Gana el Villarreal, vence el fútbol
El conjunto de Pellegrini logra con claridad los tres puntos ante un excesivamente rudo y conservador Athletic
Romántico hasta en el posar, la paciencia también distingue al Villarreal. Venció por determinación, insistencia y fidelidad a sus formas e ideales. No se alteró ante la rocosidad del Athletic, más clásico que nunca, poderoso en el físico, rudo y sencillo en su actuar. Cualquier falta lejana a favor de los vascos era un motivo suficiente para que el esférico usurpara el cielo de Vila-real. El conjunto amarillo no mancilló su proceder. Esperó su oportunidad y ésta llegó tras una gran jugada de Rossi a la que dio brillo Cazorla, un centrocampista con dotes de delantero.
Joaquín Caparrós ha encontrado su sitio en Bilbao. Pocos le discuten. El Athletic ha recuperado su espíritu competitivo, la garra que un día le diferenció del resto. La mística de la Catedral, ha vuelto. Sin embargo, lejos de San Mamés, los leones pierden fiereza y su proceder se torna ambiguo.
Villarreal 2 - Athletic 0
Villarreal : Diego López; Ángel, Fuentes, Godín, Capdevila; Cazorla, Senna, Eguren, Ibagaza (Matías Fernández, m. 82); Nihat (J. Llorente, m. 65) y Rossi (Bruno, m. 87). No utilizados: Viera; Gonzalo, Cani y G. Franco.
Athletic : Iraizoz; Iraola, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili; Susaeta, Javi Martínez, Orbaiz (Vélez, m. 87), Gabilondo; Toquero (Garmendia, m. 59) y Llorente. No utilizados: Armando; Etxeita, Balenziaga y Ustaritz.
Goles : 1-0. M. 67. Cazorla bate a Iraizoz de fuerte disparo cruzado. 2-0. M. 90. Matías Fernández, de tiro raso al segundo palo.
Árbitro : Velasco Carballo. Amonestó a Capdevila, Ibagaza, Eguren, Amorebieta y Senna. Expulsó a Susaeta por doble tarjeta amarilla (m. 78).
19.000 espectadores en El Madrigal.
Las antagonistas propuestas del Villarreal y Athletic quedaron reflejadas desde la foto inicial. La diferencia de envergadura de las delanteras de ambos conjuntos resulta ejemplarizante. Nihat, Rossi en los castellonenses. Toquero y Llorente en los vascos. A peso y talla, el conjunto vasco ganaba de goleada. A destreza y picardía ya resultaba otro cantar. Pellegrini juntó en la alineación al cuarteto del metro y medio. Ibagaza, Cazorla, Nihat y Rossi superan por poco los 150 centímetros de estatura. Su imaginación, sin embargo, es ilimitada. Así pues, el Villarreal se dedicó a jugar a lo que sabe: Al pase corto, al tuya-mía, al amague y disparo. Con naturalidad.
No se dejó intimidar el Athletic ante tales alardes de técnica del rival. Bien organizado, la clave en los rojiblancos estribaba en no perder la posición y en acumular elementos defensivos en el ataque estático del Villarreal. A la que salía de un regate Cazorla, allí acudía Amorebieta al rescate. Combinaba Ibagaza con Rossi y se topaba con Orbaiz y, por si acaso, Aitor Ocio salía al cruce. Si Nihat se plantaba solo en el área, Iraizoz abortaba la ocasión. El plan de supervivencia de Caparrós funcionaba. En ataque, sin la templanza del ausente Yeste, ofrecía lo básico. Con Toquero y Llorente de obeliscos, el Athletic buscó sin reparos el balonazo frontal. Tal arma le daba solamente para inquietar de vez en cuando. Curioso resulta el caso de Fernando Llorente. Dotado de una depurada técnica, en el presente curso ha descubierto que es un poderoso rematador. Y últimamente no hace otra cosa que intentar cazar balones al vuelo.
Le faltó tacto a Rossi para desbloquear el marcador en el inicio del segundo periodo al elevar demasiado el esférico en una salida de Iraizoz. El plan de vuelo de ambos seguía siendo el mismo. Cómodo se sentía el Athletic en el partido mientras nada sucedía. Pero sucedió. Porque los recursos del Villarreal son ilimitados. Porque resulta difícil que ante tanto talento no aflore la inspiración. Porque el Villarreal cuenta con una bala llamada Rossi y un espadachín de nombre Cazorla.
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