_
_
_
_
Tribuna:El polémico proceso a Garzón
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La caza

Hace algunos meses comenzó a extenderse un rumor en el mundo jurídico, especialmente en el madrileño: el Juez va a caer. Todos repetían el vaticinio: el Juez va a caer. Era curioso, nadie hablaba, al contrario de lo que resulta habitual, de qué delitos había cometido el Juez. Porque no importaba. Lo importante es que iba a caer. El instrumento, extremistas o no, era indiferente. Los que, emboscados, alentaban la hoguera judicial no se sabía si eran conocidos o no, si pertenecían a un grupo de profesionales del Derecho o no, de políticos o no, o mezclados todos ellos. Pero eran los que iban a poner el cascabel al gato.

Y al Juez le llamaron a declarar ante el Tribunal Supremo. Esa misma noche hubo alguna cena de celebración; y al día siguiente, en cierto foro judicial Salomé anunció que iba a cortar la cabeza del Bautista.

Más información
La izquierda política y judicial se moviliza para apoyar a Garzón

Desde luego, el Juez lo había puesto fácil, no cabe duda. No pocas de sus resoluciones eran discutibles.

Se había metido muchas veces en la boca del lobo. Demasiados callos pisados. Demasiada televisión. Demasiados traficantes, terroristas y genocidas en su camino; y políticos corrompidos, políticos ladrones. Demasiados cadáveres. Pero ¿no es eso lo que tenía que hacer un Juez? Con menos espectáculo, sí. Pero ¿no tenía que perseguir todos los delitos? ¿O es que acaso debería haber sido un Juez "prudente" y dejar fuera a los excelentísimos delincuentes?

Cuando todo termine se organizará una manifestación, Franco y Pinochet irán a la cabeza, asesinos de ETA, narcotraficantes y administradores públicos podridos compondrán la marcha. Todos vitorearán a la Justicia y al Tribunal Supremo español.

Francisco Javier Álvarez García es catedrático de Derecho Penal de la Universidad Carlos III de Madrid

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_