Crecer para crear empleo

La crisis ha golpeado a todos los países occidentales. Sin embargo, lo que diferencia a España y, a los ojos de alguien como yo, que solo vive en este país desde hace dos años, parece incomprensible, es la elevada tasa de desempleo. Con cinco millones de parados y casi la mitad de los jóvenes sin trabajo, España corre el riesgo de abandonar a toda una generación y eso tendrá graves consecuencias si no se toman medidas de forma urgente. Una economía que para crear empleo neto necesita avances del PIB de como mínimo el 2%, no reducirá la tasa de paro si no vuelve a la senda del crecimiento, y este no llegará sin estímulos.

Las últimas cifras publicadas por el Banco de España no son precisamente optimistas: advierten de que la economía se asoma a otra recesión y el consumo interno está por los suelos debido a la desfavorable evolución del mercado laboral y a las restrictivas condiciones crediticias. En el sector del automóvil estamos padeciendo los efectos de este estancamiento, con unas matriculaciones a niveles de hace 20 años. ¿A qué estamos esperando?

España corre el riesgo de abandonar a una generación si no toma medidas con urgencia

Coartado por los planes de austeridad, el nuevo Gobierno sí puede ser más selectivo y eficiente a la hora de emplear los recursos, y también tiene en sus manos una poderosísima palanca de cambio: las reformas estructurales. Miremos a nuestros vecinos, especialmente a Alemania, y fijémonos en sus dos grandes motores de crecimiento: industria y sector exterior. Lo ocurrido en España en el tercer trimestre nos muestra el camino a seguir: el único sector que ha reducido el paro es la industria, y las exportaciones se mantienen como el principal soporte de la economía. Profundicemos, pues, en ello, con un Ministerio de Industria potente y planes de competitividad para sectores estratégicos, como el del automóvil.

Las políticas estructurales también pueden contribuir al crecimiento a medio plazo porque generan confianza y, bien hechas, pueden tirar de la demanda. España necesita una reforma integral del mercado de trabajo que incremente la flexibilidad, proporcione un marco de contratación adecuado a las necesidades de las empresas y vincule los convenios colectivos a la marcha y a la productividad de estas. Dicha reforma debería acompañarse por cambios profundos en la calidad de la formación profesional.

Es igualmente prioritario repensar el sistema fiscal para que facilite la inversión productiva, reduciendo el impuesto de sociedades hasta niveles europeos e incentivando las inversiones en I+D+i. Sin dejar de lado algo capital: que vuelva la fluidez del crédito.

Se trata de hacer de España un país más moderno, competitivo y atractivo para invertir y crear empleo. Ha llegado la hora de trabajar en consenso. Existen mimbres: capital humano, buenas empresas y productos internacionalmente reconocidos. Solo necesitamos liderazgo y voluntad. Lo agradeceremos todos: las empresas y, muy especialmente, los cinco millones de parados.

James Muir es presidente de Seat.