Fraude en los viñedos franceses
California importó 135.000 hectolitros de falso pinot noir entre 2006 y 2008
La estafa fue grande, y el desprestigio, aún más. El fraude duró dos años, periodo en el que 135.000 hectolitros (18 millones de botellas) de vino elaborado con uvas pinot noir, uno de los más apreciados del mundo, viajaron de Francia a California.
La trama del morapio se fraguó, según el fallo judicial del pasado 17 de febrero, entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de marzo de 2008. Salpica a 12 hombres de negocios, agentes de Bolsa, vinicultores y bodegas de cooperativas y de particulares, todos franceses, todos ligados al mundo de la uva. Al presidente del Tribunal Correccional de Carcassonne, Jean-Hugues Desfontaines, poco le importó que las empresas californianas, supuestamente estafadas, no formasen parte de la acusación. En su veredicto multó a los 12 y condicionó la libertad de 9 de ellos a que no infrinjan la ley en los próximos meses. "Este engaño causa un severo perjuicio a nuestros vinos y a nuestra imagen", dijo Desfontaines, que no encarceló a nadie, pero sí elevó las multas.
El juez multó a todos los acusados por "perjuicio a la imagen del país"
Una inspección antifraude realizada a la sociedad mercantil Ducasse destapa el embrollo. Entonces se descubre que los franceses hoy amonestados engatusaron a los californianos haciéndoles creer que adquirían un vino etiquetado como pinot noir, cuando en realidad estaba elaborado con una mezcla de uvas syrah y merlot, que cuestan la mitad. Las ganancias fraudulentas ascendieron a siete millones de euros.
La sentencia considera al director de la sociedad de negocios Ducasse, Claude Courset, "cabecilla del engaño". El falso pinot noir pasaba de unos intermediarios a otros mientras su precio se disparaba. Entre la maraña de sociedades condenadas, la principal escarmentada es Sieur D'Arques, un conocido negocio familiar afincado en la ciudad de Limoux (departamento de Aude), que tendrá que abonar 180.000 euros, pero que recurrirá. El abogado de esta entidad rechazó hablar con este periódico.
¿Y entre las timadas? Está Constellation, número uno del mundo en el negocio del vino, y E&J Gallo, otra gigante, ambas de California. Contra todo pronóstico, ninguna denunció la venta a granel del falso buen vino. Sólo un bufete de Los Ángeles, Kingsley & Kingsley, se ha querellado contra los proveedores franceses y contra una de las estafadas, Gallo, a quien acusa de "saber que lo que vendía no era pinot".
Gallo y Constellation tardaron en reaccionar. La primera recoge en su web su "profunda decepción" con Sieur D'Arques y rebaja el alarmismo: "La cuestión no afecta a la salud y, además, ya no vendemos esas cosechas". Constellation dilató su respuesta aún más. Su portavoz, Cheryl Gossin, dejó caer que la empresa estaba al corriente de la superchería y que sigue comprando en Francia. "Expertos independientes comprobaron que el pinot noir que importamos en 2009 (procedente de la añada de 2008, periodo en que existió fraude) no era falso", declaró Gossin.
Para Guy Woodward, director de la revista Decanter, la "comedia" nace "del torpe intento" de las distribuidoras californianas "de aprovechar la locura por el pinot noir. No dice mucho de la profesionalidad de ambas el que sus compradores no supieran distinguir entre pinot, merlot y syrah", razona Woodward.
"Tan difícil es asociar una imagen a una marca como fácil es que ésta se eche a perder", avisa Mariano Rubio, consejero delegado de Sicpa Spain, filial de la multinacional suiza que lucha contra el fraude en las etiquetas de vino. El sistema de seguridad de Sicpa ha sido adoptado por el 60% de las empresas vinícolas españolas.
Rubio resalta cómo "empresas y Administraciones locales cierran los ojos ante la manipulación fraudulenta de marcas de prestigio". "Lo que hoy hay del vino original se pierde cuando éste es exportado a granel e intervienen tantos intermediarios", dice.
El plagio de la vid no es una práctica inhabitual. "Es una triste verdad, pero hay una gran cantidad de vino falso en todas partes", avisa Woodward. Estos días, la Xunta de Galicia investiga si hubo fraude con unas etiquetas que no corresponderían al Ribeiro de la zona. En 2007 se descubrió que el Brunello toscano, que sólo usa la exclusiva uva sangiovese para su elaboración, fue mezclado con vino del sur. Similares polémicas se abatieron hace no tanto sobre los viñedos del Beaujolais y de Burdeos (Francia) o del Piamonte y del Véneto (Italia).
El galimatías recuerda alguna escena de la película Entre copas (2005). En una, Miles (Paul Giamatti), diestro en vinos, demuestra a su amigo Jack (Thomas Haden Church) su amor por el pinot noir y su desprecio por el merlot. Gracias al filme, en EE UU se vendió un 147% más de pinot aquel año. ¿De pinot del bueno? -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.