UPyD airea el riesgo de intervención sobre España
"Estas elecciones son la última oportunidad que tenemos para cambiar las cosas en España. Si no actuamos, vendrán de fuera a cambiarnos la política. Como en Grecia, en Italia, en Portugal... Acabarán poniendo un presidente de Goldman Sachs", advirtió ayer el número dos de UPyD por Madrid, Carlos Martínez Gorriarán, a las 400 personas que se juntaron en la plaza del Dos de Mayo de Madrid en el mitin de ecuador de campaña. El fantasma de la intervención -"Ya somos un país intervenido, el BCE está interviniendo", dijo el número tres, Álvaro Anchuelo-, sirvió al partido de Rosa Díez para volver a pedir a los ciudadanos que voten "sin ideologías, de forma autónoma", y defiendan así "la autonomía de la política" y la del país.
En el granero de UPyD -en Madrid obtuvo en 2008 casi la mitad de sus 300.000 votos- y en la plaza que simboliza "la resistencia" del pueblo español frente a la invasión napoleónica, Díez insistió en equiparar a los dos "partidos viejos", PSOE y PP, y reivindicar la juventud del suyo para abrir una grieta en el sistema. "¿No cayó Napoleón? Caerá el bipartidismo", auguró.
Las últimas encuestas, aunque pronostican una subida considerable frente a 2008, dan a UPyD entre dos y tres diputados, lejos de los cinco que necesita para formar grupo propio y, sobre todo, de los 10 u 11 que Díez calcula que tendrán.
"Ideas, no ideología"
Como hace en cada mitin antes de pasar el micrófono a los asistentes, Díez se ufanó de que UPyD no tiene "ideología" sino "ideas", no es "de derechas ni de izquierdas" ni quiere serlo. "Ya somos mayorcitos para vivir con etiquetas. Lo que hace falta en el Congreso es un partido fuerte, inequívocamente nacional, que no se arruga ante nadie". "Somos un partido es-pa-ñol", silabeó, "porque defendemos la igualdad de los españoles".
"No somos rancios centralistas, somos modestos patriotas", apuntó la número cuatro de la lista, Irene Lozano. Y, picando de la actualidad los presuntos casos de corrupción que salpican a los partidos grandes, describió así al "alma" de UPyD, sus militantes: "Somos gente que, cuando paramos en una gasolinera, paramos a echar gasolina; que, si nos compramos un traje, lo pagamos; que no compramos lechugas con billetes de 500 euros... Gente así de normal".
A todo el que pidió la palabra entre el público le respondieron los dirigentes de UPyD, aunque el tono y los rostros se endurecieron con la única persona, un chico joven, que criticó algo: el discurso "poco serio" del candidato al Senado, Álvaro Pombo.
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