Condenados a penas de hasta 14 años los 11 islamistas que planearon volar el metro de Barcelona
Los condenados han sido acusados de pertenencia a banda terrorista y, dos de ellos, de tenencia de explosivos
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado este lunes a penas de entre ocho años y medio y catorce años y medio de cárcel a los once islamistas acusados de querer volar el metro de Barcelona por un delito de pertenencia a organización terrorista y, a dos de ellos, por tenencia de explosivos.
El principal acusado, Mahroof Ahmed Mirza, imán de la mezquita paquistaní de la calle Hospital, en Barcelona, ha sido condenado a diez años y seis meses de cárcel como "dirigente" del grupo. La pena más alta ha recaído, sin embargo, sobre Qadeer Malik, a quien se han impuesto ochos años y medio por un delito de integración en organización terrorista y seis años más por tenencia de explosivos.
El fiscal encargado del caso, Vicente González Mota, había solicitad condenas de entre 17 y 26 años de prisión al atribuirles también el delito de conspiración para la comisión de estragos u homicidios terroristas. Los magistrados de la Sección Primera han decidido no condenar a los 11 islamistas -diez paquistaníes y un indio- por este delito al entender que no ha quedado probado que la célula tuviese un plan "suficientemente concreto y determinado" para llevar a cabo atentados suicidas contra el metro de Barcelona, tal y como sostuvo el fiscal.
Aunque los once acusados, detenidos entre el 18 y el 20 de enero de 2008 en el barrio barcelonés de El Raval, han negado su intervención en los hechos, el tribunal da credibilidad al testimonio, "corroborado por las pruebas", de un testigo protegido del CNI que declaró en el juicio oral "cómo los acusados estaban preparándose para llevar a cabo una acción con explosivos contra el metro de Barcelona, que pudiese provocar muchas víctimas, siguiendo los postulados del líder talibán Baitullah Mehsud, vinculado a Al-Qaeda". El testigo, que convivió durante varios días con los presuntos autores del ataque frustrado, identificó a los 11 islamistas y relató los detalles de la preparación del atentado.
El confidente, un paquistaní que entrenó en los campos terroristas de Waziristán y conoció a Mehsud, había sido enviado a Barcelona para unirse con los miembros de la célula y alertó a los servicios secretos franceses de la intención del grupo. Según la fiscalía, el confidente pertenecía al movimiento Tabligh, una corriente rigorista que predica la paz, y apreció la inminencia del ataque cuando sus compañeros le dijeron que llamara a su familia para "despedirse". "Reflexionando sobre las consecuencias del atentado, teniendo presente que en el ataque suicida morirían personas y niños como sus propios hijos se negó a participar y posibilitó que la acción fuera descubierta", señala el fiscal.
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