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Reportaje:El papel del vicepresidente del Gobierno

Rubalcaba, la 'liebre eléctrica' de Zapatero

El vicepresidente muestra incomodidad por la creencia de que pretende disputar el poder a quien se lo ha dado

Anabel Díez

"Alfredo, estos no saben todavía el poder que tú tienes". Y Alfredo traslucía una ostensible incomodidad, enmascarada en una amplia sonrisa, ante las observaciones del presidente del Congreso, José Bono. Fue la noche del 15 de diciembre, en la que la Asociación de Periodistas Parlamentarios entregó los premios anuales a los diputados, senadores y eurodiputados. Alfredo Pérez Rubalcaba obtuvo el galardón al mejor orador del año.

Antes de recibirlo y subir al escenario para agradecer el premio, escuchó las risas del auditorio ante los vídeos humorísticos, recogidos de televisiones autonómicas, con el mismo argumento: Rubalcaba tiene todo el poder frente a un Zapatero postrado ante su vicepresidente primero. No es de extrañar su incomodidad, señalaron muchos de los socialistas que acudieron al evento junto a decenas de políticos de todos los partidos. Rubalcaba, mejor que nadie, sabe perfectamente que es vicepresidente primero porque José Luis Rodríguez Zapatero ha querido que lo sea. "Se trata de un poder otorgado; otra cosa es que lo ejerza con plenitud, en todas las direcciones, sobre todas las parcelas y sin dejar ningún campo al descubierto", señalan dirigentes socialistas.

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¿Significa que ese inmenso poder, acompañado en este caso de un intenso trabajo, le convierte inexorablemente en el sucesor? Ante esta pregunta han empezado a situarse dirigentes y sectores del PSOE y el símil de la liebre que se lanza en los canódromos delante de los galgos, puesto en circulación por José Bono en esa noche de premios parlamentarios, por su deliberada ambigüedad, ha puesto las cosas bastante en su sitio. Es decir, en la ambigüedad. Para unos, Rubalcaba es el elegido; para otros, Zapatero por fin tiene un dique o parapeto después de haber estado al descubierto durante siete años y en absoluto el presidente ha pensado en clave sucesoria.

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Lo cierto es que el símil de Bono ha sido escudriñado al máximo, toda vez que es conocida su cercanía tanto a Zapatero como a Rubalcaba.

"Alfredo, eres la liebre eléctrica; esa liebre que engaña a los perros que a su vez engañan a las otras liebres para que corran. Alfredo, eres un tipo excepcional, y eso que no saben estos todavía el poder que tú tienes", prosiguió Bono.

Fue el presidente del Congreso quien habló en alto del poder de Rubalcaba y de su tarea de liebre que se lanza en los canódromos delante de los galgos para que la sigan. ¿Quiere decir que Zapatero ha lanzado a su vicepresidente para despistar o para entronizarle?

Bono ha dado en el clavo porque en el PSOE hay sectores que, de manera soterrada, empiezan a tomar posiciones para cuando llegue el momento de la sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero sin prejuzgar en qué momento se producirá, para "cuando sea", señalan quienes están informados de estos movimientos.

De momento, a Rubalcaba esos movimientos no le inquietan en absoluto, pero sí le desagrada que se le atribuya un poder por encima del presidente o incluso que se lo disputa.

Así lo atestiguan ministros, dirigentes socialistas y barones territoriales con los que se reúne continuamente al estar, como está, pendiente y concernido de todos los asuntos del Gobierno central, de los Gobiernos autonómicos y del partido. "Siempre ha sido así, pero ahora de manera oficial", precisan estas fuentes.

"La lealtad de Rubalcaba hacia Zapatero es absoluta y, además, sufre porque considera injustos los ataques que recibe el presidente", señalan algunos de los interlocutores del vicepresidente. Además, quienes conocen muy de cerca la forma de ser y actuar de Zapatero atribuyen al más absoluto desconocimiento la idea de que el presidente ha hecho dejación de alguna de sus responsabilidades en favor de Rubalcaba.

Así las cosas, no es de extrañar que cada vez que se pregunta al vicepresidente sobre algún asunto relacionado con la sucesión él rechace adentrarse en esos vericuetos. "Hay tantos frentes abiertos, con una situación tan desfavorable, que el equipo más cercano a Zapatero no menciona ni en privado las elecciones generales y menos la sucesión", señalan fuentes socialistas. Zapatero tampoco lo hace. Una vez más, todos los dirigentes consultados ratifican que el presidente sigue sin dar la menor pista sobre qué va a hacer con su vida política. Zapatero solo está dedicado a la crisis económica, a las reformas que va a llevar a cabo y a no soltar las riendas en ningún momento. En esta misma actitud están Rubalcaba y el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, "porque es el espíritu que imbuye Zapatero", señalan quienes se relacionan habitualmente con ambos.

Estos mismos interlocutores se preguntan si a pesar de la actitud absolutamente hermética del presidente se producen especulaciones sucesorias qué pasaría si diera alguna pista. Y el nombramiento de Alfredo Pérez Rubalcaba "no es una pista" sobre sus intenciones de futuro, señalan estas fuentes. Rubalcaba es una opción que presenta para conducir al Gobierno hasta el final de la legislatura, señalan.

Pero no todos en el partido lo ven así, al estimar que el silencio de Zapatero estimula las especulaciones y las cábalas sobre su sucesión. Y, además, constatan que, con independencia de las intenciones del presidente, desde que nombró a Rubalcaba vicepresidente primero, se presenta a este como el sucesor natural. Y no todos consideran que esa sea una verdad revelada sino que, llegado el momento, habría otras opciones. Estas consideraciones se han hecho en los últimos días en distintas cenas y reuniones. Entre otras, un almuerzo del patronato de la Fundación Sistema, que preside Alfonso Guerra. No obstante, asistentes a ese encuentro se alejan de una toma de posición propia "por la heterogeneidad de sus componentes". Eso sí, se habló de las inquietudes "de otros" y se pusieron en común las preferencias sobre candidatos que se observan en el partido.

También es objeto de comentario el supuesto distanciamiento entre Rubalcaba y José Blanco. Y, por supuesto, también es desmentido rotundamente por dirigentes socialistas de distintas federaciones, que mantienen con ambos reuniones muy discretas, sin publicidad, al margen de las agendas oficiales. "Ambos se comportan con la misma complicidad de siempre", señalan quienes les ven con frecuencia. Ambos comparten también la máxima lealtad a Zapatero y le defenderán siempre.

Ahora bien, si el presidente se retirara, "ambos jugarían sus cartas", reconocen incluso quienes defienden con ahínco la tesis de que Rubalcaba es la liebre que ha puesto a correr Zapatero.

En la sede del PSOE en 2008.
En la sede del PSOE en 2008.G. LEJARCEGI
SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
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