno de los dos cooperantes liberados este fin de semana por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Albert Vilalta, ha expresado desde Uagadugú, capital de Burkina Faso, su satisfacción por el final de un cautiverio que se prolongaba desde el pasado mes de noviembre. "Estamos felices, es un gran día para nosotros", ha declarado Vilalta ante los periodistas después de aterrizar en la capital de Burkina Faso y antes de ser trasladado a Barcelona junto a Roque Pascual.
Los dos cooperantes, que aparentemente se encuentran en buen estado de salud, sonreían al ser recibidos por autoridades españolas, ha informado un testigo de la agencia Reuters. Los cooperantes, secuestrados el pasado mes de noviembre cuando formaban parte de un convoy humanitario de la ONG Barcelona Acció Solidària, han aterrizado acompañados por el mediador en el proceso, Mustafa Imam Shafi. La salida de Ugadugú se ha retrasado porque, a diferencia de lo que sucedió con Alicia Gámez, los dos rehenes han acudido a visitar al presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré.
Los cooperantes han puesto rumbo al Aeropuerto de El Prat de Barcelona a bordo de un Falcon de la Fuerza Aérea Española, que salió a su encuentro desde Madrid con sus esposas, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, agentes del CNI, un médico y un psicólogo. Se espera su llegada a la capital catalana, hasta donde se ha desplazado una caravana simbólica de la ONG Barcelona Acció Solidària a partir de las dos de la madrugada de este martes. Está previsto que hagan una breve declaración en el mismo aeropuerto.
El helicóptero que ha llevado a Uagudugú a los cooperantes ha tenido que hacer una escala sobre las 17.15 (hora española) para repostar en el pequeño aeropuerto de Gorom-Gorom, en Burkina Faso, donde los cooperantes han podido comer y lavarse, según el mediador. El grupo se encuentra acompañado de varios agentes de CNI. El aparato salió de Malí por la zona de Menaka. El mediador Mustafa Chafi ha comunicado mediante un SMS en francés la situación de los dos españoles: "Estoy en el helicóptero con los dos ex secuestrados. Todo ha ido muy bien".
El Gobierno: "En manos seguras"
"Están libres". Con estas palabras ha confirmado este mediodía el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la liberación de Vilalta y Pascual que fueron secuestrados en noviembre en Mauritania por Al Qaeda en el Magreb Islámico. Minutos antes, ya había confirmado el Gobierno que los dos voluntarios estaban "en manos seguras". Zapatero ha dado cuenta de la liberación en una breve comparecencia de prensa en Moncloa, sin preguntas, en la que no ha dado ningún detalle de la liberación.
El jefe del Ejecutivo se ha limitado a dar la noticia de la liberación "tras 268 días en manos de sus secuestradores, casi nueve meses de sufrimiento para ellos y sus familias". Un rescate que "pone punto final a una acción terrorista que nunca debió producirse", informa Luis R. Aizpeolea. "Hoy es un día de alegría para Albert y Roque, para sus familiares, amigos y todos los españoles y para los servidores públicos han dedicado esfuerzos y desvelos al feliz desenlace".
Ha destacado que ese periodo ha sido de "preocupación y ocupación del Gobierno, que ha intensificado la actividad diplomática y de inteligencia para lograr la liberación". Sobre todo, ha agradecido a "las fuerzas de seguridad y de inteligencia y a la vicepresidenta [María Teresa Fernández de la Vega], que ha coordinado" el proceso de liberación. Asimismo, ha agradecido la "cooperación de los gobiernos de la zona", la "confianza de los familiares en que el Gobierno llevaría a buen puerto la compleja, laboriosa y difícil operación". Finalmente, ha agradecido "su actitud y su prudencia" a los medios.
El secuestro más largo
Fue ayer tarde cuando el secuestro más largo de la historia del Sahel comenzó a tocar a su fin. Los dos rehenes españoles fueron sacados por la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) de su último escondite y comenzaron un periplo por el desierto de Malí camino de su liberación tras casi nueve meses de cautiverio.
El anuncio, a primera hora de la tarde, de la liberación de los dos catalanes por la cadena de televisión árabe de noticias Al Arabiya desbarató los planes del Ejecutivo, que solo tenía la intención de dar a conocer la buena nueva el lunes a partir de mediodía, cuando ambos estuvieran no solo en un terreno seguro sino junto a Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, y de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Otras fuentes conocedoras del desarrollo de la negociación sostenían anoche que Vilalta y Pascual ya habían perdido de vista a los barbudos que les custodiaron desde mediodía del domingo, pero que aún tenían por delante la travesía de Malí -primero el desierto y después la sabana-, un país en el que campan a sus anchas contrabandistas y traficantes de droga.
