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Mercado inmobiliario

La promoción de pisos muestra los primeros síntomas de reactivación

Las empresas prefieren construir viviendas a mantener solares vacíos - El acceso a la financiación supone aún el gran freno de las inmobiliarias

Luis Doncel

El año pasado fue el más desastroso que recuerdan los promotores inmobiliarios, que han tenido que acostumbrarse a base de golpes a ver cómo se desplomaban sus indicadores de actividad. Los arquitectos concedieron 110.862 visados para viviendas en 2009, un 56% menos que el año anterior. Peor aún: esta es, de lejos, la cifra más baja del último medio siglo. Pero algunos empresarios vislumbran por fin algún dato positivo. Una luz todavía muy tenue, pero a la que se han agarrado para comenzar nuevas promociones, una palabra hasta hace poco tabú en el sector del ladrillo.

La promotora del Santander ultima una decena de proyectos, seis de ellos ya muy avanzados. Afirma, otros tantos. Realia ha localizado suelo para comenzar dos promociones. Vallehermoso, del grupo Sacyr, se plantea ponerse manos a la obra. Y el empresario Joaquín Rivero, ex presidente de Metrovacesa y de la francesa Gecina, ha vuelto a España para empezar desde cero en un negocio en el que fue uno de sus príncipes. Rivero, a través de su pequeña inmobiliaria Bami, espera promover antes de verano una decena larga de proyectos. 500 ó 600 viviendas en total.

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La pregunta del millón es quién en su sano juicio va a construir en un país en el que, según las distintas estimaciones, sobra un millón de viviendas. Pero este stock está muy mal distribuido. Abundan pisos en zonas en las que es muy posible que nunca nadie vaya a querer comprar, y comienza a escasear en lugares muy determinados, en los que no parece tan descabellado poner ladrillos.

Los más negativos -o quizá realistas- se explican esta incipiente reactivación únicamente como la respuesta a una situación muy complicada: "El mercado de la promoción está muy mal, pero es que el del suelo está infinitamente peor", dice el experto José Barta. Las compraventas de suelo están prácticamente congeladas, y los empresarios prefieren construir casas a tener paralizado un activo que cada vez pesa más en las cuentas de las inmobiliarias. "Tratan de convertir algo que ahora es totalmente ilíquido, el suelo, en algo un poco más líquido, los pisos. No es algo masivo, pero algunos están dando el paso. Sobre todo, las entidades financieras, que quieren mover suelos que se han quedado por impagos", explica Mikel Echavarren, consejero delegado de Irea. "El Banco de España da un mejor tratamiento a las provisiones que hay que dotar por una vivienda en construcción que por un suelo paralizado", añade.

Pero el objetivo no es sólo quitarse suelo de encima. Algunos indicadores empiezan a dejar de dar malas noticias. Las hipotecas crecieron en enero un 2% respecto al mismo mes del año pasado, al igual que las compraventas de pisos. Y los precios llevan ya dos años acumulando caídas. La política es vender cuanto antes, aunque sea más barato. Ya lo dijo la pasada semana el presidente de Realia, Miguel Bayón: "Las empresas sensatas que quieren seguir vivas han reducido sus precios al menos un 25%".

Todos estos factores, junto con unos tipos de interés en mínimos históricos, están animando algo el sector. "Vamos a iniciar promociones en Sevilla y Valencia de unas 160 viviendas en total. Hemos visto que hay demanda potencial de compradores si obtienen financiación y no queremos perder el tren cuando el mercado residencial se reactive del todo", explican en Realia.

Porque si hay un factor del que se sigue quejando el sector es de que la financiación sigue sin llegar para todo lo que huela a promoción. "Podríamos estar iniciando 100.000 viviendas más al año si nos dieran créditos", dice Pedro Pérez, portavoz del G-14, el lobby que aglutina a las grandes promotoras. Por ello, las primeras en lanzarse son las empresas respaldadas por una entidad financiera, -Altamira Real State, del Santander, tantea 10 proyectos, de los que seis ya están muy avanzados- o las que se inventan ideas imaginativas. Este es el caso de Afirma. La antigua Astroc, que ejemplificó el auge y caída del boom inmobiliario, se ha sacado de la manga Quabit, que planea construir a la vuelta de Semana Santa más de mil viviendas.

El secreto para que una empresa como Afirma, que en los dos últimos años no ha iniciado ni una sola promoción, se lance ahora radica en la financiación. Lo hará a través de cooperativas, por lo que no tiene que poner ni un euro de su caja. Las casas se levantarán en solares de la propia empresa u otros que compren a buen precio a las entidades financieras, deseosas de deshacerse de un producto que se ha devaluado tanto tras la explosión de la burbuja.

Vista de un puesto de venta en la última feria inmobiliaria Outlet Residencial, en Madrid.
Vista de un puesto de venta en la última feria inmobiliaria Outlet Residencial, en Madrid.SANTI BURGOS

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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