CiU aparca el soberanismo y se centra en la crisis

Cientos de miles de personas se manifestaron en julio en Barcelona para protestar por la sentencia del Estatut pero CiU ha relegado a segundo o incluso tercer plano la reivindicación soberanista y renunciado a capitalizar ese descontento. Artur Mas, candidato convergente, no se cansa de repetir en cualquier foro que su prioridad es la lucha contra la crisis por encima de cualquier otra causa por muy relevante que sea. "Y lo he dicho 10, 20 o mil veces. La clave para que Cataluña despegue es la economía y la educación. Son dos heridas que lloran", insistió ayer en el primer acto de campaña.

Mas se ha propuesto rebajar el 17% o 18% del paro actual al 10% para situarlo en los índices de la media europea. No promete puestos de trabajo pero se plantea cambiar el paisaje con un Gobierno "serio", que despierte credibilidad en los mercados y que imponga la moderación fiscal para que haya liquidez monetaria que a la postre permita crear empleo. Ayer deslizó que no renuncia "en absoluto" a emitir bonos como ha hecho el tripartito. "Pero no para pagar las nóminas si no a favor de las políticas de liquidez y crédito", dijo.

CiU calcula que el tripartito dejará una deuda de 40.000 millones. El concierto económico que reclama Artur Mas para Cataluña ayudaría a enjuagar esta deuda, pero el líder nacionalista ya ha descartado negociar una nueva financiación de Cataluña, al menos hasta 2012, cuando habrá un nuevo Gobierno en Madrid. Mas denuncia que el catalanismo lleva más de un siglo fracasando en su empeño de cambiar España y que la sentencia ha sido un despertador para apostar por el concierto. Sus adversarios, sin embargo, lo consideran una quimera porque obliga a reformar la Constitución.