Juntos, contra la abstención

La esperanza en la victoria de los socialistas se sitúa de manera muy especial en Cataluña. Y si el Palau Sant Jordi fuera una muestra representativa del resultado electoral del próximo domingo en esta comunidad, entonces sería más que probable que Zapatero volviera a ser de nuevo presidente del Gobierno de España. En efecto, Zapatero y el ex presidente Felipe González reventaron anoche el Palau Sant Jordi. Es la segunda vez que coinciden en un mitin en esta campaña y como la primera vez, en Cataluña.

González: "Lo que no quiero es un voto inútil para que ganen los que no tienen que ganar"

Carme Chacón, ministra de Vivienda y número uno por Barcelona, proclamó por los micrófonos que había 35.000 personas dentro y unas 5.000 alrededor del Palau que no podían acceder por el riesgo para la seguridad que ya se palpaba en las abarrotadas gradas y pasillos, aunque oficialmente el aforo es de 20.000. En todo caso, nadie dudaba de que se superó el de 1993, en el último mitin de Felipe González en este lugar.

Esta prueba de músculo político que dio el PSC desembocó en la petición de Felipe González, casi en ruego, de que "la inmensa mayoría" de los catalanes vote a Zapatero. El aspirante a la presidencia, llevado por un clima exultante de afecto, dejó a un lado su habitual contención y en vez de repetir su petición del voto para conseguir "una mayoría amplia", se lanzó. "En el Palau Sant Jordi cabe toda Cataluña, la de todas las tradiciones, la de todas las banderas". En el fondo y en la forma González y Zapatero pidieron a los catalanes que olviden otras opciones como son ERC e Iniciativa per Catalunya. El ex presidente González precisó que no iba a hacer apelaciones al voto útil. "Lo que no quiero es un voto inútil para que ganen los que no tienen que ganar".

En este ambiente colorista y de gran espectacularidad en puesta de escena, Zapatero proclamó: "El domingo van a ganar todas las banderas porque nadie tiene la propiedad de España, España es de todos". Las descalificaciones a la derecha fueron continuas y ruidosas.

Los oradores anteriores rezumaron indignación por lo que han tenido que "soportar" durante los últimos cuatro años. Para el alcalde Barcelona, Jordi Hereu; para el presidente de la Generalitat, José Montilla y para Carme Chacón, una victoria del PP supondría "más agresiones" a Cataluña. "Los catalanes somos agradecidos pero tenemos memoria y nunca olvidaremos a quienes nos han insultado". En un lema se sintetizan los discursos de los oradores catalanes: "Que no vuelvan los que han enfrentado a Cataluña con España". Es una variante de la leyenda que figura en las vallas de Cataluña con la firma del PSC: Si tú no vas, ellos vuelven.

Detrás de esta llamada al voto se esconde una realidad que preocupa a los socialistas del PSOE y del PSC desde hace muchos meses, la abstención: en las municipales de mayo de 2007, fue del 46,1%, y en las autonómicas del 2005, del 43,9%. Con esta escasísima participación se pone muy en riesgo el resultado final de las elecciones generales en España para las que Cataluña aporta 47 escaños. En las elecciones generales de 2004, sin embargo, Cataluña se comportó como el resto de las comunidades y la participación fue muy alta, llegando hasta el 76%. Pero los distintos avatares de la vida política de Cataluña han ido inhibiendo el deseo de votar. La propia elaboración abrupta del Estatuto y las dificultades que han tenido que afrontar los ciudadanos en el último año por el mal funcionamiento de los trenes de cercanías y el deterioro de las infraestructuras.

La expectativa de Zapatero y de sus compañeros del PSC está ahora en que los catalanes aprecien que la situación se está reconduciendo y para bien. El día anterior, el líder del PSOE en un encuentro informativo expresó su convicción de que en un año Cataluña notará los efectos y las inversiones que contempla el Estatuto.

Antes de viajar a Barcelona, Zapatero dejó un recado para los andaluces en Córdoba, adonde recaló por la mañana. Andalucía "es la tierra a la que se le deben más cosas" porque ha sufrido "tanto olvido, tanta marginación, tanta explotación, tanta pobreza. Mientras yo sea presidente, Andalucía será la primera", remachó.