Emocionado adiós en Paracuellos a los soldados fallecidos en Líbano
Los Príncipes de Asturias presiden el funeral de Estado por los seis soldados muertos en Líbano
Los Príncipes de Asturias y el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, han presidido esta mañana el funeral de Estado por los seis soldados asesinados el domingo en un atentado terrorista en el sur de Líbano, celebrado en la sede de la Brigada Paracaidista en Paracuellos del Jarama (Madrid). Los féretros con los cadáveres de los seis militares han llegado esta noche a la base de Torrejón de ardoz, donde han sido recibidos por los familiares y por el Príncipe Felipe, el jefe del Ejecutivo y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso.
Don Felipe y Doña Letizia, que hoy realizaba su primer acto oficial desde el nacimiento de su segunda hija, han saludado y expresado sus condolencias a los familiares de los fallecidos antes de que comenzaran los actos del funeral. El Príncipe, con uniforme de comandante del Ejército de Tierra y Doña Letizia, vestida de luto y visiblemente emocionada, han abrazado a los familiares de los soldados, algunos arrasados en lágrimas, por lo que se han producido escenas de dolor. Algunos de los familiares llevaban consigo fotos de los militares fallecidos y un grupo portaba una bandera de Colombia, nación de origen de tres de los soldados muertos en el atentado del Líbano.
Una vez comenzado el acto, el Príncipe ha impuesto sobre cada uno de los féretros, cubiertos con la bandera española, la Medalla al Mérito Militar con distintivo amarillo, concedida a título póstumo, a cada uno de los soldados fallecidos. Luego, el arzobispo castrense, general Francisco Pérez González, ha oficiado una misa en la que ha destacado que los seis militares cumplieron con su "vocación noble y justa".
El acto ha contado además con la presencia de destacados líderes políticos en institucionales, como la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro de Defensa; la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el líder del PP, Mariano Rajoy, o el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, así como la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas; el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando; y el presidente del Congreso, Manuel Marín.
Llegada a Torrejón
Los restos mortales de Jonathan Galea, Juan Villoria, Manuel David Portas, Jefferson Vargas, Jackson Castaño y Juan Erickson, que han sido condecorados con la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo, han llegado sobre las dos y media de la madrugada a la base de Torrejón de Ardoz procedente de Beirut a bordo de un Airbus 310 de las Fuerzas aéreas españolas que transportaba además José Antonio Alonso, que partió el domingo hacia Líbano al conocer el atentado en el que perdieron la vida los seis militares de la FINUL.
A su llegada, los familiares de los seis jóvenes militares, tres de ellos españoles y otros tres colombianos, han protagonizado escenas de dolor. La madre de uno de los fallecidos se preguntaba: "¿Dónde estás Jefferson?", y era atendida ante su estado de desolación. Junto a los familiares se encontraban el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz Roldán, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Compañeros de los soldados fallecidos sacaron a hombros los féretros del avión, al son de una marcha fúnebre no habitual en los actos castrenses. Durante el acto, el Príncipe de Asturias ha permanecido en pie, con el uniforme de comandante del Ejército de Tierra y las insignias de la Brigada Paracaidista, a la que pertenecían las víctimas. A su lado, se han situado el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa.
Emotiva despedida
El contingente español en Líbano despidió ayer con un emotivo funeral a los seis soldados fallecidos, a los que ha sido concedida la medalla de la FINUL. Tanto los militares españoles como los de otras nacionalidades presentes en el campamento no pudieron contener las lágrimas en algunos momentos del acto.
El ministro de Defensa trató de transmitir calor a los uniformados con un discurso en el que ensalzó las virtudes militares y honró a los fallecidos que, al igual que sus compañeros, "trabajaban en una misión noble y decente, por y para la paz". "Su trabajo es seguramente más indispensable que en ningún otro sitio" [...] "para mi es un honor estar hoy aquí con ustedes, que desarrollan un trabajo magnífico, no tengo palabras para agradecérselo", dijo Alonso frente a los seis ataúdes con los restos mortales de los fallecidos, arropados por el resto del contingente militar. "Gracias de todo corazón en nombre del Gobierno de España. Descansen en paz nuestros queridos compañeros", concluyó el ministro de Defensa.
Blindados sin inhibidor de frecuencias
En sus primeras declaraciones desde Líbano ayer por la mañana, el ministro de Defensa afirmó que el coche bomba que acabó con la vida de los soldados estaba cargado con 50 kilos de explosivo y que el blindado BMR en el que viajaban las víctimas no llevaba un inhibidor de frecuencia que pudiera haber evitado la activación del artefacto. La carga explosiva fue activada por control remoto, con la mala fortuna de que el blindado español no contaba con un sistema para anular mecanismos de activación de explosivos. Alonso trató de explicar por qué estos vehículos no cuentan con la suficiente protección operando en una zona de tan alto riesgo como Líbano. Según el ministro, el pasado 9 de noviembre el Estado Mayor de la Defensa ordenó que todos los blindados desplegados en misiones en el extranjero estuvieran dotados de estos sistemas. Entonces, comenzó un proceso de compras de estos dispositivos para unos 90 BMR y permitió incluir inhibidores en los vehículos que llegarán próximamente a Afganistán -donde en 2007 hubo mil de atentados de este tipo-, no así en el Líbano, donde se incluirán "de inmediato", ha garantizado el titular de Defensa.
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