Feijóo releva a Camps como preferido de Rajoy
Los casos de corrupción atenazan la estrategia de oposición del PP, que se centrará en la crisis, la gripe y la conspiración
"Seremos muy duros en economía, muy responsables sobre la gripe A e insistentes en la denuncia de la persecución". Así resume un alto dirigente del PP las tres prioridades de su actuación para el nuevo curso político, tal y como fueron fijadas en el Comité de Dirección celebrado la semana pasada. Todo eso si, como reconocen varios dirigentes del PP, consiguen hacerse oír entre el ruido que provocan los casos de corrupción que siguen abiertos y que amenazan con volver con crudeza en las próximas semanas.
- Crisis económica. En el análisis de la dirección del PP, "el otoño será muy duro", porque los datos económicos siguen indicando que la crisis no toca fondo y no permiten que los ciudadanos perciban una actuación eficaz por parte del Gobierno.
La mayor parte de la munición de oposición del PP procederá de la economía, especialmente reforzada por el anuncio de la subida de impuestos. Los populares aseguran que las clases medias, en las que pueden crecer en su apoyo electoral, serán las más afectadas por la reforma fiscal. Por eso, su mensaje principal será el de los impuestos.
El grupo en el Congreso prepara iniciativas sobre impuestos, con dos fines: remarcar la decisión del Gobierno y formar un bloque con partidos como CiU y PNV que comparten el rechazo a subir la presión fiscal. La dirección popular prevé celebrar cuatro o cinco conferencias sectoriales antes de fin de año sobre temas económicos e impuestos. Y de la convención ideológica que celebrarán en Cataluña por primera vez en su historia saldrá un catálogo de propuestas económicas.
- La gripe A. Respecto a la gripe A, la cúpula del PP tomó la decisión de convertirlo en un asunto central de oposición, ya que cada vez afecta a más ciudadanos y se está convirtiendo en un tema de debate social y público, con posibilidad de desbordar al Gobierno.
Los populares no van a dejar pasar la oportunidad de usar la gripe como arma política. Aseguran que incidirán en el número insuficiente de vacunas o la incidencia de la enfermedad en distintos grupos sociales. Admiten que Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad, se ha esforzado en implicar a todas las comunidades, pero, al final, las decisiones estratégicas dependen del Gobierno.
- Corrupción y persecución. El otro pilar de actuación del PP será el de la estrategia ante los casos de corrupción, que quiere convertir en la "persecución al partido". Algo parecido a lo que hicieron en la campaña de las europeas cuando, ante la evidencia de que el PSOE usaría el caso Correa, el PP sobreactuó con reiteración de actos en Valencia.
Todo para presentarse como víctimas. El mantra que pretenden que cale es que alguien ordenó perseguir al PP. Según su análisis, esos casos no suponen coste electoral, pero sí impiden que llegue su mensaje sobre otros asuntos. Los populares dan por hecho que el caso Correa repuntará en septiembre cuando se levante el secreto del sumario de Madrid y se tramiten en las Cámaras los suplicatorios de Jesús Merino y Luis Bárcenas. Por eso, intensificarán la ofensiva sobre la persecución, incluyendo la amenaza de llevarla a Europa, coincidiendo con la presidencia española de la Unión Europea que se inicia en enero. "Europa es nuestra mejor baza porque Zapatero basará su política en la presidencia de la UE y tenemos mayoría en el Parlamento Europeo para deslucirla", según un alto dirigente del PP.
Ls casos de corrupción han causado daños internos en el PP que se traducirán en cambios de poder, según fuentes del partido. Por ejemplo, el presidente valenciano, Francisco Camps, seguirá protegido por Rajoy y volverá a ser candidato en 2011, pero ha perdido la condición de principal barón regional y futuro delfín del líder del PP.
- El nuevo delfín. En ese delfinato será sustituido por Alberto Núñez Feijóo, presidente gallego, según la previsión de dirigentes del PP. Ese cambio introduce reequilibrios de poder porque Javier Arenas, hombre fuerte del partido en la sombra, es el principal valedor de Camps, mientras que Feijóo es un marianista genuino y protagonista de una de las victorias electorales más sonadas del PP, que ha permitido a Rajoy mantener el liderazgo. Además, representa una renovación y un cambio generacional, puesto que no se le identifica con la etapa de Aznar. Y Feijóo es el único del PP que gobierna una comunidad de las llamadas históricas. Todos en el partido saben que es, con toda seguridad, el líder regional más próximo en lo personal a Rajoy. Su ascenso coincide con los problemas de Camps y Aguirre
- Los candidatos. En esa clave interna, los populares tienen previsto empezar a preparar ya las elecciones municipales y autonómicas de 2011. El partido pretende acelerar en lo posible la designación de candidatos para que empiecen a hacerse visibles en 2010, con margen suficiente y evitando conflictos posteriores.
La cúpula del PP reunirá a mediados de septiembre a sus presidentes provinciales para analizar los posibles candidatos en las capitales. La instrucción es la de la continuidad, con muy escasas excepciones. Rajoy ya despejó incógnitas como las de pesos pesados como Esperanza Aguirre, Camps, Alberto Ruiz-Gallardón o Rita Barberá. Repetirán otros barones regionales de larga trayectoria como el murciano Ramón Luis Valcárcel y el riojano Pedro Sanz. El partido pretende lanzar a candidatos nuevos como José Antonio Monago en Extremadura; espera lograr Castilla-La Mancha con la gran apuesta de Dolores de Cospedal y debe celebrar su primer congreso en Navarra, donde concurrirá por primera vez con sus siglas. El objetivo electoral más inmediato es Cataluña, donde montará un gran acto en septiembre para designar candidata a Alicia Sánchez-Camacho y la convención ideológica en octubre.
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