Llorente rompe el tedio
El ariete da la primera victoria plácida al Athletic ante un Numancia inofensivo en un partido sin extranjeros
Circula por Bilbao una campaña que sugiere que Llorente no se entrene para evitar lesiones y que vaya a los partidos un cuarto de hora antes de que comiencen para que no se lesione, ni se enfríe ni se resbale en el calentamiento. La campaña tiene su lógica, gane como ayer el Athletic o pierda como tantas otras veces. Porque el Athletic, tenga enfrente a un depresivo Numancia, que tan entregado vino que no reaccionó ni con la derrota, o a un equipo en racha, juega siempre a lo mismo: a buscar la manera más rápida de encontrar a un chico alto, rubio, de pelo rizado y anchas espaldas, y... él verá. Dos veces lo encontró ayer y el delantero riojano marcó, primero de cabeza, un gol clásico, pero más difícil de lo que pareció (remató picado, corrigiendo hacia atrás su posición), y el segundo, de un derechazo tras una accidentada jugada que dejó a dos futbolistas por los suelos.
Athletic 2 - 0 Numancia
Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Ocio, Etxeita, Balenziaga; Susaeta (Del Olmo, min.87), Javi Martínez, Yeste (Gurpegui, min.59), David López; Garmendia (Etxeberria, min.72) y Llorente.
CD Numancia: Juan Pablo; Juanra, Pavón, Sergio Ortega, Cisma; Nagore, Dimas (Mario, min.82); Del Pino (Bellvís, min.62), Barkero, Quero (Toché, min.46); y Goiria.
Goles: 1-0, min.7: Llorente. 2-0, min.31: Llorente.
Arbitro: Ayza Gámez (Colegio valenciano). Expulsó a Etxeita, en el minuto 90, por doble amonestación. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Yeste y Gurpegui, y a los visitantes Goiria, Sergio Ortega, Dimas, Pavón.
Incidencias: Unos 30.000 espectadores en San Mamés. Tarde fría y terreno de juego en buenas condiciones. Decimotercera jornada de Liga. Los jugadores del Athletic portaron brazaletes negros en memoria del ex-jugador y ex-directivo del club rojiblanco Nicol Viar.
Haber, haber..., no hubo más, Hubo una picardía inteligente de Yeste para sacar por sorpresa la falta del primer gol, un par de detallitos de Garmendia y Susaeta, de esos tácticos que desaletargan a la grada, y una tontería final de Etxeita (y del árbitro) que le condenó a la expulsión por doble amonestación. Eso, el día de su debut como titular. El Numancia se fue con el bloc de notas en blanco. Probablemente, ha sido el único equipo en las últimas cuatro temporadas que no se fue de San Mamés sin hacerle al Athletic una ocasión. Lo más parecido a eso fue un uñazo de Barkero que obligó a Iraizoz a echar cuerpo a tierra por dar importancia al asunto. Ni una sola vez más fue exigido el portero rojiblanco, salvo en un minibombardeo de disparos a las tribunas. Así que se dedicó a corretear por el área mientras el Numancia ni siquiera le miraba.
Descosido, sin pegada, sin autoestima, el Numancia brindó al Athletic el partido que quería; sencillo, plácido, poco exigente, sin lugar para la insurgencia. Uno de esos partidos en los que para ganar no hace falta jugar al fútbol. Basta con acertar en dos chispazos y luego ir de aquí para allá mientras el rival va de allá para aquí. Y para eso está Llorente, para no dejar pasar las ocasiones que se le presentan, a sabiendas de que por detrás la laguna es inmensa. En el primer gol cabeceó entre tres defensas numantinos para desesperación de Juan Pablo, que abroncó a sus compañeros. Si alguien no puede pasar inadvertido para la defensa rival es Llorente, sobre todo cuando sabes que, si desactivas esa bomba, la guerra del Athletic es imposible. Pasa de ejército a organización pacifista. Su mérito tuvo, no obstante, la picardía de Yeste o el buen centro de Susaeta. Y mérito tuvo la valentía de Javi Martínez para jugarse la pierna en un choque con el defensa, que le tiró por los suelos, en el segundo. Pero todo era frío. Hasta la luz artificial parecía que no alumbraba.
En plena frialdad ambiental y gelidez futbolística, lo más emotivo fue ver por primera vez en mucho tiempo un partido de Primera División entre dos equipos sin extranjeros. No era ni más importante ni más interesante. Pero la verdad es que no supieron reivindicar la diferencia. Lo hicieron mejor los niños del Congo que cantan el himno del Athletic, ayer reproducido en el videomarcador.
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