Santiago no alcanza el lleno con la visita de Benedicto XVI
Los cálculos de los hosteleros de Santiago de Compostela, una ciudad tomada desde el sábado pasado por las fuerzas del orden (más de 6.000 agentes, entre policía nacional y local y Guardia Civil) ante la avalancha esperada, pierden fuelle cuando solo faltan tres días para la visita de Benedicto XVI. El mismo día de marzo en que se anunció que el Papa iba a viajar a Santiago y a Barcelona, el Hostal dos Reis Católicos, el alojamiento más señero de la capital gallega, apalabró todas sus habitaciones, y los demás hoteles de la ciudad siguieron sus pasos. En pocos días apenas quedaban plazas y los precios se habían disparado. Sin embargo, muchas de estas reservas se han ido cayendo, y actualmente, según los hosteleros, el 20% de las plazas están vacías. Las expectativas iniciales de la Xunta de Galicia fueron tales que, en los primeros días, la Asociación de Empresarios de Hostelería celebraba con júbilo la visita de Benedicto XVI y auguraba un efecto "bola de nieve", que seguiría arrastrando turistas durante el año próximo y alargaría la temporada alta hasta diciembre.
Mientras tanto, y aunque todavía no ha trascendido el coste total de la visita del Papa a Santiago (la Xunta ha declarado que gastará tres millones, pero ni el Arzobispado ni el Gobierno central se han pronunciado), el Ejecutivo gallego sigue pronosticando un beneficio final para los empresarios de al menos 17 millones. Algunos de estos se han volcado tanto en el acontecimiento que incluso han promovido una cuestación popular para pagar una escultura de Benedicto XVI, de dos metros de altura, que hoy se instalará y será bendecida por el arzobispo, Julián Barrio, a la entrada de la ciudad, coincidiendo con el itinerario que cubrirá Ratzinger en papamóvil.
Escenario de diseño
Otros hosteleros, no obstante, se han quejado tras recibir una circular firmada por el ecónomo del Arzobispado en la que se les pide que contribuyan a soportar los gastos que va a tener que afrontar la Iglesia con esta visita. El Arzobispado no concreta números, pero asegura que pagará el gran escenario de diseño que acogerá la misa de la plaza de O Obradoiro (en torno a 400.000 euros), algunas obras en la catedral y el palacio arzobispal, el atuendo de los voluntarios y 150 copones de artesanía gallega, junto con una cruz. Además, el Papa utilizará un cáliz del arzobispo Múzquiz (1818, oro y diamantes) y el copón del arzobispo Monroy (1608, oro, perlas, piedras preciosas y esmalte).
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