El torneo más imprevisible del mundo

El único torneo en que ser el vigente campeón apenas ayuda, más bien al contrario; en el que jugar en casa es lo de menos o en el que llegar en una forma fantástica importa bien poco, echa a andar en Madrid. Y lo hace a lo grande, con un Real Madrid-Barcelona, el partido más deseado por los aficionados en el mejor escaparate. Arranca la Copa del Rey, uno de los eventos más llamativos del baloncesto europeo, y lo hace en las coordenadas habituales: con todas las entradas del Palacio de los Deportes vendidas, o a punto de serlo, y sin un favorito definido, algo lógico en un torneo en el que las sorpresas son la orden del día, hasta el punto de que ningún campeón ha repetido en los últimos 21 años. Fue en 1988 cuando el Barça, entrenado por entonces por Aíto García Reneses, logró encadenar dos títulos consecutivos. A partir de entonces, vencer en el torneo se convirtió en un lastre para la siguiente edición. Por lo más alto del podio han pasado desde esa fecha hasta nueve equipos: Real Madrid, CAI Zaragoza, Barcelona, Estudiantes, Tau, Manresa, Joventut, Pamesa y Unicaja, pero ninguno ha vivido dos años de gracia consecutivos.

El caso es que el Barça y el Madrid abren el fuego en un partido que no por repetido ha perdido caché. Será la tercera vez que se midan esta temporada. La primera, en Liga, acabó en paliza para el Barça (87-67). La segunda, en la Euroliga permitió al Madrid firmar una de sus ya habituales remontadas, al superar una desventaja de 12 puntos y ganar (85-83). Lleva el Madrid ocho partidos sin perder, y remontando en los ocho, mientras el Barça, desde su derrota en Vistalegre, ha encadenado siete victorias. Pero en la Copa la estadística es, por goleada, favorable al Barça. Desde que se implantaron las fases finales ambos conjuntos se han enfrentado en 13 ocasiones, y once de ellas tuvieron color azulgrana. Además, la maldición del Madrid en el torneo viene de lejos. Desde 1993, concretamente, año en que logró su último título. Pero por entonces, y con Sabonis, todo era más fácil.

Uno de los grandes quedará en la cuneta a las primeras de cambio y el que sobreviva tendrá que medirse con el ganador del Tau-Pamesa. En cualquier otro torneo se mediría con los vitorianos, que van como un tiro en la ACB y en Europa. Pero en la Copa nada es lo que parece. Y ahí está Dusko Ivanovic, técnico del Tau, para recordarlo: "Los favoritos nunca ganan este torneo. En mi vestuario sabemos que si alguien nos da como favoritos es porque nos quieren desestabilizar o quieren motivar a su propio equipo". ¿Desestabilizar? Quizá se refiera Ivanovic a su colega del Pamesa, Neven Spahija, que ha sentenciado: "El Tau es el mejor equipo de Europa". Huye despavorido Ivanovic, el técnico favorito, de semejante papel, por mucho que en sus filas cuente con el máximo encestador de la Liga ACB, Igor Rakocevic (20,7 puntos por partido), o con el MVP de la Copa en 2006, Pablo Prigioni, último título conquistado por el Baskonia.

Pero para títulos, los de Aito García Reneses, técnico de Unicaja. Acumula cinco y con dos equipos distintos: cuatro con el Barça (1987, 88, 94, 96 y 2001) y otro con el DKV Joventut, el de la pasada temporada. Ningún entrenador ha logrado tres títulos con tres equipos diferentes, algo al alcance de la mano del técnico en activo con más entorchados.

La Copa echa a andar, como de costumbre, con una amplia presencia de ojeadores de la NBA. Echará de menos el torneo al último MVP, a Rudy Fernández, que reinó en la pasada edición. Los pronósticos tampoco se ponen de acuerdo en quién será su sucesor, aunque aquí hay tantos aspirantes como equipos: Rakocevic, su compañero Mickael, Navarro, Haislip, Ricky Rubio o Felipe Reyes, el actual MVP de la Liga española. Pero en este apartado no será raro encontrar un tapado, como lo fue hace dos temporadas el barcelonista Trías. Y ahí todos los ojos se dirigen a Sergio Llul, una de las grandes revelaciones de la ACB, cuya mejor representación se viste hoy de corto en el torneo más sorprendente del deporte español.