Guerra total por una ensaladera
España llega a Mar de Plata sin Nadal pero con ganas de hacer historia ante una Argentina con todo a favor
Hay final después de Rafa Nadal. La lesión que obligó al número uno del mundo a renunciar a su plaza en la final de la Copa Davis abrió la veda a los especuladores, que auguraban un duelo sin alicientes y pedían posponer la final, pero el día a día se ha ido encargando de desmentir esas carencias. La organización contuvo el aliento con la noticia de la ausencia del mallorquín, pero la respuesta del público disipó todos los temores. Que las entradas se hayan agotado en apenas cuatro horas y la reventa se haya disparado tanto por teléfono como por internet y los aledaños del estadio Islas Malvinas de Mar de Plata no es más que un reflejo del fervor albiceleste de cosechar una ensaladera. No será lo mismo sin el uno, pero habrá espectáculo.
Argentina trae su escuadra al completo. Liderado por David Nalbandián, el equipo de Roberto Manzini intentará sacar todo el rédito posible a la ausencia de Nadal mientras éste se muerde las uñas de impotencia. Su rodilla dijo basta en París y los médicos aconsejaron descanso. El manacorí esperó varios días, pero no fueron suficientes. Por una vez, Rafa no podía controlar su dolor, y Emilio Sánchez Vicario, capitán de la expedición española, improvisó, valoró posibilidades y escogió finalmente a Marcel Granollers. Los había con más renombre, pero, como apuntó el propio Sánchez Vicario, más que un premio, "la final sería una faena" para Robredo o Nicolás Almagro.
Así, con la consigna de pasar página, España aterriza en Argentina con la mira puesta en la tercera Davis. David Ferrer, Feliciano López, Fernando Verdasco, Marcel Granollers y Santi Ventura como suplente serán los encargados de hacer realidad la heróica. Al frente, además de Nalbandián, Del Potro, José Acasuso y Agustín Calleri. Dos rivales difíciles y dos asequibles que jugarán azuzados por el respetable y la tarea de estrenarse en la historia de la Copa Davis en su tercera final (previamente, la selección suramericana cayó ante Estados Unidos en 1981 y ante Rusia en 2006).
Argentina esperó y se cobró la deuda en las semifinales de septiembre ante Rusia, la eliminatoria en la que debutó a lo grande un casi desconocido Juan Martín Del Potro. El argentino anuló a Davydenko el viernes (6-1, 6-4 y 6-2) y asumió el liderazgo en el desempate del domingo ante Andreev, al que derrotó con un resultado parecido (6-4, 6-2 y 6-1). En un fin de semana, el de Tandil sorprendió, asustó y avisó al resto de rivales. Su progresión lo reafirma. De ser el número 50 a principios de año, Del Potro ha pasado a disputar la Copa de los Maestros, colocándose en la novena plaza del ranking y superando incluso al veterano David Nalbandián.
Como viene sucediendo, el tenista cordobés acelera su progresión a medida que termina la temporada. Este año, pese a sus victorias en Buenos Aires y Estocolmo y ser finalista en Basilea, Acapulco y el Masters Series de París, Nalbandián no ha mostrado el rendimiento de 2007, aunque no se le podrá descartar. Undécimo en la tabla, Nalbandián será un rival temible por su juego, por la superficie de la pista y por su deseo de conquistar un título como la Copa Davis en casa.
Por todo eso, nada será fácil. El líder de la 'Armada', David Ferrer, acaba de concluir una temporada agridulce. Duodécimo en la clasificación ATP, el de Jávea ganó en Valencia y Hertogenbosch y firmó dos cuartos de final en los Grand Slam de Australia y Roland Garros, pero los problemas personales nublaron su juego en el sprint final. Cayó en Madrid y París, y Del Potro aprovechó el bajón para dominarle en Tokio. Ahora, después de una durísima preparación y con el recuerdo de la victoria ante Roddick, Ferrer ha vuelto. Más motivado y apoyado, será en Mar de Plata el líder por obligación de la comitiva roja. Al menos, supera a los dos cabezas de grupo en victorias personales.
No estará Rafa Nadal, pero no faltará experiencia en las filas de Sánchez Vicario. Ni en individuales ni en dobles, en la que resalta la pareja Feliciano-Verdasco. Después de una temporada turbulenta, incluyendo roces personales con el presidente de la Federación, Pedro Muñoz, España ha sabido superar la adversidad. Sólo ha perdido dos de los quince partidos disputados, un buen madero al que agarrarse cuando todas las quinielas se pintan de blanco y celeste.
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