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Reportaje:

El 'hostigamiento' de Cristina Fernández

El Gobierno argentino presiona a las empresas españolas para controlar sectores clave de la economía

Jorge Marirrodriga

"Las empresas españolas llevan tiempo en la diana del Gobierno argentino, pero lo de los últimos meses es muy preocupante". Sentado en un restaurante de Buenos Aires, un alto responsable de una empresa participada por capital español expresa en voz alta la percepción que tienen las principales empresas españolas presentes en Argentina ante el aumento de la presión que el Gobierno argentino ejerce sobre las direcciones de estas empresas para que, en unos casos, cedan parte de su accionario a grupos locales próximos a los Kirchner y en otros se deshagan de unidades de negocio que garantizan su presencia en el país.

Esta presión, que ha sido calificada por los representantes españoles de "hostigamiento" ante sus pares argentinos, ha provocado la reacción del Gobierno español, que ha lanzado por diferentes vías un mensaje claro a la Administración de Cristina Fernández. España ha apoyado a Argentina en los momentos más difíciles y el mal trato que se está dando a sus inversiones no es precisamente el que merece quien se ha quedado mientras los demás se marchaban.

La presencia de las compañías españolas es abrumadora en banca, energía, telecomunicaciones y transportes

La presencia española en los sectores estratégicos es abrumadora. Baste citar las comunicaciones, donde Telefónica es la primera empresa; el transporte aéreo, donde el Grupo Marsans es dueño de la compañía de bandera Aerolíneas Argentinas, o el petróleo y los combustibles, donde Repsol es propietaria de YPF, dueña y señora del mercado local. Autopistas (Abertis), electricidad (Endesa) o gas (Gas Natural) son otros tres sectores clave con importante presencia española, por no citar la banca (Santander y BBVA), donde los grupos españoles figuran entre los primeros del país.

La presencia española resulta todavía más notable desde que la situación de inseguridad jurídica creada a partir de la crisis -congelación de tarifas, cambios en las regulaciones, huelgas salvajes alentadas desde el Gobierno- ha provocado la salida de otros capitales extranjeros en prácticamente todos los sectores. Salidas unas veces estrepitosas, como la del grupo francés Suez, a quien Kirchner terminó arrebatando la concesión del suministro de agua en Buenos Aires, y en otras ocasiones más discreta, como la italiana Banca Nazionale del Lavoro o el estadounidense Bank of Boston. En este aspecto, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recalcó en todas sus visitas -o de miembros de su Gobierno- a Buenos Aires que la presencia española iba mucho más allá de una cuestión de rentabilidad, sino que se trataba de un "compromiso" de España con Argentina en los momentos difíciles.

Pero Argentina, como dicen los Kirchner, "ha salido del infierno" y la argentinización de sectores emblemáticos es clave en su política, máxime cuando la inflación y las encuestas empiezan a dar la espalda a la política económica del matrimonio presidencial. En este sentido, la venta del 25% de YPF por parte de Repsol a Enrique Eskenazi, un banquero sin experiencia previa en el sector, pero perteneciente al círculo de confianza de Kirchner, marcó la estrategia del Gobierno argentino para controlar el proceso sin recurrir a las nacionalizaciones -que pondrían en fuga a la inversión extranjera- y reduciendo al mínimo el coste monetario para las arcas argentinas.

Con el éxito de Repsol bajo el brazo, Fernández ha tratado de repetir estrategia con Aerolíneas Argentinas, empresa que vive una situación laboral insostenible desde hace al menos tres años -sólo el año pasado tuvo una media de una huelga cada dos días-, alentada por un alto funcionario del Gobierno argentino, Ricardo Cirielli, quien cambió la dirección de un sindicato aeronáutico por la subsecretaría de Transportes.

Cirielli fue apartado del cargo, pero la dirección de la empresa se las ha tenido que ver con Ricardo Jaime, secretario de Transportes, cuyas formas y fondo han provocado el malestar oficial español. Fuentes de Exteriores confirmaron el disgusto español cuando se conoció que Jaime había presentado hace dos semanas a los dueños de Aerolíneas, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, prácticamente como cuestión cerrada e innegociable la entrada de socios argentinos en el 20% del capital de la empresa. Díaz Ferrán es además el presidente de la CEOE, y el Gobierno español considera que una salida forzada del capital español no es buena para las relaciones entre ambos países. Y así se lo transmitió el embajador español en Argentina, Rafael Estrella, al Gobierno de Fernández. -

Repsol ha vendido el 25% de YPF al banquero argentino Enrique Eskenazi, perteneciente al círculo de confianza de los Kirchner.
Repsol ha vendido el 25% de YPF al banquero argentino Enrique Eskenazi, perteneciente al círculo de confianza de los Kirchner.BLOOMBERG

Un discurso nacionalista

Desde la llegada del peronista Néstor Kirchner (2003-2007) al poder, la condena de la política económica de su compañero de partido Carlos Menem (1990-1999) ha estado en la base ideológica del Gobierno argentino. Menem, con su política ultraliberal y sus privatizaciones masivas y desordenadas, es considerado por Kirchner como el verdadero causante de la catástrofe institucional y económica de 2001. Una tesis secundada punto por punto por la actual presidenta -y esposa del anterior mandatario-, Cristina Fernández. Por tanto,

en su discurso nacionalista, los Kirchner mantienen que es necesario revertir ese proceso devolviendo a manos argentinas sectores estratégicos que, en su opinión, "fueron prácticamente regalados" a los extranjeros.

La ofensiva también afecta a Telefónica. El Gobierno argentino quiere que la compañía presidida por César Alierta se deshaga de un canal de televisión. Los directivos de la empresa no quieren oír hablar de ello, porque la posesión del canal es un seguro contra posibles ataques del Gobierno.

Casualidad o no, en estos años, Telefónica es la inversión española de alto perfil social en Argentina que menos conflictos ha tenido. -

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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