Los promotores agravan la crisis bancaria por la elevada morosidad
Los créditos dudosos del sector inmobiliario suben 21.500 millones en sólo un año - Los impagos del ladrillo aumentan hasta el 7,6%; y los generales, al 4,5%
Cada vez está más claro que los problemas de los empresarios del ladrillo se han convertido en los problemas de los banqueros. Y que, por extensión, éstos han pasado a ser propiedad compartida de todos los españoles. Porque el derrumbe del sector inmobiliario ha inflado la morosidad de la banca hasta rasgar las costuras de la caja fuerte de las entidades financieras. En marzo del año pasado, los bancos y cajas dudaban sobre la capacidad de los promotores de devolver una deuda de 2.900 millones de euros. Un año más tarde, los préstamos dudosos que arrastra el sector inmobiliario se han disparado hasta los 24.462 millones. Es decir, han aumentado en más de 21.500 millones en sólo un año. Un incremento superior al 750%.
Los expertos prevén que la tasa de impagos bancaria supere el 8% en 2010
La demora sería aún mayor si no fuera por la refinanciación de la deuda
Y la tendencia no hace más que acentuarse. Porque el bocado que pegan las promotoras en la contabilidad de bancos y cajas es cada vez mayor. Si ahora la morosidad del ladrillo supone un 30% del total, antes de 2008 nunca había traspasado la barrera del 10%.
Estos datos que ofrece el Banco de España podrían ser aún peores. Porque la deuda de dudoso cobro sería mayor si muchas inmobiliarias no hubieran refinanciado sus préstamos con las entidades acreedoras; o éstas no hubieran aceptado cobrarse esos créditos convirtiéndose en propietarias, lo que se denomina dación en pago. "Si no fuera por estos recursos, la tasa general de mora podría ser ahora dos puntos superior", sostiene Alfonso García Mora, socio director general de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Más negro todavía ve el panorama Mikel Echavarren, consejero delegado de Irea. "Estas cifras son sólo la punta del iceberg. Una empresa con una deuda de 1.500 millones y que esté negociando la refinanciación de 800, puede contabilizar como mora unos 20 o 30 millones. El problema potencial es muchísimo mayor", sostiene.
Pero no es sólo el ladrillo el que pone en aprietos al sector financiero. Aunque todavía está lejos de la tasa de mora inmobiliaria, que en marzo llegó al 7,57%, el porcentaje general también lleva dos años seguidos de carrera hacia arriba. Los casi 84.000 millones que bancos y cajas consideran de dudoso cobro suponen ya el 4,5% del total de su cartera de préstamos. El sector se aferra a que todavía estamos lejos de los niveles a los que se llegó en la crisis de los años noventa. Con ser cierto este argumento -la tasa de mora superó el 9% en 1993, en gran parte por culpa de la quiebra de Banesto-, los augurios no son buenos. El 4,5% actual nos retrotrae a los niveles alcanzados en 1996. Y el ritmo de crecimiento es de vértigo. El experto de AFI pronostica que la morosidad llegará este año al 7% y al 8%, el siguiente. Respecto a los impagos de promotores, García Mora apunta que la tasa terminará en 2009 por encima del 14%.
Como es habitual, son las cajas las que se llevan la peor parte. Su porcentaje de impagos, que superó en abril el 5% por primera vez desde 1996, avanza mucho más rápido que la de sus rivales, los bancos. Éstos mantienen una tasa bastante inferior, del 3,8%. La brecha entre los dos tipos de entidades se debe a que las cajas acumulan más créditos al ladrillo, el que más problemas tiene a la hora de pagar.
El director general de La Caixa, Juan María Nin, sostuvo el pasado miércoles que el sector puede resistir hasta que no supere un porcentaje del 15%. "Lo más importante no es la tasa en sí, sino los tipos de impagos. El préstamo moroso de una vivienda hay que dotarlo a lo largo de mucho tiempo y no es tan preocupante. Pero el que se concede a una empresa hay que atribuirlo como pérdidas en un plazo máximo de 25 meses. Así que cuanto mayor sea la participación de las empresas en el total de morosidad, más preocupante será la situación", explica el experto de AFI.
Lo que comenzó como una crisis inmobiliaria se ha metido en el cuerpo del resto de sectores. Y las entidades financieras cada vez lo notan con más fuerza. "En todas las crisis ha pasado lo mismo. El primero que entra en mora es el promotor y el que para comprar una vivienda se endeudó por encima del 80% de su valor. La segunda oleada de impagos la forman los que pidieron un crédito por menos del 80% del piso y el resto de empresas", sostiene García Mora. Y eso es lo que está a punto de pasar.
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