Massa, intocable en Estambul
El brasileño consigue su tercera victoria consecutiva en el circuito otomano por delante de Hamilton; Alonso concluye sexto
Con menos dominio que el demostrado hasta ahora pero con la misma autoridad, Felipe Massa se coronó por tercera vez consecutiva en Istanbul Park. McLaren, jugando todas sus cartas a una baza, redujo diferencias con Ferrari con un gran Hamilton que, sin embargo, tuvo que rendirse a la fiabilidad y el gran rendimiento de las dos balas rojas. Sin opciones para Kovalainen, mermado por un una avería, el británico asumió el papel de líder del equipo y asedió al brasileño de principio a fin, siendo líder por momentos, y dejando un recado que advierte que, errores aparte, sigue siendo un firme candidato al título. Alonso, resignado a las limitaciones de su Renault, firmó una gran sexta plaza, por detrás de Ferrari, McLaren y BMW pero por delante de sus rivales más directos, Red Bull y Toyota.
Así va Massa en el Mundial |
La emoción de los primeros momentos de carrera se quebró con el accidente de Giancarlo Fisichella. El italiano se empotró con el Williams de Nakajima en el primer giro, y el reguero de piezas rotas en la pista obligaba al coche de seguridad a poner orden. La procesión de coches puso fin a la tensión de la salida, un auténtico baile de puestos del que sólo Felipe Massa salió airoso. El brasileño cerró huecos, y la amenaza de Kovalainen se disipó con el pinchazo de su McLaren al rozarse con el coche de su compatriota, Kimi Raikkonen. Hamilton, enrabietado por su actuación de ayer en la 'pole' asumió el rol de su compañero y salió disparado en busca de Massa, consciente de que controlar a Ferrari era fundamental para subir al cajón. Cumplió Hamilton, y con creces, en una brillante demostración de pilotaje donde sólo falló la estrategia a tres paradas.
Pero el británico no fue el único que aprovechó la avería del finés. Kubica (BMW) y Alonso arañaron todos los metros posibles en la salida y el frenesí tras el apagón les proyectó a la tercera y cuarta posición, incluso por delante de Raikkonen. El español alimentó la esperanza, pero el cuarto puesto le duró un suspiro. Raikkonen, con una espectacular pasada, se encargó de evidenciar las carencias del Renault en velocidad punta. Quinto, por detrás de Iceman. No era la lucha de Fernando, y el asturiano se resignó a una virtual quinta plaza, por delante del Red Bull de Mark Webber, que sí era su objetivo.
Por delante, Ferrari capeó con maestría un temporal que se avecinaba con el nombre de McLaren. Tras las victorias en Malaisia, Bahréin y Barcelona, la escudería del cavallino dejó en Turquía una imagen menos dominante, quizá por presentar un planteamiento distinto. La mayoría de equipos calzaban neumáticos duros; Ferrari no. Las gomas blandas no dieron el resultado esperado, y mientras Hamilton, sin errores, se acercaba a Massa limando tiempos a cada giro, Alonso exprimía su R28 para no perder la posición en el primer paso por la calle de 'boxes'. No cambió el panorama con respecto a Webber; sí con BMW. Nick Heidfeld realizó una parada impecable y regresó a pista por delante de Alonso.
Se cumplían las previsiones. Renault, relegado por detrás de Ferrari, McLaren y BMW y liderando la pelea en la parte media de la tabla con Red Bull y Toyota. Pero el interés estaba delante. Hamilton acosó a Massa hasta la extenuación. Su ritmo era superior, y el brasileño sucumbió a la velocidad del MP4-23, más ligero que el F2007, configurado para una carrera a tres paradas. Raikkonen, más discreto en las peleas cuerpo a cuerpo, esperó al repostaje para que el equipo le devolviera a pista por delante de Kubica, confiando en que su monoplaza haría el resto para escoltar a su compañero en el tercer cajón del podio.
El resto de la carrera siguió sin más sorpresas que el intercambio de puestos en el segundo repostaje y la dura lucha que mantuvo Timo Glock con Heikki Kovalainen y Nelsinho Piquet con Jenson Button. En la cabeza de carrera, la lógica se impuso y Felipe Massa volvió a ser líder, Hamilton no se puso más el cuchillo entre los dientes y la comitiva desfiló cómoda, sin sobresaltos, esperando unos el error de otros, conscientes de que el Gran Premio turco volvía a ser de nacionalidad brasileña. Sólo la lluvia, que no llegó, podría haber cambiado el devenir de la carrera. La próxima cita en Mónaco, un circuito más técnico, quizá más favorable para Alonso, desvelará si lo de McLaren fue un golpe de suerte o una advertencia a la escudería de Maranello.
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