Reino Unido sale en rescate de sus bancos con 62.000 millones
Gordon Brown asegura que la nacionalización parcial permitirá reconstruir el sistema bancario, no dirigirlo
El Gobierno británico ha anunciado hoy un plan de rescate de 50.000 millones de libras (unos 62.000 millones de euros) procedentes de las arcas públicas para estabilizar el sistema financiero del Reino Unido. El dinero servirá para comprar acciones en los principales bancos del país, que ayer sufrieron fuertes caídas, con el objetivo de inyectar capital a las entidades y garantizar así sus necesidades de liquidez.
El primer ministro, Gordon Brown, ha defendido que el plan de rescate, que constituye una nacionalización parcial de la banca sin precedentes, es "audaz" y de "amplio alcance". "El programa de estabilidad y reestructuración es completo y específico", ha añadido antes de destacar que "va más allá" que el de EEUU para "reconstruir" el sistema bancario, "no dirigirlo".
La medida confirmada hoy por Downing Street constituye una nacionalización parcial de la banca sin precedentes
En la misma línea, el ministro británico de Economía, Alistair Darling, ha explicado que las medidas de rescate pretenden responder a unos "momentos extraordinarios" que afronta el Reino Unido por la crisis financiera global. "Queremos asegurar que ponemos el sistema en marcha otra vez. Es un proceso que inevitablemente llevará un tiempo. No es un cambio instantáneo, pero es una reestructuración, es para estabilizar el sistema y es muy importante", ha afirmado antes de destacar que también servirá para proteger "los depósitos de los ciudadanos.
Tras defender que los intereses de los contribuyentes no se verán afectados, el titular del Exchequer ha afirmado que "el gran problema es que, si no hacemos esto, nos arriesgamos a que los bancos dejen de facilitar préstamos entre ellos y si no se prestan entre ellos, no van a querer prestarnos a nosotros". "Esto -ha agregado- está pasando aquí, está pasando en EEUU, está pasando en Europa, está pasando en todo el mundo".
Línea de crédito de 259.000 millones
El Gobierno se declara además dispuesto a facilitar un mínimo de 25.000 millones de libras adicionales a las entidades que reúnan los requisitos necesarios para la adquisición de acciones preferentes o en los casos en los que los bancos lo soliciten expresamente también para la compra de títulos ordinarios. El Banco de Inglaterra aportará otros 200.000 millones de libras (unos 258.864 millones de euros) en forma de créditos a corto plazo a fin de suministrar liquidez a los bancos y entidades hipotecarias.
La consecución de estas medidas exigen de los bancos la suscripción de un acuerdo con la Autoridad de Servicios Financieros (FSA, por sus siglas en inglés), el regulador de la City, en torno a las retribuciones y los dividendos y, aparte, tendrán una serie de objetivos que cumplir, como el de aumentar su capital al menos 25.000 millones de libras (unos 30.000 millones de euros), para lo que contarán con las partidas previstas por el Gobierno en el plan de rescate a cambio de acciones preferentes.
Darling llevaba varios días trabajando en este plan, pero su lanzamiento se vio precipitado ayer tras vivir la banca su peor día desde que empezó la crisis financiera, entre rumores que finalmente fueron desmentidos de que tres grandes bancos habían pedido ayuda al Gobierno por sus problemas de capitalización.
Entidades participantes
Hoy, las entidades que han confirmado su participación en el programa de recapitalización son el Abbey, Barclays, HBOS, HSBC, Lloyds TSB, Nationwide, RBS y Standard Chartered, aunque, según el Gobierno, otros bancos pueden optar al plan. Estas instituciones se han comprometido a aumentar su capital antes de fin de año por un total de 25.000 millones de libras (unos 32.340 millones de euros), aunque el incremento variará según los casos.
Tras el desplome de ayer, el anuncio de Downing Street ha disparado las acciones de sus protagonistas en los primeros instantes de cotización. Así, el Halifax Bank of Scotland (HBOS), que había cerrado el martes con una pérdida del 41%, subía en los primeros minutos de cotización un 27,66% (26 peniques), hasta los 120 peniques. Por su parte, el Royal Bank of Scotland (RBS), que en la sesión anterior se había dejado un 39%, avanzaba hoy un 9% (8 peniques), hasta los 98 peniques. Lloyds TSB, que ha llegado a un acuerdo para comprar el HBOS, subía el 8,65%, tras ceder el martes un 12,93%, mientras que Standard Chartered se disparaba un 17,65%.
