La venta de pisos se desploma hasta junio por el alza del IVA

Según se mire, la estadística de ventas de viviendas publicada ayer por el Ministerio de Fomento puede ser catastrófica o infundir una ligerísima esperanza. Las poco más de 90.000 transacciones que se cerraron entre abril y junio suponen un severo desplome, superior al 40%, respecto al mismo periodo del año anterior. Este varapalo es aún más duro porque llega tras cuatro años de la peor crisis que recuerda el sector inmobiliario, de la que nadie se atreve a decir cuándo saldrá. Y peor aún porque el segundo trimestre suele ser un buen periodo. Pero al menos hay un factor positivo: las ventas subieron un 22% en comparación con el anterior trimestre, el más desastroso del que hay constancia.

En Galicia y Navarra, la compra de viviendas cae en torno al 60%

La explicación a estos vaivenes procede de las decisiones adoptadas por el Gobierno para elevar la recaudación y para insuflar algo de energía a un sector alicaído. La primera fue la subida del IVA a mediados del año pasado. Este anuncio empujó a potenciales compradores a adelantar su decisión. Las transacciones superaron entonces las 150.000 y por eso el descenso ahora ha sido más pronunciado.

Otra decisión del Ministerio de Economía tuvo un efecto aún mayor. La retirada con carácter general de la desgravación fiscal por compra de vivienda habitual a finales de 2010 logró el mismo efecto inicial que el alza del IVA -adelantar la compra- y la misma repercusión posterior -parálisis durante los siguientes meses-. Así, una vez que los pisos eran más caros por el IVA y por no gozar de desgravación, menos de 75.000 familias se animaron a comprar entre enero y marzo; y por ello durante el segundo trimestre ha sido tan fácil superar con creces esa cifra.

Para animar la actividad, el Gobierno decretó el 19 de agosto una rebaja del IVA del 8% al 4% por la compra de vivienda nueva hasta el 31 de diciembre. El PP contratacó asegurando que si gana las elecciones de noviembre prorrogará esta medida durante todo 2012, anuncio que se añade al que ya hizo de recuperar la desgravación fiscal que desapareció hace tan solo nueve meses.

Pero obviando los efectos temporales de las decisiones políticas, no hay muchos datos para la alegría. Durante la primera mitad del año se han vendido 165.000 pisos, una tercera parte de la cifra de los años del boom. Además, tras un 2009 negro, el sector acarició una cierta recuperación en 2010. Pero la caída del primer semestre, del 36,5%, ha sido incluso mayor que la del mismo periodo en 2008 y 2009.

El parón en las ventas afectó especialmente a comunidades como las dos Castillas, La Rioja, País Vasco y Aragón, donde las ventas en el segundo trimestre cayeron en torno al 50%. En Galicia y Navarra fue aún peor: del 60%. Estos flojos datos se unen a la percepción de que el principal problema del sector -el stock sin vender- sigue sin resolverse. Esta masa de cemento y ladrillos permaneció prácticamente inalterada durante 2010, quedándose ligeramente por debajo de las 700.000. A este panorama se le unen las malas perspectivas económicas -lo que afecta negativamente al empleo, condición necesaria para reactivar la demanda- y de agravamiento de los problemas de la banca, lo que anticipa que el crédito para las familias tardará en recuperarse.