Una hucha en el tejado
El sector fotovoltaico negocia medidas de apoyo al autoconsumo de electricidad
Los tejados, en la literatura y en el cine, siempre han dado mucho juego. Desde violinistas hasta deshollinadores bailarines, pasando por gatas amantes del zinc caliente. Pero en el apartado negocios, los tejados son aún un territorio casi virgen. La última y vertical frontera del euro. El sector fotovoltaico lo sabe. Y está negociando con las autoridades -léase Ministerio de Industria, Comisión Nacional de la Energía (CNE) e Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE)- cómo expandir el negocio de la generación eléctrica con paneles fotovoltaicos en los edificios residenciales e industriales, sin pedir más apoyos e incentivos públicos.
La palabra clave, en un país con 2.700 Megawatios fotovoltaicos instalados (primer mercado del mundo) es autoconsumo. Ahora, la legislación obliga a que la electricidad generada en las 55.000 instalaciones fotovoltaicas censadas -la mayor parte, huertos solares- se vierta en la red por entero. Pero países como Alemania, Italia y Bélgica permiten ya que los particulares instalen paneles, utilicen la electricidad generada en sus propias necesidades y vendan el sobrante a la red. Las empresas fotovoltaicas agrupadas en la patronal ASIF -más de 500 sociedades- quieren lo mismo. ¿Cuándo? A partir de 2012.
Las empresas proponen crear incentivos para el autoconsumo
ASIF cree que la energía fotovoltaica será rentable para el usuario en 2016
Armada con un estudio elaborado por la consultora KPMG, llamado Informe estratégico para el sector fotovoltaico en España: acercándonos a la paridad de red, la patronal ASIF ha expuesto sus conclusiones al director general de Política Energética, Antonio Hernández. La acogida a la propuesta, según fuentes de la patronal ASIF, ha sido buena. Lógico si se tiene en cuenta el momento, cuando se discute el proyecto de ley de economía sostenible, se habla de cambios en el modelo productivo y están muy recientes los debates sobre el cambio climático de la cumbre de Copenhague.
Pero una cosa son las buenas palabras, y otras, las razones y los números. Los planteamientos de ASIF y de KPMG, tras un año 2009 que se puede calificar de "el día después de la burbuja especulativa", se basan en que a mediados de la próxima década será más rentable usar electricidad de origen fotovoltaico que comprarla.
El cálculo está hecho: el precio de la electricidad crecerá al menos un 4,5% anual -la tarifa de último recurso que pagan los usuarios, probablemente más-, mientras que la tarifa fotovoltaica caerá -Real Decreto 1578/2008 de por medio- entre un 10% y un 16% cada ejercicio.
El cruce de ambas líneas en lo que se denomina Grid Parity (paridad de red) o momento en el que coinciden el coste de adquirir la luz y el coste de producirla con los paneles fotovoltaicos se prevé en el año 2016 (a 17,1 céntimos de euro por kilovatio-hora). Pero ¿qué sucede entre el año 2012, cuando se propone el cambio regulatorio, y el año 2016, cuando se alcanza la llamada "paridad de red"? ASIF propone crear un incentivo para el propietario que decida autoconsumir. Ese incentivo cubriría la diferencia entre la electricidad que él se ahorra y la retribución que recibiría si se acogiera al sistema de primas tradicional.
El coste para el sistema, según las empresas, sería neutro. Y las ventajas, múltiples. El usuario con paneles generadores sobre su cabeza -no en el suelo, porque los huertos solares plantean otros problemas de control- tendría un incentivo para ahorrar. Cuanto menos consumiera de la energía que produce su tejado, más kilovatios tendría para vender a la red. El conjunto se beneficiaría, en suma, de una energía que cubrió el 3% de la demanda en 2009, según el avance estadístico de
Red Eléctrica de España (REE).
El autoconsumo supondría un espaldarazo para la energía fotovoltaica, que fue objeto de gran especulación hasta el pasado año, cuando Industria modificó el sistema de cupos y registro de proyectos. Según ASIF y KPMG, con el nuevo modelo propuesto el mercado fotovoltaico español puede crecer un 35% sobre lo previsto actualmente, hasta tener 17.000 megavatios en el año 2020, sin mayor coste para el sistema. El autoconsumo -de una energía especialmente disponible en España entre marzo y septiembre y en las horas centrales del día- ayudaría a gestionar la demanda, al aligerar ésta en horas punta.
En suma, el cambio que se intenta negociar no traería sino ventajas para unas instalaciones muy cuestionadas que en 2009 recibieron en primas en torno a 2.200 millones de euros de los 4.800 que se destinaron al conjunto de las renovables.
El presidente de ASIF, Javier Anta, resume las ventajas de la propuesta que ha trasladado al ministerio: "Con el autoconsumo, los ciudadanos obtendremos ventajas económicas directas y otros imponderables, como el incremento de la libertad personal. Además, la tecnología fotovoltaica alcanzará la rentabilidad sin ayudas y el sistema eléctrico incrementará su eficiencia". Por números, que no sea. Si la propuesta se acepta, se crearán entre 36.000 y 54.000 empleos directos, la dependencia energética (80% ahora) se reduciría entre un 4% y un 5%, y el pico de la demanda eléctrica, entre el 3% y el 6%.
Todo perfecto. Aunque quedarán pendientes algunos detalles. Uno importante: el sistema propuesto requiere mediciones -contadores- capaces de discriminar energía consumida y energía vertida a la red. Una complicación que no es menor. -
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