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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

ETA mata a un guardia civil con una bomba oculta tras una pancarta

Cuatro agentes resultan heridos, uno de ellos con graves lesiones de metralla en todo el cuerpo

ETA asesinó ayer en Leitza (Navarra) a un cabo de la Guardia Civil e hirió a otros cuatro agentes del cuerpo, uno de ellos grave, con una bomba que los terroristas habían escondido en una pancarta con el anagrama de la banda. El atentado que costó la vida al cabo Juan Carlos Beiro Montes, de 32 años, casado y padre de dos mellizos de seis años, se produjo apenas 12 horas después de que dos etarras falleciesen en Bilbao destrozados por sus explosivos. El consejero vasco de Interior, Javier Balza, opinó que ETA 'ha tratado de buscar una respuesta de la única forma que sabe, que es asesinando'.

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Los terroristas habían colocado su trampa -una carga de 15 kilos de explosivo, según el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar- en un punto en el que la Guardia Civil suele establecer frecuentes controles de carretera, según vecinos de la zona. Se trata de un paraje junto a la comarcal NA-1230 conocido como la explanada de Mikeletes, a escasos cien metros del límite provincial entre Navarra y Guipúzcoa y a tres kilómetros del casco urbano de Leitza. Los terroristas activaron presuntamente el explosivo con un mando a distancia desde alguna de las lomas que rodean la zona, un paraje rural aislado entre prados y caseríos.

Los cinco agentes -cuatro destinados en el cuartel de Leitza y un quinto de la Agrupación de Tráfico de Málaga, que se encontraba en Navarra por casualidad, donde sirvió años atrás- realizaban una patrulla rutinaria por la zona cuando descubrieron la pancarta, con las siglas y el anagrama de ETA y el texto 'G.C., Jo ta bertan hil. Gora ETA' ('Guardia Civil, dale y mátalo ahí mismo. Viva ETA'). Estaba colocada junto a un muro de hormigón en el que eran visibles viejas pintadas de apoyo a los terroristas, contra las fuerzas de seguridad y por la amnistía.

El cabo Beiro Montes y el sargento Miguel de los Reyes Morata, de 35 años, jefe del puesto y miembro de la Unidad de Desactivación de Explosivos del institututo armado, se acercaron a retirar la pancarta mientras sus compañeros permanecían algo más alejados. La deflagración les alcanzó a ambos de lleno.

Tras la explosión, un médico y una enfermera de Leitza atendieron con urgencia a los heridos en el mismo lugar de los hechos. Beiro fue rápidamente evacuado a San Sebastián en una UVI móvil, pero la gravedad del traumatismo abdominal que presentaba le causó la muerte antes de llegar al Hospital Donostia, donde ingresó cadáver a las 14.25. El sargento quedó ingresado en el mismo centro con traumatismo craneoencefálico con depresión del nivel de conciencia y múltiples lesiones por metralla en cara, tórax, abdomen y extremidades. Este agente ya sufrió hace años otro atentado cuando estaba destinado en el cuartel de Intxaurrondo, en San Sebastián.

Los heridos menos graves son los guardias Víctor Manuel L. P., de 33 años; Roberto L. B., de 29, y David A. D., de 23. El primero presentaba perforación de ambos tímpanos y heridas de metralla en dedos, muñecas y tobillo; el segundo, heridas en las cervicales por la metralla y múltiples contusiones. Ambos fueron dados de alta en la Clínica San Miguel de la capital navarra tras ser atendidos. David A. D. quedó ingresado en observación en el Hospital de Navarra. Sufre perforación de tímpano y múltiples heridas de metralla.

La trampa de ayer es similar a la ya usada por ETA el 20 de noviembre de 2001 para atentar contra una patrulla de la Ertzaintza en un parque de Bilbao, que causó heridas a dos agentes.

El fallecido, natural de Langreo (Asturias), llevaba apenas tres meses destinado en el cuartel de Leitza, un vetusto edificio de cuatro plantas en el que prestan servicio 11 agentes. Tras el atentado, las inmediaciones del cuartel de la localidad, gobernada por la suspendida Batasuna, fueron escenario de un incidente cuando el agente de guardia realizó tres disparos al aire al sospechar de la actitud de tres jóvenes presentes en unas huertas cercanas, sin ninguna relación con el crimen.

Reyes Zubeldia, viuda del edil de UPN José Javier Múgica, asesinado en Leitza por ETA el 14 de julio de 2001, acudió al lugar del atentado. Cuando conoció el fallecimiento del guardia no pudo reprimir las lágrimas.

Agentes de la Guardia Civil recogen los restos de la pancarta a la que los etarras adosaron la bomba. PLANO GENERAL
Agentes de la Guardia Civil recogen los restos de la pancarta a la que los etarras adosaron la bomba. PLANO GENERALASSOCIATED PRESS

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