El Madrid se queda a las puertas de la victoria en la Euroliga
El equipo de Joan Plaza cae frente al Panionios en la última jugada del partido y tras remontar 25 puntos de desventaja
El Real Madrid perdió (68-66) ante el Panionios griego en la última jugada del partido perteneciente a la sexta jornada de Euroliga, donde el conjunto blanco, que llegó a ir perdiendo por 25 puntos en el tercer cuarto, acabó dando la vuelta al marcador en los minutos finales gracias a Marko Tomas (18 puntos), aunque no pudiese culminar la espectacular remontada. El croata salvó al Real Madrid de perder con estrépito -aunque no de la derrota- y borró los colores que el equipo heleno había sacado a los blancos desde el segundo cuarto.
El 50-25 (min.24) inducía a una derrota de resonancia, pero la reacción merengue, de la mano de Tomas, devolvió la esperanza a los españoles. Un parcial de 0-17, con Axel Hervelle ayundando al balcánico en la faceta anotadora, dejó helado al Panionios, que tenía la victoria casi asegurada desde el descanso. Pero la tensión se apoderó de los de Aleksandar Trifunovic, que acabaron por permitir que un contraataque de Tomas estableciese el 63-64 (min.39), la primera ventaja visitante después del fulgurante inicio madridista.
Panionios 68 - 66 Real Madrid
PANIONIOS: Miles (7), Cvetkovic (21), Kalampokis (6), Marinos-Raitsevits (-), Baxter (8) -quinteto inicial-, Giannoulis (2), Georgallis (2), Kendall (5), Nikolic (-), Xanthopulos (4), Dikoudis (3) Y Zoroski (10).
REAL MADRID: López (7), Marko Tomas (18), Hosley (3), Massey (9), Reyes (10) -quinteto inicial-; Llull (1), Pepe Sánchez (-), Mumbrú (6), Hervelle (12) y Bullock (-).
PARCIALES: 17-13, 24-12, 19-20 y 8-21.
ÁRBITROS: Muhvic (CRO), Jovcic (SRB) y Chebyshev (UCR). Eliminaron por faltas personales a Kalampokis, del Panionios, y a Bullock, Reyes y Mumbrú del Real Madrid.
PABELLÓN: Centro Nacional MAKIS LIOUGAS. 2.000 espectadores.
Pero la alegría le duró un sólo minuto al Real Madrid que, después de dar la vuelta a un abultado tanteador, se quedó sin premio en la última jugada. No supo defender a un escurridizo Miles que impidió la victoria blanca y devolvió a la tierra a un equipo cuya trayectoria esta temporada no termina de tomar el camino correcto. El equipo de Plaza, que no termina de despegar, arrancó con una soltura inusual en lo que va de temporada. Un voluntarioso Hosley se sumó al siempre acertado Felipe Reyes -acabó expulsado por faltas- para dar al conjunto español las primeras ventajas. Unas distancias que parecían iban a plantear un encuentro cómodo para el Madrid.
La situación se revirtió bien pronto por culpa de lo de siempre. La precipitación, la mala selección de los tiros y su defensa dejaron al equipo merengue herido. Prueba de ello es que al descanso, hasta cinco jugadores blancos tenían valoración negativa. El 2-10 inicial fue solo una imaginación, algo de ficción. Un parcial de 12-0 entre el final del primer asalto y el comienzo del segundo posibilitó la reacción del Panionios, que se ''comió'' a los de Plaza para dejar un justo 41-25 al descanso.
Partido loco
El director de juego Aaron Miles, que estuvo en el Cajasol, y el alero Branko Cvetkovic, ex del Akasvayu, se encargaron de destrozar a un Real Madrid que no sabe lo que es ganar tres partidos seguidos esta temporada. El serbio, con 21 puntos, apuntilló como quiso en la pintura y desde el perímetro. Así pasó. La cordura no tenía espacio en este partido porque después de lo que parecía una paliza abrumadora, los madrileños comenzaron a despertar. Mumbrú, Hervelle y sobre todo Tomas se hicieron responsables de la remontada.
El nefasto partido de Bullock (-11 de valoración) dejó a estos jugadores las riendas en un encuentro que fue caléntandose poco a poco hasta que el croata de los blancos dio la vuelta con una bandeja sensacional. Esto no quedó así. Los griegos, desaparecidos en el cuarto final, sacaron la cabeza del hoyo en el momento justo. Tras igualar a 66 con dos tiros libres de Tomas, el Panionios tenía seis segundos para anotar y lo hizo con demasiada facilidad. Miles se coló hasta dentro y dejó el 68-66 a falta de dos segundos. El Real Madrid para aquel entonces ya había agotado toda su casta, su fortuna y su capacidad para mantenerse de pie a pesar de ir siempre contracorriente.
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