El recorrido lo efectuaban a bordo de varios todoterrenos acompañados de Mustafá Chafi, al que AQMI dio cita, comunicándole las coordenadas GPS, en algún punto del norte de Malí. Les escoltaban además un puñado de malienses pertenecientes a uno de los grupos armados no islamistas que pululan por el norte del país y que no inspiraban excesiva confianza al resto de la comitiva. De ahí la prudencia del Gobierno. Al final del viaje tenían previsto alcanzar la frontera de Burkina Faso, donde un helicóptero oficial les recogerá hoy, lunes, para trasladarles a Uagadugú, capital del país.
En las conversaciones que mantuvo desde hace un par de semanas con el Gobierno español, el mediador dio a entender que se había iniciado "la recta final" para la liberación de los dos rehenes. Ambos fueron apresados, junto con Alicia Gámez, el 29 de noviembre en la principal carretera de Mauritania. Gámez fue liberada el 9 de marzo sin ninguna contrapartida.
La puesta en libertad de Pascual y Vilalta se ha desarrollado de manera muy similar a la de Gámez, hace ya más de cinco meses. Tras un largo cautiverio en Malí, no han sido finalmente liberados en ese país sino en el vecino Burkina Faso, cuyo presidente pone gran empeño en resolver problemas regionales. De nacionalidad mauritana, Chafi, el mediador, se dio a conocer a partir de 2002 desarrollando una labor de buenos oficios en la guerra civil que asoló Costa de Marfil.
El optimismo de Chafi se justificaba por la entrega, el pasado fin de semana, de Omar Ould Sidi Ahmed Ould Hamma, apodado Omar Saharaui, por Mauritania a Malí. Omar Saharaui fue condenado en julio, por el tribunal penal de Nuakchot, a 12 años de trabajos forzados por haber organizado el secuestro de los tres españoles . En agosto, en plenas vacaciones judiciales, un tribunal de apelación confirmó la sentencia.
La liberación de Omar Saharaui
El pasado fin de semana, Omar Saharaui fue, sin embargo, sacado de la prisión central de Nuakchot -sin que sus abogados fueran informados-, y entregado a su país de origen, Malí, donde no tenía ninguna causa pendiente, según Sidi Bounena, uno de los letrados de la defensa. Estos aseguraron incluso que Malí no había solicitado su extradición.
Una vez en Bamako, se pierde el rastro de Omar Saharaui, que no ingresa en prisión. Queda claro que está ya libre y así queda también despejado el camino para la liberación de los dos presos catalanes de Al Qaeda. Desde abril de 2009 la organización terrorista ha conseguido así la excarcelación de al menos nueve reos, todos ellos en Malí.
A diferencia de los demás presos que salieron de la cárcel de Kati, cerca de Bamako, Omar Saharaui no es exactamente un terrorista, sino un mercenario que aceptó el encargo de Al Qaeda de organizar el secuestro de los tres voluntarios catalanes a cambio de 15.000 euros, según quedó demostrado durante el juicio.
A Mokhtar Belmokhtar, el jefe de la katiba (célula terrorista) en cuyo poder estaban Pascual y Vilalta, no le molestó especialmente que el mercenario fuera detenido, pero sí las condiciones en que se llevó a cabo su apresamiento. El abogado Sidi Bounena asegura que un comando mauritano cruzó la frontera para capturarle en Malí, cerca de Tombuctú, donde su cliente custodiaba un rebaño de camellos. Belmokhtar lo consideró una provocación y una amenaza.
La prioridad de Belmokhtar fue obtener, a cambio de sus dos rehenes españoles, la liberación de Tagui Ould Youssef, un mauritano que fue su lugarteniente y al que la policía de Níger detuvo en marzo con la ayuda de la DGSE, el servicio secreto francés. El amigo de Belmokhtar fue extraditado a Mauritania el 5 de mayo, pero el presidente Mohamed Abdelaziz se negó a ponerle en libertad pese a la petición que le hizo, el 6 de junio en Nuakchot, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Belmokhtar aceptó entonces conformarse con la liberación del mercenario Omar Saharui además del rescate pecuniario que pagó el Estado español. En abril de 2009 ya cobró, según la prensa canadiense, unos 3,7 millones de euros a cambio de poner en libertad a dos diplomáticos de ese país, Robert Fowler y Louis Guay, capturados en diciembre de 2008 en el este de Níger.
Ese mismo mes fueron también excarcelados en Bamako cuatro terroristas, uno de ellos el argelino Omar el Merdaci, con un largo historial delictivo a sus espaldas.
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