Moratinos busca un contacto con disidentes en Cuba
Las autoridades españolas negocian en La Habana una fórmula que permita al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, mantener el diálogo con la disidencia durante la visita oficial de dos días que iniciará el próximo lunes a Cuba. Se trata del primer viaje de un canciller español a la isla desde 1998, dato que, unido a las especiales circunstancias marcadas por la enfermedad de Fidel Castro y la asunción en funciones de la primera magistratura por su hermano Raúl, confiere a esta visita una cierta dimensión histórica.
Desde que, hace dos años, en abierto enfrentamiento con el PP, lograra que la UE modere su política de presión hacia Cuba, el Gobierno del PSOE ha mantenido el principio de que los pocos altos cargos que han viajado a la isla se entrevistaran con las autoridades y con la disidencia. El pasado septiembre, el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, protagonizó un incidente por este motivo, ya que las autoridades cubanas, descontentas de que viera a la oposición, le cancelaron las entrevistas con el Gobierno.
El incidente no tuvo consecuencias mayores, aunque todavía el pasado noviembre el propio Moratinos descartaba que fuera a viajar a corto plazo a Cuba. La visita del lunes fue cerrada hace dos semanas con el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, que vino a Madrid. Pero la agenda seguía anoche sin ser ultimada. Un punto abierto es precisamente si el ministro seguirá la pauta de entrevistarse con la disidencia.
Resultados concretos
"España va a hacer todo lo preciso para garantizar una buena interlocución tanto con las autoridades como con los disidentes", declaró una fuente diplomática, que, sin embargo, matizó que mantener dicha interlocución no significa necesariamente que el ministro vea a los disidentes. Una fórmula alternativa podría ser que un alto cargo de Exteriores se entreviste con la oposición, después de que el ministro se haya ido de la isla.
"Queremos resultados concretos", precisó otra fuente conocedora de la negociación que se sigue en La Habana. El resultado más concreto perseguido en el pasado por las autoridades españolas fue la liberación de disidentes. Quince de ellos salieron de la cárcel, gracias en parte a esas gestiones. Pero más de 300 presos políticos sobreviven a duras penas en las prisiones cubanas, según datos presentados esta semana ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. Disidentes cubanos pidieron ayer a Moratinos en Madrid que se entreviste personalmente con la oposición.
Exteriores hubiera preferido no anunciar el viaje del ministro hasta que estos temas estuvieran cerrados, pero hubo de hacerlo ayer, porque la noticia estaba en la calle. Para Cuba, el viaje es importante, porque los ministros occidentales apenas la visitan. El Gobierno español lo ve como una oportunidad de consolidar su ascendiente y capacidad de influir en la situación cubana. Moratinos espera entrevistarse con Raúl Castro, pero es muy improbable que vea a Fidel.
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