Sarkozy pone 'deberes' a Zapatero para la presidencia española de la UE
El presidente francés pide al español que no sea ingenuo al frente de Europa
Si su esposa Carla Bruni fue la estrella de la primera jornada en Madrid del jefe del Estado francés, Nicolás Sarkozy recuperó ayer por derecho propio un indiscutible protagonismo. De pie en la tribuna del Congreso, dejando a un lado el discurso que traía preparado, desplegó toda su capacidad dialéctica y, a pesar de expresarse en francés, se metió en el bolsillo a los parlamentarios que llenaban casi al completo el hemiciclo. Media docena de veces le interrumpieron con sus aplausos y, al final, lo despidieron con una larga ovación.
Como dijo el presidente de las Cortes, José Bono, los representantes del pueblo español querían agradecerle su personal empeño en la lucha contra ETA. Por eso, los primeros aplausos llegaron tras este compromiso: "Cada vez que la democracia española necesite a la República Francesa en su lucha contra los asesinos, podrá contar con ella".
Los dos mandatarios coinciden en que falta un "Gobierno económico europeo"
El jefe del Estado francés elogia la unidad del PSOE y el PP contra ETA
Hubo silencio, sin embargo, cuando dijo, en lo que pareció una crítica a lo sucedido en España en la pasada legislatura, que, "cuando el PP y el PSOE son capaces de ir más allá de sus diferencias para hablar con una misma voz en contra del terrorismo, toda Europa aplaude". Y añadió a modo de advertencia: "Cuando transigimos con los terroristas, no ven la mano tendida, sólo ven debilidad".
No menos contundente se mostró al defender la presencia de España en el G-20, el club donde se debate la reforma del sistema financiero mundial. "No podemos decirle que cumpla sus obligaciones internacionales y después negarle el puesto al que tiene derecho. Que las cosas queden claras: España tiene que ser miembro del G-20". En la posterior rueda de prensa, Sarkozy dio por hecho que España estará en la cumbre de septiembre en Nueva York, pero Zapatero fue más cauto y señaló que el Gobierno "ha trabajado en todos los frentes" con ese objetivo.
El tercer gran compromiso de Sarkozy fue concluir a tiempo la interconexión eléctrica y ferroviaria a través de los Pirineos. "Digámoslo con franqueza: en Francia, durante demasiado tiempo, ha habido una ausencia de voluntad política para crear infraestructuras a la altura de los intercambios", reconoció. "Aquel tiempo, se lo digo solemnemente, ha quedado atrás".
El presidente francés llegó a asegurar que, "dentro de tres años, Barcelona tiene que estar conectada a menos de cuatro horas de Lyon en tren de alta velocidad". Sin embargo, en la declaración sobre infraestructuras y transportes aprobada ayer, se mantiene el calendario de entrada en servicio del AVE entre Barcelona y Perpiñán en 2012 y de Perpiñán a Montpellier en torno a 2020, aunque se añade que la actual línea entre estas dos últimas ciudades se acondicionará para "aumentar su capacidad de forma progresiva". "Vamos a cumplir los calendarios, vamos a llegar puntuales", respondió Sarkozy, sin entrar en detalles.
Junto a una declaración sobre seguridad interior -que amplía la cooperación contra ETA a la lucha contra el yihadismo, el narcotráfico o la inmigración ilegal- ambos presidentes suscribieron un documento sobre la presidencia española de la UE, en el primer semestre de 2010, a la que Francia se compromete a prestar su apoyo.
Pero más que apoyar, Sarkozy dio ayer la impresión de querer tutelarla. Ya en su discurso del Congreso pidió que la presidencia española de la UE "rechace la ingenuidad y acepte protegerse". Es decir, que proteja a los agricultores, "como los presidentes estadounidenses", y no deje entrar en Europa productos de países "que no respetan las reglas medioambientales, morales, sociales"; lo que, en su opinión, "no es proteccionismo".
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Más tarde, en La Moncloa, aseguró que Europa padece un "déficit de gobierno económico". A lo que apostilló Zapatero que uno de los objetivos prioritarios de la presidencia española será dotar a la UE de "un gobierno económico mucho más sólido, con herramientas y con poderes". Fuentes gubernamentales no pudieron explicar el alcance de esta declaración, pero Sarkozy ya intentó, sin éxito, bajo presidencia francesa de la UE, consolidar las cumbres del Eurogrupo, presididas por él mismo.
Zapatero y Sarkozy no escatimaron elogios mutuos. El primero le expresó su aprecio "intenso, profundo, sincero, sentido y para siempre". El segundo calificó al presidente español de "muy brillante" y atribuyó las supuestas declaraciones en las que cuestionaba su inteligencia al "mediocre politiqueo".
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