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Crónica:Vuelta de la Supercopa de España
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ibrahimovic juega para Messi

El argentino resuelve con un gol espectacular un partido dominado por el Barcelona

Ramon Besa

De todos los títulos que ha ganado el Barcelona, ninguno tiene mayor razón de ser que la Supercopa 2009, un trofeo que enfrenta al campeón de Liga con el de Copa, o sea el Barça contra el Barça. Aunque se batió con nobleza, la presencia del Athletic fue prácticamente testimonial, acorde con el cartel, y se limitó a contemplar la evolución del equipo azulgrana de un año a otro, con Ibrahimovic y sin Eto'o, siempre ligado en cualquier caso a la bota de Messi. El argentino volvió a marcar anoche la diferencia con un gol de salón. Una vez abatido Gorka, se acabó el misterio y se contaron un par de tantos más para redondear un partido que había sido diseñado en exclusiva por el propio Barça.

El delantero sueco ofreció un buen catálogo de gestos técnicos
La presencia del Athletic, derrotado ya en San Mamés, casi testimonial
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Cuarto título para Guardiola

Afeitado como llegaba el Athletic al Camp Nou, pendiente de su clasificación para la Liga Europa, y resuelta como parecía la competición desde la ida disputada en San Mamés (1-2), la exigencia en la vuelta se la puso el propio Barça desde la alineación. Pasado el disgusto del Gamper, y a falta de Iniesta y Márquez, apostó Guardiola por el equipo titular porque ayer había un título en juego. Una cosa son los torneos de verano, incluso cuando el organizador es el propio club, y otra distinta la competición oficial, incluso cuando en juego está la Supercopa, posiblemente el menos importante de los trofeos de la temporada.

Desde la seriedad, los azulgrana fueron a por el encuentro sin concesiones, con un despliegue muy académico, bien repartidos los futbolistas en cancha rival. La afrenta barcelonista obligó a los suplentes del Athletic a mantener la concentración y defender fuerte y bien desde el inicio de partido. Aunque las ocasiones tardaron un poco en llegar, el juego se concentró en el marco de Gorka.

Alves ponía buenos centros, Xavi filtraba pases interesantes, Touré se reivindicaba como interior e Ibrahimovic empezó a mostrar su excelente repertorio de gestos técnicos. Pivotaba, descargaba, combinaba y se ofrecía el sueco en cada jugada. Acaso tardó en sintonizar con Messi, que por momentos parecía fuera de foco, como si extrañara los tiempos en que ejercía de falso delantero centro y barría el frente de ataque. Falsa impresión. Aunque normalmente necesita estar en contacto con la pelota, desde hace un tiempo Messi se ha vuelto más selectivo. Anoche desperdició un mano a mano con Gorka después de una asistencia de Xavi. Acto seguido habilitó a Ibrahimovic en una acción espectacular por el toque del argentino y la recepción del sueco, que amortiguó la pelota con el pecho y disparó sobre la salida del portero. Y a la tercera, la pulga no perdonó en una jugada sensacional: Xavi tocó para Ibrahimovic, el delantero abrió a un toque para Messi y el argentino quebró al central con la zurda para picar la pelota sobre la salida del meta con la derecha.

Un golazo que alivió la ansiedad del Barça. Al equipo hasta entonces le había faltado puntería para rematar el encuentro antes del descanso. El Barcelona estuvo poco preciso y, por lo demás, el campo le resultó a menudo demasiado largo, las líneas no estaban muy juntas. Los delanteros metieron muy atrás a la zaga rojiblanca y apenas hubo llegadas desde la segunda línea azulgrana. Al Barça le costaba atacar desde la defensa, jugar a un toque y la circulación del balón excesivamente lenta para un equipo que ataca a la velocidad de la luz.

Puede que la mecánica de juego haya quedado afectada momentáneamente por la entrada de Ibrahimovic. Los muchachos quieren integrar al sueco ya mismo y el ariete se desvive por mezclar con los chicos hasta el punto que a veces tanta cortesía desnaturaliza al equipo. El gol reforzó la sensación de que Ibrahimovic aspira a asociarse con los extremos y los volantes antes que combatir la leyenda de Eto'o como ariete indiscutible, punto y final de las jugadas, siempre tan agresivo y egoísta como certero.

Ibrahimovic pudo ser sustituido ayer con el partido decidido y la hinchada entregada. Más que en reivindicarse como ariete, el sueco se empeñó en mejorar a Messi, que repitió después desde el punto de penalti en una jugada que pareció un cúmulo de despropósitos. La rueda de cambios permitió a Bojan dejar su gol de rigor y el partido se apagó malamente por el temor a las lesiones y con un gato negro merodeando por el fondo norte. No era cuestión de fastidiar la fiesta tan bien preparada desde la formación. Apostó el Barça por la Supercopa, el primer título de la temporada en juego y el cuarto del año, y lo ganó con tanta autoridad como cualquiera de las anteriores finales.

Los jugadores del Barcelona posan con el trofeo a la conclusión del encuentro.
Los jugadores del Barcelona posan con el trofeo a la conclusión del encuentro.VICENS GIMÉNEZ
Messi, en el momento de superar la salida de Iraizoz para conseguir el primer gol.
Messi, en el momento de superar la salida de Iraizoz para conseguir el primer gol.REUTERS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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