El espléndido negocio de los morosos
Desembarco acelerado de multinacionales en el sector de recuperación de cobros
Si los fondos inmobiliarios y empresas de real estate han abandonado su interés por España, lo mismo no ocurre con las multinacionales de recuperación de cobros para las que Madrid se ha convertido en una de sus capitales preferidas. A las pioneras en España, la sueca Intrum Justitia y las francesas Contentia y Effico, se le han unido hace poco la noruega Aktiv Kapital o la alemana GFKL, que se han hecho con firmas españolas. O la británica Link Financial, que desembarcó directamente. Si el negocio antes era prestar a los compradores, ahora es cobrarle a los incumplidores.
Mientras que la morosidad hipotecaria subía según la Asociación Hipotecaria Española, del 0,37% al 0,46% entre junio de 2003 y marzo de 2007, le ha bastado un año para doblarse hasta el 0,99%. Igual que la morosidad en consumo, que subió, según Equifax, desde 8.000 millones en enero del 2007 hasta 15.400 millones en junio. "Ya hay 21.500 millones de euros en deuda vencida e impagada", asegura Antonio Notario, director comercial de Effico (BNP Paribas). "La morosidad ya venía subiendo en consumo", apostilla Maria Hadad, directora general de Aktiv Kapital, "pero ahora crece en hipotecas". Y es el principio. "Creemos que hay más morosidad que la declarada", opina José María Martínez, secretario general de Comfia-CCOO.
Ha nacido un nuevo y pujante sector: el de compraventa de carteras de deuda
La multiplicación de morosos y las nuevas tendencias del negocio de recuperación de deuda han puesto a las empresas españolas del sector (creadas por abogados) ante la disyuntiva de asociarse, vender el negocio o desaparecer. Las más grandes multinacionales del sector están ya instaladas aquí. Contentia es de la francesa 3 Suisses (Cofidis), Effico de Cetelem (BNP Paribas), Intrum Justitia de la multinacional sueca del mismo nombre, Treym ha sido comprada por la noruega Aktiv Kapital y Multigestión Iberia por el alemán GFKL. Otra explicación, para este desembarco de estas multinacionales, es que a los bancos y cajas les interesa cada vez menos externalizar la gestión de sus fallidos y sí venderlos para lograr liquidez y no que quedarse con las casas embargadas. Lo que ha generado la aparición de un nuevo sector: el de compraventa de carteras de deuda, dominado por las firmas del norte de Europa.
Se trata de un negocio sólo para los grandes. Si la recuperación de deuda la podía llevar a cabo un bufete de abogados, la compra de carteras exige plantillas de expertos, estructura organizativa, know how (experiencia y saber hacer) y cintura financiera. Por eso en Multigestión Iberia, que compró tres carteras hipotecarias este año, reconocen haber vendido la empresa al GFKL "para entrar en el nuevo negocio. Solos no podíamos". La disponibilidad de capital es decisiva. Algunas empresas, como Aktiv Capital, lo hacen con sus propios medios. Otras reúnen capital externamente. Multigestión Iberia, explican en su filial española "aborda cada compra de cartera con un grupo de inversores específico".
El know how es igual de básico. "Hay que tener", dice Notario, de Effico, "técnicas de valoración, saber evaluar lo que puedes comprar y dominar las posibilidades estadísticas de recuperación". Ello exige expertos. "Tenemos abogados" explican en Multigestión Iberia "pero también analistas, economistas y matemáticos". Luego está la venta de las viviendas embargadas, que exige tamaño y capacidad logística. "Muchas de estas empresas", explican en Multigestión, "tienen su división inmobiliaria". Tan prometedor es el negocio de las carteras de deuda que hasta empresas reconocidas de recuperación de impagados, como Effico, de BNP Paribas, se están planteando acuerdos con estas multinacionales. "Tenemos conversaciones con una empresa británica", apunta Notario.
Pese a ello, el nuevo mercado está solo empezando, en especial en el sector hipotecario, en el que se manejan cifras por cliente 50 o 100 veces superiores a las del de consumo. Aktiv Kapital, por ejemplo, sigue sin haber dado el salto a la compra de deuda hipotecaria y se limita por ahora a las de consumo. Igual que Intrum, que adquirió en el 2005 al Santander una cartera de consumo por valor nominal de 1.200 millones de euros. Pese a que la oferta de carteras por parte de bancos y cajas es ya muy alta, el número de adquiridas crece despacio Cinco en el 2005, 15 en el 2006 y 23 en el 2007. Esto se debe a que las empresas esperan que los bancos bajen los precios de cesión. Y también a ver como evolucionan los precios de la vivienda (la garantía del préstamo). María Hadad, de Aktiv Kapital, dice que "no sabemos hasta donde van a caer los precios. Hay que ir con cuidado para no pillarnos los dedos".
En el sector apuntan que muchas carteras de hipotecas, sobre todo las recientes (2005 a 2007), tienen peligro. Sobre todo aquellas con fuerte peso de compradores jóvenes e inmigrantes. Algo que, según Salvaterra, de Intrum, es lógico: "se trata de compradores con bajos ingresos y muy volátiles, lo que complica la recuperación de la deuda o los activos". Por efecto de estas incertidumbres y de que hay más oferta que demanda, los precios de las carteras han bajado. "Hace meses", apunta Salvaterra, "se pagaba entre el 75% y el 80% del valor de la deuda, ahora alrededor del 50%".
Estos percances no han rebajado el optimismo. Los profesionales consultados afirman que el futuro es excelente. Las empresas, que en algunos casos han doblado y cuadriplicado sus ventas en dos años (antes de la escalada de morosos), esperan subidas aún más espectaculares. Pese a que Salvaterra advierte que "en tiempos de alta morosidad, la tasa de éxito sobre el crédito impagado se reduce, el esfuerzo aumenta y los márgenes descienden", en Multigestión Iberia aducen que "cuando la morosidad aumenta tan rápido, es posible gestionar o comprar carteras casi vírgenes, con miles de operaciones, que los bancos ni han mirado, con lo que las posibilidades de recuperación son interesantes". -
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