EE UU quiere vigilar de por vida al jefe de Al Qaeda en España
Pretende que se incluya a Abu Dahdah en una lista negra de terroristas - Interior apoya la iniciativa pero Exteriores se ha opuesto, según revelan los cables secretos de la embajada
El futuro control y vigilancia del sirio-español Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, uno de los fundadores de Al Qaeda en España detenido en Madrid semanas después del ataque contra el World Trade Center en Nueva York, juzgado y condenado a 12 años de prisión, es el objetivo preferente de la Embajada de Estados Unidos. Barakat, de 47 años, está casado con una española, es padre de seis hijos y tiene la doble nacionalidad. Previsiblemente quedará en libertad en 2013.
Las autoridades estadounidenses han mantenido numerosas reuniones con altos funcionarios de los ministerios de Asuntos Exteriores e Interior para incluir a este hombre en las listas negras sobre financiación terrorista del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, según se refleja en la correspondencia secreta de la legación diplomática. Las gestiones han sido arduas, tensas y difíciles, pero los estadounidenses no han cejado en su empeño.
La embajada se quejó a Washington de la resistencia española
Interior estaba de acuerdo en incluir a Barakat en el registro
A los inscritos en la lista les embargan sus bienes y les prohíben viajar
Tienen vetadas las transferencias bancarias a cualquier país
La lista de la ONU de terroristas de Al Qaeda, asociados y talibanes se creó en 1999 y ha generado controversias entre abogados y asociaciones de derechos humanos por la estigmatización de por vida de las personas incluidas en la misma. El embargo de bienes y la prohibición de viajar de los "designados" obliga a actuar a los Estados miembros y a pronunciarse sobre a quién se incluye en este listado. La calidad de la información que contiene ha sido también puesta en cuestión.
El hecho de figurar en una de estas listas repartidas por todos los bancos y entidades del sistema financiero internacional, así como por aeropuertos, limita el movimiento y actividades de los que aparecen retratados. La designación de las personas que componen el listado la hacen los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La decisión está sujeta a revisión judicial. EE UU ha propuesto a la mayoría de los terroristas que figuran señalados.
Barakat fue el fundador en los años ochenta de las primeras células islamistas en España y tomó el relevo de Mustafá Setmarian, otro sirio español casado con una madrileña que alcanzó la cúpula de Al Qaeda, huyó con Osama Bin Laden durante la invasión estadounidense de Afganistán, fue detenido en Pakistán en 2005 y entregado a EE UU. Desde entonces se desconoce su paradero.
El teléfono de Abu Dahdah apareció en una agenda de Said Bahaji, miembro de la célula de Mohamed Atta, que perpetró el 11-S en 2001. Abu Dahdah fue detenido semanas después de ese ataque y condenado por colaboración con banda armada, pero no se probó su vinculación con los atentados suicidas del 11-S que le atribuyó la policía y el fiscal de la Audiencia Nacional Pedro Rubira.
Un cable secreto fechado el 22 de septiembre de 2006 asegura que incluir a Abu Dahdah en la lista negra de la ONU "debería ser relativamente fácil ya que ha sido condenado como miembro de una organización terrorista. El efecto práctico será limitado porque está en la cárcel, pero tendría ciertamente un valor simbólico". El 11 de marzo de 2008, Robert Kimitt, subsecretario del Tesoro norteamericano, y Antonio Camacho, secretario de Estado del Ministerio del Interior, trataron en Madrid sobre Barakat. El alto funcionario español reclamó más colaboración a EE UU en la lucha contra el yihadismo, pidió crear un equipo conjunto de investigación y aseguró que el Ministerio del Interior había remitido a Exteriores la información sobre Abu Dahdah pero que ese organismo "no había completado el proceso". Dos meses después, el 12 de mayo de 2008, el jefe del gabinete del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró al diplomático Hugo Llorens, segundo jefe de la Embajada, que la inclusión en las listas negras del sirio-español depende de Exteriores.
Llorens le confesó que EE UU tenía especial interés en Barakat "porque estuvo conectado con el complot del 11-S y porque el Gobierno de Estados Unidos lleva años presionando al español para lograr su designación". El jefe de gabinete reveló que "el Ministerio del Interior había recomendado que el Gobierno español incluyera a Barakat en las listas y a otros mediante una orden del Consejo de Ministros, pero que el Ministerio de Exteriores se opuso y prefirió buscar un acercamiento más garantista que crearía un nuevo mecanismo para las designaciones".
Hugo Llorens se quejó más tarde a Washington de la poca colaboración de España. "El Consejo de Seguridad lleva años interesado en incluirlo [a Barakat] en las listas y hemos urgido al Gobierno español a hacerlo. Por razones que todavía desconocemos, el Gobierno español ha desistido". El 9 de marzo de 2009, un cable secreto remitido por Arnold A. Chacon, sustituto de Llorens, informa de una confidencia. Asegura que un consejero de Rubalcaba dijo al encargado de asuntos políticos: "No has oído nada, pero el Ministerio del Interior está de acuerdo en la designación [inclusión en la lista de Barakat]". El consejero sugirió que la embajada debía trabajar el asunto en Exteriores.
Y así se hizo, pero Iago Losada, subdirector general de Exteriores para asuntos de terrorismo, dirigió a los diplomáticos estadounidenses al Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista, donde fueron "evasivos", según describe el informe remitido a la CIA y al FBI. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores consultado por este periódico declinó facilitar ninguna información sobre estas gestiones que, al parecer, no han concluido porque Barakat no figura todavía en la lista de terroristas de la ONU.
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