No obstante, tras este primer rebote, los bancos han vuelto a sucumbir a las pérdidas ante el pesimismo que asola a todos los parqués europeos y del que Londres no está siendo una excepción. Pasadas las diez, las mayores caídas correspondían al Royal Bank of Scotland (RBS), que se dejaba 17 peniques, un 19,33%. Tampoco el Barclays y el Lloyds TSB se veían beneficiados por el plan y bajaban un 15,61% y el 10,31%, respectivamente.
Diferencias entre los planes de EE UU, Reino Unido y España
Aunque el objetivo final es prácticamente el mismo, recuperar la confianza en el sistema financiero y reactivar el flujo de liquidez en los mercados, los planes anunciados por los Gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y España tienen claras diferencias.
Plan de rescate de activos 'tóxicos' de la Fed:
Se hizo esperar y requirió hasta dos votaciones en el Congreso estadounidense, pero fue el primero en llegar. A través de este plan de rescate ideado por la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) y el Departamento del Tesoro, el Gobierno sacará del mercado financiero hasta 700.000 millones de dólares (cerca de medio billón de euros) de los conocidos como activos tóxicos, es decir, aquellos títulos que contienen deuda de las hipotecas subprime que tienen un alto porcentaje de impagos. Nadie quiere estas acciones, por lo que en la actualidad no valen nada. El objetivo es sacarlas del mercado, mantenerlas y venderlas cuando la situación se calme para recuperar la confianza entre entidades, que no se fían de sus colegas al sospechar que tienen esta deuda basura camufladas en sus balances, y que vuelva a fluir el dinero en el interbancario. Equivale a hacer tablar rasa e igualar las condiciones para que las entidades de los mercados financieros compitan en igualdad de condiciones. Se financiará a través de un aumento de la deuda pública y tiene una duración de dos años.
A parte de esta actuación, el plan de rescate prevé cambios en la regulación, límites en los sueldos de los ejecutivos e incluso reformas en las normas contables para facilitar al sector financiero la travesía del desierto. Además, hay recortes de impuestos y una ampliación de la cobertura a los ahorradores para evitar una espiral de desconfianza en los bancos.
Nacionalización parcial en Reino Unido:
El Gobierno británico ha aprobado destinar 50.000 millones de libras (unos 62.000 millones de euros) para comprar acciones preferentes de los principales bancos del país en una operación que constituye una nacionalización parcial del sector. En este caso, el problema es la pérdida de valor de las entidades en Bolsa por la desconfianza de los inversores en el sector. Aunque las hipotecas basura se firmaban al otro lado del Atlántico, su agrupación y venta a través de pequeños paquetes atrajo a las entidades británicas, que apostaron por ellas y ahora han visto caer el valor de sus inversiones drásticamente. La operación de Downing Street no tiene límite de plazo, ya que el Ejecutivo comprará acciones hasta llegar a este límite de dinero y las volverá a vender cuando crea conveniente. Su objetivo es, al igual que en el caso de Estados Unidos, inyectar liquidez a las entidades para reactivar el mercado de crédito. A cambio, también exigirá restricciones a las indemnizaciones de los altos ejecutivos y obligará a los interesados a realizar ampliaciones de capital en un futuro. Se financiará con fondos públicos.
Además, el Banco de Inglaterra aportará otros 200.000 millones de libras (unos 258.864 millones de euros) en forma de créditos a corto plazo a fin de suministrar liquidez a los bancos y entidades hipotecarias.
Fondo de apoyo a la banca en España:
La diferencia del caso español es que ni se compran activos tóxicos, ni acciones de Bolsa, sino emisiones de titulización y cédulas hipotecarias de calidad pero con el mismo objetivo: dar liquidez en los bancos para que, a su vez, estos puedan prestar dinero a los consumidores y empresas. En total, hasta 50.000 millones de euros contra el parón económico. Frente a las inyecciones extraordinarias del BCE, las emisiones que compre el Tesoro serán a largo plazo, tres y cinco años, en lugar de los días que ofrece el instituto emisor europeo. Se financiará a travé de una ampliación de la deuda pública al 41% del PIB y tiene una duración temporal, aunque no se han fijado plazos.
La titulización de hipotecas consiste en agrupar un alto número de créditos, que una agencia de riesgo ha calificado como buenos, y se le concede una nota al conjunto. También puede comprar cédulas hipotecarias, que se representan por un bono garantizado por estos créditos. En las cédulas sólo pueden entrar las mejores hipotecas, aquellas que se han concedido sobre un máximo del 80% del valor de tasación. También están calificadas por una agencia, lo que garantiza al Gobierno que no adquiere pape
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