La presencia de Alonso en Valencia da un impulso al GP de Europa

La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) tomó ayer una decisión que devolvió una tímida sonrisa a Valencia. Decidió revocar la sanción a la escudería Renault. Y ello permitirá correr al piloto español, bicampeón mundial, Fernando Alonso, en Valencia el próximo fin de semana. Alonso es el gran reclamo para una prueba, el GP de Europa, que en su primera edición en 2008 acogió a un 80% de público nacional. Una decisión, la de la FIA, que el vicepresidente de Valmor Sports (empresa organizadora de la prueba), Jorge Martínez Aspar, calificó como "un acto de justicia deportiva".

"La presencia de Alonso es una excelente noticia para la carrera, pero sobre todo, es un aliciente para los aficionados españoles, que tienen la oportunidad de ver a su piloto en un trazado español", añadió Aspar. El vicepresidente de Valmor se mostró optimista. Y confió en que la presencia de Alonso "contribuya al espectáculo del Gran Premio de Fórmula 1". Y a un repunte en la venta de entradas, claro.

Los operarios ultiman el montaje del circuito, cerrado al tráfico desde ayer

Hamilton califica el trazado como algo lento, exigente y que castiga los errores

La organización ha logrado vender unas 47.000 entradas, 10.000 de ellas en respuesta a la noticia del regreso a las pistas del siete veces campeón del mundo, Michael Schumacher. Un regreso frustrado, por las dolencias del piloto, que sufre dolores en el cuello. Ahora, aspiran a que la confirmación de la presencia de Alonso en Valencia dé un último impulso a la carrera en el circuito urbano valenciano, que ha reducido su aforo de las 112.000 localidades del curso pasado a unas 75.000, en previsión de una entrada considerablemente más pobre que en el año de su estreno, en parte por la crisis económica, en parte por el descafeinado mundial y el mal año de Alonso en Renault.

Valmor abrió ayer la primera de las taquillas a pie de pista junto a las instalaciones del circuito, en la calle de Juan Verdeguer, que vendió algunas entradas. El jueves abrirán sus ventanillas las casetas ubicadas en las zonas de Natzaret y la Malva-rosa.

También desde la una de la madrugada de ayer lunes quedó cerrada la zona del circuito, lo que provocó las quejas de algunos vecinos. Como José Herráez, de El Grau, que tuvo que modificar su itinerario habitual para llegar a la playa de la Malva-rosa, según la agencia Efe. Quejas también de algunos curiosos y turistas, como un grupo de catalanes que lamentaba, con desilusión, no poder pasear por el circuito.

La organización cerró el acceso por las áreas de la Malva-rosa, El Grau y la avenida del Puerto, para que los operarios trabajaran desde bien temprano para rematar el montaje de las barreras de seguridad o la megafonía y ultimar algunos detalles, como la limpieza de la pista, el pintado de la misma y los pianos o la colocación de las cámaras de control de la carrera, que aún no habían podido ser instaladas. "Tenemos tres días duros de aquí al jueves para terminar toda esta labor", apuntó el director técnico de Valmor, Pedro Hernández. Para entonces, para el jueves, se espera la llegada de los pilotos. Pilotos como Hamilton, que ayer aseguró que tiene muchas ganas de competir en Valencia, en un circuito que calificó como "muy exigente, firme, relativamente lento y que castiga duramente cualquier error". El piloto británico, campeón del mundo en 2008, confió en repetir victoria, algo que hizo en la último carrera, en Hungría.

8.000 agentes

Unas 8.000 personas pertenecientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Protección Civil, Policía Local y servicios sanitarios y de bomberos velarán por la seguridad de los asistentes al Gran Premio de Europa, que se celebra entre los días 21 (primera jornada de entrenamientos libres) y 23 (el día de la carrera). Además, tres helicópteros y 150 agentes de la policía de la Generalitat integran el dispositivo de seguridad y emergencias coordinado por la Generalitat, el Ayuntamiento de Valencia y el Gobierno central. También colaborarán Capitanía Marítima y la Autoridad Portuaria. Todos los hospitales permanecerán en alerta y las líneas de metro incrementarán sus servicios, además de ver reforzada la vigilancia. El dispositivo es "prácticamente análogo" al de 2008, pese a la menor asistencia prevista. "No se puede dejar nada a la improvisación", dijo el consejero de Gobernación, Serafín Castellano.