El PP rehúsa concretar y ofrecer pruebas del supuesto espionaje

Provocado el incendio, al PP ya no le ha hecho falta echar más leña al fuego. La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, se ha refirmado en las acusaciones lanzadas hace dos semanas contra el Gobierno por ordenar supuestamente espiar a miembros de su partido pero sigue sin aportar pruebas. "Lo que teníamos que decir ya lo hemos dicho, vamos a seguir hablando de este tema en el Parlamento", ha asegurado Cospedal.

Preguntada por las pruebas con las que sustentan las supuestas escuchas ilegales, la número dos del PP ha remitido a la prensa. "Hay muchas conversaciones publicadas en medios de comunicación, basta con echarlas un vistazo", ha indicado.

Cospedal ha respondido a las críticas del Gobierno que acusa al PP de desviar la atención para tapar los casos de corrupción y amedrentar al Estado de Derecho. "La única prueba de presiones a la Justicia vienen del Gobierno, con la vicepresidenta echándole la bronca a la presidenta del Constitucional o diciéndole a la fiscalía lo que tiene que hacer", ha indicado. "En cualquier país democrático si se dice que la oposición está siendo espiada y perseguida se abre una investigación y no al contrario", ha añadido Cospedal.

Chaves pide nombres

Al rosario de reproches mutuos entre PP y PSOE de los últimos días, este martes se ha sumado el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, quien ha retado a los populares a dar nombres y apellidos de los dirigentes del partido supuestamente espiados ilegalmente por "jueces, policías y fiscales". En su opinión, de no hacerlo quedarán como "los grandes mentirosos de la política española".

El último capítulo de las acusaciones sin pruebas lanzadas por el PP lo ofreció este lunes la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, quien afirmó que se estaba organizando "una cruzada" contra el PP y que algunos de sus dirigentes estaban sometidos a escuchas ilegales, aunque no facilitó ningún nombre.

Tapar y amedrentar

Chaves ha explicado este martes en una entrevista en RNE que el PP en "su manual de actuación política" tiene dos fines: "tapar y amedrentar". El objetivo, según el vicepresidente tercero, es ocultar la corrupción, como el caso Gürtel, que está "minando toda la estructura del partido, desde abajo hasta arriba" y, además, intentan "amedrentar" a jueces, fiscales y policías "con el único objetivo de lograr impunidad para los miembros del PP que presuntamente están implicados en la trama del caso Gürtel y en otras tramas de corrupción".

El ministro de Fomento, José Blanco, se ha manifestado también en una línea similar y ha lamentado que la estrategia del PP en los últimos meses se limite a "amedrentar a jueces, fiscales y policías" con el único objetivo de buscar "la impunidad política y judicial". Blanco ha afirmado que España "no se merece" una oposición cuya "única" aportación hasta ahora a la próxima Presidencia española de la UE ha sido "amenazar al Gobierno de todos los españoles con llevarlo a los tribunales europeos". A su juicio, el PP, "en lugar de arrimar el hombro para conseguir un éxito colectivo" durante el semestre de Presidencia española, amenaza al Gobierno "para ocultar sus responsabilidades y desviar la atención"

Chaves ha acusado además al Partido Popular de cometer una "grave irresponsabilidad" al poner en cuestión el funcionamiento de las instituciones democráticas del Estado y decir, incluso, que España es una dictadura. Fue el vicesecretario regional del PP, Javier Arenas, quien comparó la semana pasada la actuación del Gobierno con la de una dictadura. En este sentido, Chaves se ha dirigido a los populares para explicarles que la diferencia entre una dictadura y una democracia es que "en una democracia los amigos de los poderosos van a la cárcel, como el señor Correa, amigo del señor Aznar y del señor Arenas, mientras que en una dictadura se hubiera salvado de ir a prisión".

Cospedal se apoya en la prensa para denunciar el supuesto espionaje a su partido